Hoy teníamos descanso de autobús y día cultureta en Quebec, así que decidí visitar una galería de arte inuit que me iba a deparar una gratísima sorpresa. Al entrar encontré un sitio amplio, acristalado, decorado en colores claros y lleno de pequeñas piezas artísticas, casi todas ellas esculturas. La verdad es que me había hecho a la idea de un museo y nadie parecía querer cobrarme una entrada, así que pregunté a la empleada si se podía visitar gratuitamente, y ella me respondió algo así como “por supuesto, adelante, y también puedes comprar algo que te guste, es una galería”. Vale Zenia, acabas de aprender la diferencia entre un Museo y una Galería, bien está.
Los inuit son el pueblo que habita en la parte norte de Canadá, en Europa se les conoce más como “esquimales” pero esa palabra significa “el que come carne cruda” y tiene matices despectivos, así que es mejor llamarles inuit, que significa “seres humanos“. Como es fácil de imaginar, en el norte de Canadá hace fresquete… vamos, una temperatura media de 20 gds bajo cero, para que nos hagamos una idea. Aunque yo la verdad es que como buena española, por debajo del cero ya no me hago idea de nada.
Título: Oso reflejado en el hielo
Artista: Pauloosie Tukpanie
Año: 2006
Material: mármol
Sólo a un inuit se le podía ocurrir esculpir a un oso polar de esta guisa. Es muy curioso observar la diferencia entre el oso y su reflejo, si invertimos la escultura resultaría una obra completamente diferente. Esta perspectiva única de ver la vida refleja perfectamente el concepto de “pilimmasarniq”, que viene a ser el aprendizaje mediante la observación y la práctica. No sólo es una genial manera de aprender técnicas artísticas, sino también en el ambiente del norte de Canadá, una cuestión de vida o muerte.
Título: Abuela tocando el acordeón
Artista: Goota Ashoona
Año: 2002
Material: hueso de ballena
Dos curiosidades acerca de esta escultura: la mujer que toca el acordeón es la propia abuela de la artista y la escultura tiene un tamaño pequeñísimo, mide 9´6 cm, lo que añade mérito a su realización ya que el hueso de ballena es un material especialmente poroso y difícil de trabajar.
En la cultura inuit existen diversas maneras de hacer música, algunas autóctonas como el canto, y otras traídas por balleneros, misioneros y comerciantes, y posteriormente adaptadas por los inuit y convertidas en expresiones de su cultura.
Título: Migrando al lago Baker
Artista: Joshua Nuilaalik
Año: 2001
Material: basalto, cuerno de caribú y piel
Historias que se cuentan de una generación a otra, como en todas las culturas. No sabemos si esta escultura es una representación de la propia familia del artista en la que él es un niño, de su familia en la que él es un adulto, o si se trata de una representación de una familia ficticia, pero lo cierto es que la familia Nuillalik se vio obligada a emigrar debido al hambre tras una drástica disminución de zorros y caribús en la tierra donde vivían. En la escultura podemos apreciar a los padres que caminan mientras los hijos avanzan en el trineo, y tanto humanos como animales portan sus escasos enseres.
Título: Escena navideña
Artista: Emily Pangnerk Illuitok
Año: 2001
Material: marfil, piedra caliza, piel y piroxeno
Quizá ésta sea una de las esculturas más interesantes del arte inuit, porque representa perfectamente cómo diversas influencias pueden coexistir en una sociedad y en la expresión artística. El cristianismo llegó al norte de Canadá a mediados del siglo XX y se mezcló enseguida con la cultura local. Esta escena como es obvio proviene de la cultura cristiana y representa la Natividad, un hecho acaecido a miles de kilómetros y en un ambiente completamente distinto. Sin embargo la artista la adapta perfectamente a la cultura inuit: utiliza un conjunto de materiales locales, sustituye los vestidos de María y José por abrigos de piel de foca, y en vez de buey y mula representa una manada de perros árticos. Todo un ejemplo de integración.
Título: Madre e hijo preparando un pescado
Artista: Jimmy Inaruli Arnamissak
Año: 2000
Material: esteatita
Esta artista destaca por su atenta elaboración de los detalles. En la escultura podemos observar las uñas, los rasgos faciales, incluso el rostro del pez con un increíble nivel de dramatismo. La obra es un homenaje a su madre, que falleció cuando Arnamissak era muy joven y cuyos rasgos representa la madre de la escultura, y también un homenaje a las mujeres de la cultura inuit y a su trabajo en el cuidado de los niños, la preparación de alimentos, la confección de ropa y el arte. En la escultura se puede apreciar claramente un “ulu” el típico cuchillo femenino utilizado para limpiar y cortar el pescado. La madre trabaja con su hijo a la espalda, proporcionándole en todo momento protección, y la expresión del niño es muy intensa y reveladora. También me maravilla el uso que hace la artista del contraste entre la claridad de la piedra al rasgarla y su original negro pulido.
Título: Maternidad
Artista: Manasie Akpaliapik
Año: 2000
Material: hueso de ballena
“A veces, si te viene una idea en medio de la noche, te levantas y te pones a esculpir”
Dada la importancia de la familia en la cultura inuit, es muy habitual en el arte la temática de la maternidad, pero lo que no es habitual es que sea un artista masculino quien la represente. En esta obra, Akpaliapik asume el reto representando la imagen de una mujer embarazada, se puede observar el rostro del niño en el lado derecho. El embarazo y la maternidad representan para los inuit no sólo la continuidad de su pueblo, sino también el amor y el respeto entre ellos, así como la transmisión del conocimiento de una generación a otra.
Título: Espíritu del caribú, espíritu del mosquito
Artista: Nick Sikkuark
Año: 1999
Material: cuerno de caribú, hueso de ballena, piel de caribú y cuerno de buey almizclero
Estas dos esculturas hermanas, expuestas sobre un hueso de ballena, son la antítesis de la escena de la Natividad: representan la religión más ancestral, el culto al espíritu de los animales. Sorprende que haya mosquitos en medio de toda esa nieve… pero los hay, y el artista los presenta como animales terroríficos, que contrastan con el suave rostro del caribú y sus delicados mechones.
Título: Oso buceando
Artista: Mattoo Moonie Michael
Año: 1999
Material: serpentinita
Esta escultura me parece divertidísima, ¡es que es un oso buceando! y sin embargo es descrita como “dramática” en el libro… creo que me he perdido algo. En cualquier caso me encanta la representación del oso, que parece un animal muy pesado pero a la vez ligero y ágil dentro del agua; así como la utilización del color de la piedra y el hecho de que toda la figura esté en un difícil equilibrio, apoyándose únicamente en un punto.
Título: Bueyes almizcleros
Artista: Martha Tickie
Año: 1998
Material: serpentinita
El motivo más representado en las esculturas de esta artista es la familia, el cuidado de los niños. En esta ocasión podemos ver este motivo en una familia de bueyes almizcleros: la escultura representa un grupo de bueyes adultos que ser reúnen formando un círculo en el interior del cual se hallan protegidos los más jóvenes del grupo.
Título: Mujer cosiendo unos pantalones
Artista: Isa Aupalukta
Año: 1998
Material: esteatita, tendón y márfil
Todo un homenaje a las costureras inuit es esta escultura en la que destacan los detalles del cabello y la vestimenta de la propia costurera. Para los ancestros inuit, la ropa de abrigo no era sólo una cuestión de supervivencia sino que también estaba cargada de simbolismo, sobre todo de invocaciones a lo sobrenatural en busca de protección. Además la ropa también es una expresión del arte, el conocimiento y su transmisión a las siguientes generaciones, de ahí el enorme respeto con que se trata la figura de la costurera en la cultura inuit
Titulo: Historia de pesca
Artista: Uriash Puqiqnak
Año: 1996
Material: piroxena, cuerno de buey y tendones
La historia de esta escultura es la de una madre pescadora, angustiada por la incertidumbre de si podrá o no alimentar hoy a sus hijos. Llama la atención la intensidad de la expresión y lo detallado del pez. Este artista es muy reconocido en Canadá, ya que estuvo varios años involucrado en la política canadiense, con el objetivo de promover el arte inuit y luchar contra las falsificaciones.
Título: Buey con rostro humano
Artista: Judas Ullulaq
Año: 1994
Material: piroxenita, piel de caribú, cuerno de buey y alabastro
“Siempre he creado esculturas y siempre crearé esculturas. Mientras mi salud sea buena y pueda respirar, estaré creando esculturas”
Destaca en el estilo de Ullulaq el expresivo rostro de sus esculturas, en las que suele utilizar grandes sonrisas y ojos redondos e incrustados, que dan un aspecto muy humano a los animales. Lleva exponiendo desde 1977 en diversas galerías de Canadá.
Título: Composición
Artista: Towkie Karpik
Año: 1994
Material: marfil
La escultura entró tarde en la vida de Towkie Karpik, pero entró a lo grande. La artista había dedicado la mayor parte de su vida a las obras pictóricas y al tejido de tapices, fue sorprendente la irrupción de la escultura en su obra y sobre todo la manera en que lo hizo: Karpik desarrolló con el tiempo una fuerte alergia al tejido de los tapices y hubo de cambiar los materiales y la forma de expresar su arte. Lo hizo y el resultado fue espectacular. Esta magnífica composición, que es todo un relato detallado de la vida inuit, llama la atención por su delicadeza y por lo intenso de su contenido: personas, animales, símbolos, escenas… en lo alto podemos observar a la diosa Sedna, reconocible por su cola de sirena y sus largos cabellos que mantiene agarrados sobre su cabeza.
Título: Predicador en kayak
Artista: Hugh Haqpi
Año: 1993
Material: basalto y cuerno de caribú
Otra muestra artística que revela la influencia del cristianismo en la vida y la cultura del norte de Canadá. Es interesante el punto de vista del autor, que incide en la idea de la conversión al cristianismo. Vemos al predicador cristiano no como una persona extranjera, sino como un auténtico inuk llevando en kayak la Buena Nueva a su pueblo.
Título: Cráneo de morsa tallado
Artista: Luke Airut
Año: 1990
Material: hueso, marfil y serpentinita
Toda la originalidad que falta en el nombre de la obra, sobra en la obra misma. En este cráneo de morsa dotado de sus dos correspondientes colmillos, podemos ver un oso acechando a su presa, un equipo de perros que tira de un trineo, iglús, rostros humanos, mamíferos marinos y diversas escenas de caza y pesca. De lo más elaborado. La talla en colmillos de morsa, es una de las más antiguas manifestaciones artísticas de los inuit, se han encontrado muestras de hace miles de años.
Título: El mundo del caribú
Artista: Peter Morgan
Año: 1988
Materiales: cuerno de caribú, cuerno, plástico y tinta negra
Morgan es uno de los primeros artistas inuit que utilizó de manera cotidiana el cuerno de caribú como material de escultura. Su obra es un reflejo de la profunda relación que mantienen los humanos inuit con los caribús desde tiempos ancestrales. Sorprende en esta obra en primer lugar los ojos negros incrustados, el uso de tinta negra y también el rayado sobre las partes marrones de los cuernos. En el área de la obra se combinan con mucho acierto varias escenas y personajes.
Título: Chamán oso
Artista: David Rubén Piqtoukun
Año: 1985
Material: esteatita, marfil y cuerno
Lo primero que llama la atención de esta obra es el nombre del autor. No puede haber mejor ejemplo de mestizaje entre las culturas occidental e inuit. De nuevo nos encontramos con un rostro muy expresivo y poderoso. Del mismo modo en que el cristianismo irrumpió en las expresiones artísticas inuits, también artistas como Piqtoukun han querido mantener en ellas la religión chamánica, la cultura ancestral y la espiritualidad que se ha ido transmitiendo oralmente de generación en generación.
Título: Grupo de mujeres y niños
Artista Miriam Marealik Qiyuk
Año: 1979
Material: esteatita
Miriam Marealik Qiyuk creció en una familia de artistas, y comenzó muy joven a desarrollar su arte. Empezó con la tapicería siguiendo los pasos de su madre, pero pronto pasó a esculpir en piedra y este material hizo brillar aún más su talento. En esta obra dramática consigue que la postura, la emoción y el estado de ánimo de este grupo de madres y niños, imprima un movimiento ondulatorio al conjunto de la obra. Hay que ser una auténtica virtuosa de la piedra.
Con esta publicación, y ya era hora, terminamos el relato de mi periplo por tierras canadienses. Pero vamos, que si alguien se ha quedado con ganas de más organizamos viajecito ipso facto, será por ganas de organizar viajecitos. Smile.