Este post viene a cuento del post “Clasificando que es gerundio” en el blog de Mustang Sally. Leer antes de seguir, plis:
Efectivamente, se echa de menos en esa clasificación al “amigo gay”, ese ser fantástico para quien siempre serás su mariliendre querida y que sin duda es el hombre que más te ama en el mundo, después de tu padre y tus hermanos. El amigo gay suele ser bastante parecido al jaco o al choto, pero depilado, bien afeitado y con el cutis suave. Si no fuera alguien a quien adoras, llegaría a acomplejarte, porque siempre va MEJOR depilado que tú, y con el cutis MÁS hidratado que tú. No sé cómo lo hacen.

Con tu amigo gay puedes ir de compras al Druni y no necesitas consultar a ninguna dependiente, él sabe perfectamente qué maquillaje le va a tu tipo de piel. Es más, es probable que acabe aconsejando a las dependientes del Druni qué maquillaje les va a su tipo de piel. Si te acompaña a comprar ropa encontrará ese vestido perfecto que te sienta como un guante, con el que pareces una princesa y en el que tú jamás te habrías fijado; y lo mismo puede aplicarse a joyas, complementos, muebles y elementos decorativos del hogar. La cocina de tu amigo gay está impecable, de ésas que parece que no se utilizan nunca... y sin embargo sabes que le encanta cocinar y lo hace de maravilla y a diario. Él es como esas madres antiguas que no pueden sentarse a ver el culebrón si tienen los platos de la comida por fregar. Tú sí podrías, si te gustaran los culebrones.
Una de las cosas que más me gustan de los hombres gays, es que son capaces de llorar sin complejos. Hay heteros a los que para verles una lágrima les han de cortar una pierna, y sin embargo tu amigo gay llorará igual que tú viendo el final de “Titanic” y sin cortarse un pelo. Como dijo una vez el mejor de mis amigos gays: “no tenemos miedo de que alguien crea que somos maricones si lloramos, ¡es que somos maricones!” Di que sí.
En fin, que un amigo gay es imprescindible en la vida de toda mujer que se precie. Yo adoro a todos mis amigos gays, especialmente al primero que tuve, con el que me une una amistad ya de veinte años, y que sigue teniendo detalles conmigo para comérselo a besos. Digamos que mi relación con él, de momento dura diez veces más que el promedio de mis relaciones con mis novios y maridos formales. Por algo será. Besitos Pablo, guapo, te adoro.
Ay que bueno, nena, mira que me he reído...
ResponderEliminarY eso que yo no tengo ningún amigo gay, pero aunque sólo sea por los consejos de maquillaje, creo que te pediré prestado a Pablito un día.
Chica, y encima está buenorro, con lo cual luce mucho más, ja,ja,ja.
Besos!!
Arriba las amistades que duran 20 años!!!
Pídemelo cuando quieras, él encantado y su marido nos deja ;-) Mil besos
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