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sábado, 12 de octubre de 2024

Músico en cuerpo y alma, un homenaje al maestro

Ayer asistí al acto que se celebró en la SGAE para homenajear por su 80 cumpleaños a Don Salvador Chuliá, quien fuera mi maestro de composición. Salvador es alguien tan querido para mí que no me resisto a escribir unas palabras para sumarlas a su homenaje. Para empezar la palabra Maestro, que en mayúscula y todo se le queda corta. El cariño que ha profesado siempre a sus alumnos y el interés personal que se toma con cada uno de ellos, son la causa de que muchos alumnos y ex alumnos quisiéramos estar a su lado en este día. Yo he aprendido mucha música en sus clases, pero también he aprendido valores, he aprendido que se puede ser humilde siendo un genio, he aprendido que en el mundo hay personas buenas y generosas, he aprendido tanto… 


En 2005 estrené mi primera obra musical siendo su alumna, y lo recuerdo como uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Aunque años después tuviera que dejar de estudiar composición, el haber vivido esa experiencia, haber sido capaz de componer una obra y estrenarla fue para mí una gran satisfacción y es algo que nunca habría pasado de no haber sido por Salvador Chuliá.


En el acto de ayer, los magníficos Ernesto Chuliá, Miguel Ángel Gorrea y Josu de Solaun interpretaron música del Maestro, para deleite de todos los asistentes. Me gustó en especial la interpretación de Josu, al piano, de la obra que Salvador escribió hace tiempo para él. Josu de Solaun es un pianista de renombre internacional que en sus inicios fue alumno de Chuliá, y verle allí en un salón pequeño interpretando de manera magistral la obra que le había compuesto su maestro fue un momento muy emotivo. No fue el único, las palabras de sus hijos Ernesto y Vicente y del propio Salvador recordando a su hijo Salva y a su mujer Mª Carmen con la voz de San Agustín: “la muerte no es más que vivir en la habitación de al lado”, nos emocionaron a todos. 


Pero personalmente me quedo con el que para mí fue el mejor momento de la tarde: ver a la pequeña Victoria, con una simpatía y un desparpajo envidiables, coger el micrófono para decir unas palabras y felicitar a su abuelo. Se llevó un merecido gran aplauso, y siendo la heredera de los Chuliá intuyo que no será más que el primero de los muchos aplausos que recibirá en su vida. Al tiempo.


Antes de despedirme le dije a Salvador: “qué grande es usted, y cuántos homenajes se merece”. Más vueltas le doy más acertadas me parecen estas palabras. Ochenta años siendo una gran persona y un músico en cuerpo y alma, lo demuestran. Gracias Maestro.


lunes, 16 de mayo de 2022

Eurovisión 2022, la crónica

 ¡¡¡VIVA ESPAÑA Y OLÉ!!!


Nuestra Chanel


Iba a dejar así la crónica, pero ya puestos vamos a escribir algo más. Por fin RTVE ha dejado de presentar a Eurovisión nenitos eco-inclusivos y progre-tolerantes a medio hacer, para llevar a Europa lo que es la esencia de España: fuerza, pasión, arte, ritmo, una hembra jamona y la bandera de España. Olé. Chanel arrasó, la teta de Rigoberta y el gallego de las Tanxugueiras ya son del siglo pasado, con todas ellas habríamos quedado en los lugares habituales para España (del 20 hacia abajo) y con Chanel hemos conseguido un tercer puesto que sabe a oro después de tantos años de mediocridad.


Hoy me estoy divirtiendo de lo lindo a base de recordar los comentarios con los que el ofendidismo oficial nos obsequió tras la elección de Chanel como representante: que si la canción es machista, que si cosifica a la mujer, que si promueve la prostitución, que si se debía impugnar la elección, que si el jurado había beneficiado a Chanel porque las Tanxu cantan en gallego y la canción de Rigoberta es feminista, que si… en fin, todas esas cosas a las que ya nos tiene acostumbrados el progrerío, junto a sus pelín hipócritas cambios radicales de opinión, porque hoy algunos están con Chanel que excretan colonia, nunca mejor dicho.




Este año los modelitos de los cantantes han quedado completamente eclipsados por los modelitos de los presentadores. Qué exceso y qué mal gusto de verdad. El primer día la Pausini sacó tres vestidos fucsia, los tres seguidos, y su vestuario y estilismo durante la segunda semifinal y la final no han ido a la zaga. Aparte de que la tenían cambiándose de vestido cada diez minutos y cada modelito era más horrible que el anterior. No me extraña que la pobre sufriera una bajada de tensión en la final y tuviera que abandonar la presentación durante un rato, aunque luego se recuperó y continuó con las puntuaciones. Por el contrario, Mika llevó los tres días el mismo traje… eso sí, en diferentes colores, pasteles todos ellos, para que se viera un poco de variedad. En serio ¿quién es el estilista que ha perpetrado la imagen de los presentadores? que le pongan una multa o algo.


Tampoco los realizadores se han lucido. Los errores de luz, sonido y planos han sido más que evidentes para los eurofans, que son el público más exigente del mundo y no perdonan una. Esos píxeles enormes que dañaban los ojos, planos poco afortunados, la pobre Gigliola Cinquetti cantando a sus estupendísimos setenta y cinco sin que apenas se la oyera… menudo desastre.


Mis favoritos: España, Portugal, Estonia, Ucrania, Islandia, Finlandia.


Portugal, presentó un bellísimo tema con un coro femenino perfecto, y una preciosa y sencillísima puesta en escena. Algo diferente, y mira que es difícil innovar en Eurovisión. 


Al final, el guapo oficial resultó ser el de Reino Unido, cuyo segundo puesto también dio una gran alegría a su país. Yunaited Kingdom Guayominí hacía muchos años que no destacaba en el certamen europeo y mira que han llevado buenos artistas, pero no habían tenido suerte hasta que han apostado por este simpatiquísimo Space Man, que les ha hecho rozar las mieles de la gloria. Otros aspirantes a guapísimos eurovisivos fueron el estonio, el polaco, el azerbayano y el búlgaro, que no pasó a la final.


El estonio dio un fin de fiesta memorable, tampoco quedó muy bien para lo que se merecía pero el tío se lo pasó pipa venga dar saltos por el escenario y la verdad es que estuvo estupendo. 



Pausini y el fucsia


Y este año me duele el alma hablar de Israel, primero porque la canción no me gustaba, y luego por el comportamiento maleducado del cantante durante su semifinal, incordiando a los presentadores mientras éstos hacían su trabajo. No Michael, no. Ya has tenido tus tres minutos de gloria que cuantos artistas quisieran, ahora deja a los demás, no quieras acaparar protagonismo cuando no toca y si te has tomado dos copas de más, que era la sensación que daba, pues te quedas haciendo el bobo con tus compañeros y no intentando chupar cámara a toda costa. Se dijo que por esta lamentable actitud Israel iba a ser descalificada del Festival pese a que Michael Ben David y su ego no habían pasado a la final, pero parece que no fue así puesto que la descalificación hubiera impedido votar al jurado israelí y éste finalmente sí que emitió sus votos. Me alegro por Israel, pero espero que al cantante le caiga una buena bronca por su feísimo gesto.


Los ganadores



También los ucranianos se saltaron el protocolo pidiendo ayuda para Mariupol tras su actuación, pero esta ruptura de las normas no tendrá ninguna repercusión sancionadora, puesto que todos la entendemos y de alguna manera la esperábamos. Ya habíamos visto a la representante de Lituania llevando la bandera de Ucrania y después vimos también a las islandesas, y no es para menos. Me alegró mucho el triunfo de los ucranianos, con una vibrante canción dedicada a las madres (al igual que la de Rigoberta pero sin tanta escatología) y una puesta en escena original y bien trabajada. Ucrania arrasó por el voto del público y no faltan las lenguas viperinas en internet asegurando que la gente les votó por pena, porque el país está en guerra. Como diría Macarena Olona “¿y?” el voto tiene el mismo valor y por otra parte la canción era de las favoritas y también estuvo bien valorada por los jurados profesionales, no valen excusas de mal pagador. Enhorabuena a Ucrania y más que merecido su premio.


Y puestos a pedir y a soñar: que en 2023 se celebre el Festival en una Kiev en paz, reconstruida, hermosa y vibrante, como nunca debió dejar de ser. Sería el mejor Festival de la historia y el mejor premio para Ucrania.








martes, 15 de junio de 2021

Defender a Plácido



Plácido Domingo, esta semana en Madrid

Plácido Domingo no es un cantante sin más. A sus 80 años es una leyenda viva del arte español y arrastra una carrera repleta de éxitos por el mundo entero, pero eso no ha evitado (es más, puede haberlo incentivado) que se haya convertido en cabeza de turco del malintencionado movimiento metoo. Y digo malintencionado porque muchas veces las intenciones que se tienen no son las intenciones que se dice tener. Si con la excusa de defender a las mujeres del acoso lo que se hace es acusar a hombres de ser acosadores sin pruebas, sin denuncia, sin juicio, sin condena y sin nada, pues vamos mal, pero que muy mal.


Antes que nada, quede claro que un acosador, maltratador o violador de verdad merece todo mi desprecio, y supongo que el de cualquier persona mínimamente decente. El problema es que al ser delitos gravísimos, sólo debería señalarse como autor de los mismos a alguien una vez que haya sido condenado en sentencia firme, no antes, y mucho menos si esa condena está muy lejos de hacerse realidad.


Toda persona acusada de un delito tiene derecho a una defensa, tiene derecho a ser juzgada y tiene derecho a que su culpabilidad o inocencia la determine un juez de manera objetiva, y con la preparación y conocimiento adecuado de nuestras leyes. Y por supuesto quien acusa a otro de un delito tiene la obligación de denunciarlo en un juzgado. Insinuar conductas delictivas en medios de comunicación es una doble vileza; por un lado se mancha el nombre de una persona que podría ser inocente, por otro al no haber una acusación formal, se le impide defenderse.


Es por eso que quienes defendemos a Plácido sin tener el gusto de conocerle personalmente, no lo hacemos porque “creemos en ti, hermano” lo hacemos para defender la presunción de inocencia. Dicha presunción, que se aplica incluso a los asesinos más sádicos y recalcitrantes, es uno de los pilares básicos de nuestra democracia y si no pensáramos que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, nuestra sociedad sería un lugar mucho más desagradable para vivir.



Vayamos a los hechos: la verdad es que en el mundillo de la música, Plácido Domingo siempre ha tenido fama de donjuan. Pese a llevar muchos años casado, las malas lenguas aseguran que ha sido muy aficionado a galantear a sus jóvenes compañeras, pero también es cierto que pocas de ellas le han hecho ascos. Y es que Plácido ha sido siempre lo que se dice “un tío muy bien plantao” además de rico, famoso, influyente y de los mejores en su profesión. Eso por supuesto no significa que toda mujer tenga que sentirse halagada y aceptar cualquier proposición de su parte, pero suele pasar que muchas se sientan halagadas y acepten sin dudarlo. Y quien no acepte, no tiene más que abrir la boca y decirlo, o simplemente no hacer nada. Hablamos de un hombre al que todos nos imaginamos regalando un “está usted preciosa esta noche” a la Desdémona de turno, pero nadie se lo imagina pasando de ahí a mayores, a menos que cuente con el beneplácito y la sonrisa cómplice de la afortunada soprano.


Además tampoco nadie ha insinuado ninguna otra cosa: de las ocho presuntas ofendidas por el presunto acoso, sólo una ha dado su nombre y comentado hechos concretos, una mezzosoprano llamada Patricia Wulf en cuyo currículum hace poco aún figuraba haber compartido escenario con el famoso tenor, y a la que al parecer éste le dijo en una ocasión “¿qué haces esta noche, cuando termine la actuación?” y ya está. Ése es todo el acoso que se conoce perpetrado por Plácido Domingo, hace más de treinta años. Por supuesto Wulf ni le denunció entonces ni le ha denunciado ahora, se ha limitado a quejarse en algunas revistas de que se sintió acosada, y me imagino que a cobrar por ello.


En plena orgía de acusaciones del metoo dirigidas a artistas célebres, con todo el feminismo y el progrerío estallando de cólera cada dos por tres y con cientos de periodistas buitres de todo el mundo frotándose las manos (“no dejes que la verdad te arruine una buena historia” es su máxima), al apabullado tenor se le ocurrió que la cosa se calmaría si pedía disculpas públicamente a quien pudiera haberse sentido alguna vez ofendida por su comportamiento galante. Un gesto que le honra pero que tuvo un resultado nefasto. El bueno de Plácido, que siempre ha sido un caballero a la antigua, no podía contar con que femilumbreras como la Ministra de Igualdad iban a interpretar sus disculpas como una confesión en toda regla, y como es lógico fue peor el remedio que la enfermedad. Con el feminismo institucional vale aquello de “vamos a quemar las calles, y luego si eso ya buscaremos una excusa” y el tenor español, ingenuamente, les sirvió la excusa en bandeja.



Esta semana, la ministra feminista se ha referido a Plácido Domingo como “un hombre que ha confesado haber cometido abusos sexuales” ahí es nada, y lo ha hecho para criticar la merecidísima ovación que el público brindó al tenor tras una actuación en Madrid, después de dos años sin pisar escenarios españoles a consecuencia de la persecución del metoo. Ése es el nivel del feminismo español. Permítanme que, como mujer, me sume entusiasmada a la ovación dirigida a Plácido Domingo, el mejor tenor español de todos los tiempos y a día de hoy, un ciudadano libre de antecedentes penales. Y permítanme que, también como mujer, me pregunte qué pensaría la Ministra de Igualdad de un político español que se dedicara a liarse con sus jóvenes compañeras, ponerles pisos y ministerios, quedarse con sus tarjetas telefónicas llenas de fotos íntimas, decir lindezas como “la azotaría hasta sangrar” o “los feministas follamos mejor”… no sé, me da que como buena feminista nunca se le ocurriría emparejarse con un tipo así, pero no sé qué pensar.

lunes, 24 de mayo de 2021

Eurovisión de mi vida

Bueno, pues ayer me calcé en youtube y de un tirón las dos Semifinales y la Final ¡qué maravilla! a partir de ahora me perderé la fiesta, pero lo voy a ver siempre en diferido. Lo de ir directamente a las canciones saltándose a los presentadores y demás, y sobre todo no escuchar a un solo locutor de televisión española me ha encantado. Viva youtube forever. Y por cierto, un día de estos van a presentar el festival quince personas con sus galas y sus boas, cada vez hay más presentadores y cada vez van más peripuestos. Como tienen que cumplir con lo de la diversidad y la inclusión y todo eso… pues nada, me veo un año de estos a un equipo de fútbol presentando el Festival, pero un equipo mixto, inclusivo, interracial, intercultural y con perspectiva de género. Todo sea que entonces se empiece a quejar el equipo de baloncesto.



Los engalanados presentadores


Al lío, éste ha sido sin duda el año de las buenorras. La profusión de macizas de prietos muslos, embutidas en mini vestidos de lentejuelas ha sido sublime, las hemos visto de todos los colores y de todas las tallas. Es curioso lo de las modas en el Festival, de repente un año aparecen un montón de grupos de chicos jóvenes bailando al unísono, otro año aparecen buenorros con camiseta ajustada a punta pala (lo cual siempre es muy socorrido) y éste ha sido el año de las divas divinísimas, aunque con mejor o peor suerte para ellas.



Cuaaaanto pelo

Guapetonas estaban todas, pero la de Grecia por ejemplo se movía peor que un pato en un garaje. Chico, a esta tía no la pongas a bailar, la pones en medio del escenario con sus lentejuelas, metida en un vestido de ésos gigantes y ahí quietecita, que bailen los bailarines y ya está. La de Moldavia tampoco es que fuera Pavlova, y además se podía haber teñido la ralla del pelo para ir a Eurovisión, ¿eso son las mechas californianas o es pasar de todo? 


Hablando de pelazos, las tres cantantes serbias, madre de Dios. Digo yo que eso será postizo, porque tres melenas igualitas, morena rubia y pelirroja, un clásico, incrustadas en tres macizas cantantes, igual es mucha casualidad. Además estas chicas debieron acabar con un esguince de cervicales porque se daban unos meneos a los melenones que a mí me dolía el cuello sólo de verlas. O igual es que me hago mayor, no lo sé. Otro aspecto me llamó la atención de las cantantes serbias: la cirugía estética. En serio, que no lo entiendo. Estas chicas tendrán como mucho treinta y cinco años y llevaban la cara operada hasta el tímpano de la oreja. Al final acaban pareciendo sesentonas venidas a menos en lugar de treintañeras en su plenitud, ver para creer.



La israelí Eden y su peinado

El pelo de la israelí parecía una antena wifi de las antiguas, y la cantante maltesa debería haber elegido otras botas, las que llevaba le oprimían el muslo y a veces daba la sensación de que tenía las piernas torcidas. Creo que hubiera estado mucho mejor con un look Netta, toda la pierna al aire con una buena media y bota corta de tacón ancho.


El premio al cuerpazo del día se lo lleva la cantante albanesa: muslazo jamonero, cadera opulenta y cinturita estrecha, ¡un auténtico primor! Y el premio al anticuerpo se lo lleva el de Suiza, pero como ése más o menos cantaba, lo dejamos para luego.


Para contrarrestar tanto sex appeal de repente aparece la búlgara con un look, así como de andar por casa pero con botas montañeras que yo dije, “esta chica, ¿no le habrá dado tiempo de arreglarse o qué?” en serio, creo que lo que llevaba puesto era un pijama.




Los italianos ganadores. Qué heavy.



El buenorro del Festival, el guitarrista de Dinamarca que no pasó a la final. Los de Italia  sin maquillar igual le habrían hecho sombra pero con tanto kohl no son mi tipo, la verdad. El danés era de lo más guapo, oye, aunque eso sí, tenía un ramalazo… para mí que este chico es hetero. Yo soy una persona que no me gusta cotillear y que cada uno haga con su vida lo que quiera, pero te lo digo yo que ese tío es más heterosexual que un palomo con dos patas, y mira que es difícil parecer hetero con un pantalón lila. De mí te puedes fiar que tengo muy buen ojo para esas cosas, hetero perdido, lo que yo te diga.


El vestido más horrendo lo llevaba la de Rumanía, el look de los lituanos me encantó y mira que era simple, y los islandeses… ay los islandeses, pero ¿qué coreografía de patio de colegio es ésa? aunque estaban de lo más simpáticos, las cosas como son.


La cantante belga tenía cara de maestra de pueblo en los años 50, y además el pelo se le metía constantemente en los ojos. La pobre, no he visto persona más incómoda en mi vida. Encima su canción se llamaba “The wrong place” (El sitio equivocado), desde luego muy apropiada para su peinado.

Por cierto, me dicen que el cantante suizo salía en el programa de Rociíto y resulta que se apellida Tears, lágrimas. Esto lo han hecho adrede ¿verdad? ¿o no?



Johnny Logan, héroe eurovisivo

El detalle más bonito de toda la puesta en escena del Festival fueron los ganadores de otros años cantando un fragmento de sus canciones en una terraza, eso fue original y me encantó. Además en la segunda semifinal salió Johny Logan, que no cantó pero está el hombre que gana con los años, da gusto verle. Y además recordemos que es un auténtico héroe eurovisivo, el único que ha ganado dos veces el Festival.


Y tras hablar de modelazos y remembranzas, que era lo importante, vamos a las canciones. Mi top ten por orden de preferencia: Francia, Chipre, Portugal, Alemania, Dinamarca, Azerbayan, Países Bajos, Irlanda, Islandia e Italia. Poco acertada he estado, la verdad. El suizo tenía buena voz y cantó muy bien, pero la canción no me entusiasmaba; igual me pasó con Israel, la cantante me gustó, la puesta en escena también, pero la canción la verdad es que no. 


Chipre, Portugal, Alemania, Países Bajos y Dinamarca pensé que estarían cerca de la gloria porque me gustaron mucho, pero todos quedaron regular tirando a mal. El cantante portugués parecía Fernando Tejero con una voz rarísima, pero la verdad es que la canción era muy bonita y la puesta en escena sencilla, adecuada y muy interesante. Francia me deslumbró, le dimos los doce puntos de manera más que merecida, fue una preciosidad de canción y muy bien interpretada. Intuyo que esta cantante va a ser de las que no ganan pero luego hacen una carrera larga y exitosa, y espero que así sea. Con Suecia me pasó lo contrario que con Israel, la canción estaba bien, pero esa manera de cantar haciendo flexiones lumbares me incomodaba bastante.


Et voilà, la cantante francesa

La canción ganadora “Zitti e buoni” (Callados y buenos) de Italia, me gustó más al escucharla por segunda vez. No es mi estilo y nunca pensé que iba a ganar, pero tampoco está mal. Eso sí, ver a tanto heavy tan peripuesto y llorando a moco tendido después de ganar el Festival no tuvo precio. Menudo sofoco se me cogieron las criaturas. Semejante efusión me la hubiera esperado más del suizo, pero mira, fueron los italianos, para que nos fiemos de las apariencias.


Y en cuanto a España, mi querida España, esta España nuestra… joer que no nos ha votado ni Portugal, menudo desastre. Dice un meme que España no veía un ridículo así en Eurovisión desde… ¡el año pasado! pero es que llevamos años llegando a la final directamente y sin que nos vote ni el tato. Con la de buenos cantantes que hay en España y RTVE no para de llevar nenitos a medio cocer que nos dejan para el arrastre. La canción española era un churro, para qué negarlo, pero es que además el nenito de este año la cantaba casi toda con una horripilante voz de falsete que dañaba el oído y claro, no nos hemos comido un torrao. Hasta el de Reino Unido, que no se llevó un solo punto, me gustó bastante más. 


Encima el nenín anda por las redes atusándose espantado el tupé debido al terrible avance de la ultraderecha, cantando las glorias de nefastos expresidentes y soltando tibiezas tipo “Viva nuestro país” no sea que se despeine o le salgan ronchas de decir la palabra España. Amo a ver, querubín, como a cantar ya no vas a aprender te voy a enseñar a vitorear, que me siento generosa hoy: ¿cual es tu país, piltrafilla? ¿qué banderita ondeabas ayer la única vez que te enfocaron en el set, cuando recibiste CERO puntos del voto del público? ¿de dónde es la TV pública que con los impuestos de los ciudadanos ha pagado tu actuación? escucha atentamente que te lo voy a decir sólo una vez, meloncete: se dice ¡¡¡VIVA ESPAÑA!!! con mayúsculas y olé. Y luego se ponen unos emoticonos de banderitas. 

domingo, 15 de julio de 2018

Luis Miguel

Mi super entrada

Ayer la Zenia se fue de concierto y no un concierto cualquiera. Llevaba 30 años queriendo ver ese concierto en vivo y nunca había tenido ocasión, más que nada porque Luis Miguel suele prodigarse mucho por América y poco por Europa salvo este año que le ha dado por hacer varios conciertos en España, y en uno de ellos estuve ayer. El Luismi ha sido siempre mi amor platónico, eso que ahora se llama “crush” y aunque después de él ha habido otros (Brad Pitt, Felipe de Borbón, Jean Claude Van Damm, el príncipe Harry, todo el casting de Spartacus…), el primer amor nunca se olvida por muy platónico y friendzónico que haya sido, hay que ir a verlo cueste lo que cueste. Y cuesta, doy fe, que las entradas valían un riñón. 


Luis Miguel, años 90
Además yo me tiré al gasto y me compré una entrada llamada “Golden circle early entry”, que es la zona más cercana al escenario y además te dejan entrar antes que el resto para que cojas buen sitio. Me las prometía muy felices porque en el video publicitario de esas entradas se ve como una pequeña recepción, unos canapés, una copita de champán, todo en plan fan superfan con privilegios, y nada más lejos de la realidad. Además al comprar esa entrada te dicen que estés allí como mucho a las 19.15h (el concierto empezaba a las 21.30h… en teoría) para ponerte la pulserita, el colgante, darte un regalo, vamos que yo me imaginaba poco menos que la alfombra roja. A las 18.30 estaba ya allí, de pie, con todo el sol de Valencia en pleno julio. Yupi. Es verdad que no hice cola, los VIP “Golden circle early entry” pasamos el primer filtro por un pasillo reservado, anduvimos un buen trozo hasta el recinto y allí entramos los primeros, a tomar posiciones en primerísima fila, felices y entusiasmados. Y entusiasmados nos quedamos de pie durante cuatro horas y media, con todo el sol de Valencia en pleno julio, yupi superyupi. Bueno, algún ratito nos íbamos sentando en el suelo, al final como es lógico el sol se fue y había buen ambiente; nos reímos, nos contamos anécdotas, cotilleamos un poco sobre la vida y milagros de Luis Miguel, lo cabroncete que fue su padre con él y todo eso, pero la verdad es que aquello se hizo eterno. Yo me enteré de que iba a estar de pie cuando ya estaba dentro y pensé “si lo sé no vengo”, así que me alegro de no haberlo sabido porque ciertamente, no hubiera ido ni de coña. Además el concierto empezó a las 23.07h, que estábamos todos mirando el reloj. Una hora y treinta y siete minutos de retraso, más todo lo que llevábamos allí, puedo asegurar que el cabreo generalizado era importante. Luego empieza el espectáculo y te olvidas, pero me sigue pareciendo una tremenda falta de respeto, sea quien sea el responsable.

Luis Miguel 1990
He de decir por si alguien no lo conoce que Luis Miguel es un cantante excepcional. Tiene una voz única y una sensibilidad especial, lleva toda la vida cantando y hubo momentos verdaderamente emocionantes al escucharle. Además nos cantó las canciones de nuestra época: “Muchachos de hoy”, “Isabel”, “No me puedes dejar así”, “Palabra de honor”… ¡incluso “Decídete”! Ésta es una canción muy peculiar, vamos a pararnos un poco para recordar la letra:

“Nos quedamos solos
todos se marcharon
y en tu cuarto había apenas luz en un rincón
te quité el vestido
te besé en la boca
pero no quisiste darme todo una vez más

decídete
yo se bien que es la primera vez

para mí también es nuevo y quiero que sea contigo
decídete
no me tengas más así, amor
que no puedo resistir sin tenerte, maldita mi suerte
decídete”



 

No sé qué opinarían hoy las feministas pero puedo afirmar sin ningún género de duda lo que opinábamos las adolescentes de medio mundo en los años 80: aquello era el no va más del romanticismo y ser desvirgadas por Luis Miguel se convirtió en nuestro mayor deseo. La educación que nos habían dado las monjas a tomar por saco, queríamos desvirgamiento, “ay tía, si me lo pidiera él le diría que sí, luego iría a confesarme pero le diría que sí”, era una conversación habitual en el patio de nuestros colegios. Lo cual visto en retrospectiva no deja de ser curioso, porque Luis Miguel en aquella época tenía catorce años y era así:

Cantando "Decídete"
cierto, nosotras teníamos la misma edad pero vamos, que los he visto con más pinta de macho desvirgador, las cosas como son. En fin, la adolescencia te hace ver todo de otra manera y no queda otra que pasar por ahí, ¿qué chico hetero de mi generación no soñaba con ser desvirgado por Pamela Anderson? pues ya está, cada uno lo suyo.

Luis Miguel 1984
Si bien la voz de Luis Miguel sigue siendo un prodigio y su arte para cantar también, de su aspecto físico no se puede decir lo mismo. Lo que se ha hecho este chico en la cara no tiene nombre, pero debería estar prohibido. Luis Miguel fue un chiquillo precioso y cuando creció se convirtió en el hombre más guapo que yo haya visto jamás. Tenía una cara varonil a la par que angelical, los ojos enormes y verdes con una caída de párpados adorable, la nariz ancha, el cabello largo y rubio, los labios voluptuosos y una sonrisa para derretirse, con una pequeña separación entre los incisivos que acentuaba su encanto y nos volvía locas. Está claro que si no se hubiera retocado, hoy en día con 48 años no sería lo mismo, pero seguiría siendo un hombre guapo de 48 años, con sus arruguitas y sus canas, como tiene que ser a esa edad. Haber metido el bisturí en esa cara y haberla dejado así, es un crimen.

Luis Miguel, 2018
¡Pordios, si parece Cher, Meg Ryan, Belén Esteban, Camilo Sexto! ¿por qué lo has hecho Luismi, por qué? tu cara no era sólo tuya, era patrimonio de la humanidad reconocido por la UNESCO, no tenías derecho, tus cirujanos deberían estar en la cárcel junto al zumbado aquel que le dio un martillazo a la Pietà de Miguel Ángel, no es justo, de verdad NO ES JUSTO. Ahí has ido a hacer daño Luismi, que lo sepas.

Claro, lo bueno y lo malo de ver un concierto de Luis Miguel tan cerca, es que se le ve muy de cerca. Hace treinta años me hubiera desmayado de tenerlo a dos metros, pero ayer le miraba y le estaba viendo la papada, el bótox, el implante capilar, los párpados estirados, el blanqueamiento dental y el ya inexistente hueco entre sus dientes que tan adorable resultaba. Menos mal que sigue cantando como Dios y los Ángeles porque si no la decepción hubiera sido mayúscula.

El concierto de ayer
Por cierto y hablando de cantar, Luis Miguel no utilizó micrófono inalámbrico, usó uno con cable de los de toda la vida con el cable enredándose por todas partes como toda la vida, pero a la vez llevaba EN LA MANO una petaca de inalámbrico, o eso me pareció, y por supuesto todos sus músicos usaban inalámbricos y llevaban la petaca donde suele llevarse, enganchada en el cinturón por detrás. ¿Caprichos de divo? quizá, no sé, pero desde luego un capricho bastante incómodo para alguien que se pasa la vida en los escenarios.


Y otra cosa que me sorprendió de las más relacionadas con el oficio, además de los monitores de sonido había dos de imagen, uno a cada lado del escenario, donde se iban reproduciendo las letras de las canciones, estilo karaoke. Pero lo que me sorprendió no fue eso, sino que Luis Miguel las estuviera mirando constantemente. Está bien tener las letras a mano como recordatorio por si te despistas pero vamos, que no creo que no se sepa las letras después de tantos años cantándolas… ¿otro capricho de divo? meditaré sobre ello.

La parte del concierto que más me gustó fue cuando salieron los mariachis. Llenaron el escenario de Méjico y de alegría, cantaron, tocaron, bailaron y a Luis Miguel se le vio comodísimo, se le notaba disfrutar en las canciones que cantó acompañado de mariachis. El público también lo disfrutó y lo agradecimos mucho, estábamos ya cansados casi al final del concierto pero nos dio un subidón y un bailoteo increíble, las coreamos todas y lo pasamos genial en ese momento.

Momento mariachi
Cuando acabó el concierto y mientras los músicos tocaban unos loops, Luis Miguel se puso a lanzar algunas rosas blancas a gente del público, ¿a que no adivináis a qué superfan miró a los ojos y le lanzó una rosa directamente a las manos? venga una pista: a una que estaba en primera fila… venga, otra pista, mirad la foto:

pues sí, otro de los momentos emocionantes del concierto. Me puse directamente la rosa en el escote y durante las más de dos horas (literal) que estuve intentando coger un taxi al salir, un montón de gente me hizo algún comentario acerca de la rosa. Una chica me aconsejó que la pusiera boca abajo y le diera laca para conservarla, no lo sabía y me pareció una idea genial. El problema es que yo no tengo laca y hoy me duele todo y no me apetece ir a casa de mi madre a ver si tiene, he puesto la rosa en agua y ahí está, supongo que acabará marchitándose. Ley de vida, menos mal que los buenos recuerdos no se marchitan nunca.

lunes, 16 de mayo de 2016

Pinceladas eurovisivas

Vamos a hacer un descansito en el relato del viaje a Israel y a hablar un poco del Festival de Eurovisión, que hace mucho que no hablamos. Un año o así.

El cañonazo 2016 sin ninguna duda es el húngaro Freddie. Lavirgen cómo está. Eso sí, encima del escenario va y resulta que es el tío más soso del planeta, no es ninguna maravilla cantando y se mueve como un elefante en una cristalería. Nos habíamos acostumbrado a los macizos tipo Sakis Rouvas y este chico… lo intenta, pero no. Vamos que no, ni de coña.

Freddie el húngaro, que se vea bien
Por cierto, hablando de macizos, hay un curioso fenómeno eurovisivo que me gustaría estudiar con más detalle desde el punto de vista psicológico, me planteo seriamente que sea el tema de mi futura tesis doctoral. No, los macizos no, el hecho de que en cada Festival hay siempre varios clones del ganador anterior. El año pasado se alzó con el triunfo Mans Zemerlow, así que este año hemos visto a porrillo solistas masculinos con look buenorro y canción pegadiza acompañada de proyecciones incluidas en la coreografía, aunque estadísticamente es más probable que gane algo totalmente diferente a lo del año anterior, como así ha sido. Voy a darle vueltas un poco, que al final me sale sola la tesis.

El premio al vestido más original y psicodélico va sin duda para la intérprete búlgara. Enhorabuena, chata.

La cantante búlgara
TVE para variar se ha lucido bien, muy en su estilo. Vayamos por partes:
  1. Esto no es nuevo ni es exclusivo de Eurovisión, pero los comentaristas españoles pronuncian de pena cualquier nombre que no sea español, y claro, en Eurovisión hay alguno que otro como era de esperar. Entre éstos y la comentarista de gimnasia-patinaje, hartita me tienen.
  2. Han hecho lo imposible. ¿Se acuerdan ustedes del anuncio de aquella bebida de cacao que “no se disuelve instantáneamente sino ¡mucho antes!” Pues los dos comentaristas del Festival han inventado la traducción no simultánea, sino ¡mucho antes! Daba gusto, oye, oírles traducir lo que decían los presentadores antes de que lo dijeran, y no fue una vez ni dos ni tres. La mare que va. Por otra parte los pobres suecos se curraron un montón de chistes, anécdotas y dobles sentidos que fueron totalmente aniquilados por los comentaristas españoles a base de ignorarlos o de traducirlos mal. Recomiendo fervientemente volver a ver el Festival sin comentarios, está en Youtube y vale la pena. https://www.youtube.com/watch?v=no1v1-2HZ6g
  3. Y el colmo de los colmos, meter con calzador el telecupón y privarnos del magnífico espectáculo del intermedio qué sólo pudo verse, o más bien intuirse, en un encuadre diminuto y sin sonido. Era más importante hacer publicidad de series y películas que próximamente emitirá nuestra televisión pública, a ver si nos las vamos a perder.

Mis canciones favoritas eran Australia, Austria, República Checa, Israel, Croacia e Italia, por ese orden. Por la que ganó no daba ni un duro y por la española tampoco, aunque he de reconocer que ambas intérpretes lo hicieron genial cada una en su estilo, lo que no me gustaba eran las canciones, ni la una ni la otra.

Y llegamos al polaco, que no se comió un torrao pero está dando que hablar a base de bien y por varias razones. La primera es “¿a quién me recuerda este chico? ¿a quién me recuerda?” Claro, al final caí, y hoy me encuentro esto en internet. No fui la única por lo visto ;-)


En su presentación lo más bonito que dijeron de él es que nunca había estudiado música. Ya estamos. Me fastidia que tenga la oportunidad de hacer música ante 150 millones de personas alguien que no ha estudiado música, con lo que nos ha costado y nos cuesta a quienes sí lo hacemos, pero lo que ya me revienta es que encima presuma de ello. Esa historia de que ser “músico de oído” siempre parezca ser más meritorio que 15 años de carrera me repatea, de verdad. Pese a ello he de reconocer que hay gente que tiene un don, que sin saber lo que es una clave de sol se ponen a hacer música y te dejan con la boca abierta. Me rindo ante esos talentos, me quito el sombrero y me pongo de rodillas frente a esa gente, que existe pese a ser el 0,01% de quienes dicen serlo. Y nuestro amigo polaco pertenece sin duda al 99,99% restante. Joer cómo desafinaba el tío, mi oído vulcaniano estuvo en tensión y diciendo “ay ay ay ay” desde que abrió la boca el chaval. Igual para otros eurofans no fue tan evidente pero mira, es lo que tiene haber estudiado música. Derrochaba personalidad, me gustó la puesta en escena, la canción era bonita y no tiene mala voz, pero tiene una voz que sonaba directamente desafinada, inestable, agreste, ruda, sin pulir, difícil de escuchar. Y todo eso se cura yendo a clases de canto, así que ya sabes Michal Szpak lo que tienes que hacer en tu próxima vida. O en ésta, que aún eres joven.

La australiana Dami Im
Australia ya participó el año pasado en el Festival, pero este año han enviado a la artillería pesada y no han ganado por los pelos, ahorrando a la organización un marrón de los buenos, porque aunque la televisión australiana puede participar a condición de renunciar a la organización del próximo Festival en caso de que ganara, a ver qué hacíamos. ¿Quién lo organiza? ¿por qué? ¿quién lo decide? Quita, quita, si eso que gane Ucrania y ya está porque vamos, el golazo de Ucrania en el último segundo gracias al nuevo sistema de votaciones a mí me sonó a que ya venía preparado de casa. Malpensada que es una. Por cierto, al polaco le habían dado 7 puntos en toda la noche los jurados profesionales, y gracias al voto del público subió de golpe 222 (que parece algo así como la tercera parte del anticristo), encumbrándose a la octava posición. Sin comentarios pero me hizo gracia eso de ser elevado a los altares eurovisivos únicamente por medio del apoyo popular, no me diréis que siendo un clon de quien es, no tuvo su chispa la cosa.

Y con esto y un bizcocho, mis queridos euronerds, hasta el año que viene en Kiev.




lunes, 17 de agosto de 2015

Aquí no se canta

El polémico artista

Un artista de nacionalidad estadounidense es contratado para actuar en un festival en España. Un grupo de personas que no simpatizan con la política israelí presionan a la organización del festival para exigir a dicho artista unas declaraciones contrarias a Israel. El artista se manifiesta apolítico y a favor de la paz en Oriente Medio, responde que sólo quiere cantar y que en sus letras no ha tocado nunca el tema de la política de un país que además no es el suyo. La organización del festival parece que quiere llegar a un acuerdo pero al final cede a las presiones y condiciona la actuación del artista a que se manifieste políticamente, y por supuesto sólo hay una respuesta válida. El artista los manda a paseo, su actuación se suspende y AQUÍ NO SE CANTA. Al más puro estilo español, con un par. Por supuesto el festival está financiado con dinero público y por supuesto el artista es judío. Inimaginable la situación si cambiamos “judío” por “musulmán” e “Israel” por “Irán”. Así, como ejemplo.

Matisyahu, que así se llama el cantante, es un judío estadounidense de éxito internacional que debe de estar encantado con la polémica en torno a él, porque ni pagando millones le habrían hecho tanta publicidad. Y publicidad buena porque el tío es bueno, muy bueno. No se dedica a mi estilo de música favorito, pero ya le he escuchado en youtube y comprado su música en iTunes, se lo ha ganado a pulso por buen músico y por no entrar al trapo en estas confrontaciones y dedicarse a sus otros compromisos profesionales, que los tiene y muchos.

En cuanto a los amiguitos de los palestinos, el movimiento BDS, se han apuntado el tanto y están más contentos que Casillas levantando la Copa del Mundial. Hablan sin pudor de “un gran éxito” y lo celebran encantados con champán y guirnaldas. No es para menos, se trata del primer “éxito” que se les conoce en más de diez años de existencia, de subvenciones y de gastar dinero público en campañas para impedir que la gente compre productos israelíes, para intentar según ellos ahogar económicamente a Israel y que éste cambie su política de, según ellos, agresión, genocidio, no respeto a los derechos humanos, exterminio, etc. con respecto a los palestinos. Todo ello desde sus smartphones con tecnología israelí, mediante internet y sus motores de búsqueda desarrollados por israelíes. No vayamos a ser sólo un pelín hipócritas, ya puestos vayamos a tope y por ser  hipócritas que no quede.

"A todos los que boicotean a Israel: por favor llevad siempre encima este distintivo. Así, en caso de emergencia ningún dispositivo, medicina, método o investigación científica proveniente de Israel, será utilizada en vuestro tratamiento"

Y lo más tremendo, lo más flagrante de este caso es que parece ser que aún no se han enterado de que los palestinos comen todos los días gracias a la ayuda humanitaria que les envía Israel, beben el agua que “fabrican” los israelíes con sus desaladoras y se curan en hospitales que disponen de todos los avances médicos desarrollados en Israel y por israelíes. Lo cual quiere decir sin duda que si alguna vez el BDS consiguiera hacer, no ya daño sino cosquillas, a la boyante economía israelí, es muy probable que se encontraran con un Ariel Sharon elevado a la octava que dijera “pues muy bien, para que coman los palestinos que coman los israelíes. Se acabó la ayuda humanitaria, la comida, el agua y las medicinas. Ahí os quedáis palestinos, que os envíen camiones de fruta los del BDS, porque nosotros pasamos.” Y a ver qué hacían entonces los palestinos. Y los payasos del BDS.

(Nota importante: no he utilizado la palabra “payasos” en sentido peyorativo, válgame el cielo, la he utilizado porque entre las asociaciones que se apuntan al movimiento BDS hay varias de payasos, tipo Payasos Sin Fronteras, Payasos en Rebeldía y tal. Vamos, lo que viene siendo Payasos Fuera del Circo, que en mi opinión es el único lugar donde deberían estar tan nobles personajes, ejerciendo sus tan nobles funciones.)

"Yo compro productos israelíes. Pregúntame por qué"
Uno de los puntos de mayor controversia en todo este asunto, parece ser que ha sido la afirmación “Palestina no existe” en boca del judío rapero Matisyahu. En boca de alguien que ha compartido cartel en varias ocasiones con artistas palestinos sin exigirles manifestaciones políticas, y que además tiene más razón que un santo. Yo también lo digo de manera muy clara, Palestina no existe, y lo digo porque es cierto: Palestina como país no existe, y menos como país musulmán. Y ojalá existiera. Ojalá cuando en 1948 la ONU decidió dividir la Palestina británica en dos estados, uno judío y uno árabe, los musulmanes palestinos hubieran hecho lo que hicieron sus vecinos, los judíos palestinos: subirse las mangas y ponerse a la labor de construir un estado. Eso es lo que marcó realmente la diferencia, esa es la razón de que hoy en día Israel exista y Palestina no. Los musulmanes se negaron a aceptar que los judíos tuvieran derecho a tener un estado propio, ese derecho que por otra parte clamaban y siguen clamando para ellos mismos; los musulmanes consideraron y siguen considerando todo el territorio israelí, delimitado por la ONU en su momento, como “la Palestina ocupada”; los musulmanes creen tener derechos históricos (¿¿¿históricos???) no sólo sobre los territorios palestinos sino también sobre los territorios israelíes, y esgrimiendo esas razones justifican cualquier barbaridad cometida por sus Hamás, Al Fatah, Hezbollá, y por extensión todo el terrorismo islámico en el mundo. Todo ello con la connivencia y el beneplácito de sus amiguitos, los payasos oenegistas y supertolerantes españoles, que en cuanto abren la boca se dedican a justificar la violencia más salvaje siempre que sea contra Israel, y de los cuales aún no he conocido a uno que sepa señalar en un mapa los territorios palestinos.

Los que sí cantaron

En fin, es lo que hay. No tenía pensado ir a ver a Matisyahu en el festival Rototom de Benicàssim (Castellón) antes de que se montara este lío con los boicoteadores, más que nada porque no sabía de su existencia, pero ahora el hombre ha ganado una fan incondicional. Tampoco conocía la existencia del festival, al que desde luego no iré jamás en el caso de que se siga celebrando, pero a cuyos organizadores y subvencionadores me gustaría pedir un poco de coherencia. Si la cosa va de no contratar artistas cuyas simpatías políticas o religiosas es posible que se acerquen a gobiernos que, en opinión de algunos, es posible que no respeten escrupulosamente los derechos humanos, pues empecemos:
  1. A todo artista musulmán o nacido en algún país árabe, hay que exigirle que manifieste públicamente su oposición a las crueldades de la sharia, la ley islámica; y además que condene con igual contundencia los millones de crímenes cometidos por el gobierno iraní, el iraquí, el saudí… por los terroristas de Hamás, Al Qaeda, Hezbollá, Boko Haram, Estado Islámico… aunque sea obvio que el artista no es quien ha cometido esos crímenes, da igual. Por si acaso.
  2. A todo artista ruso, chino, cubano, rumano o militante en un partido de izquierdas en cualquiera que sea su país, hay que exigirle una manifestación pública en contra de los genocidios cometidos por Stalin, Mao, Fidel Castro o Ceaucescu contra sus respectivos pueblos. Además tiene que hablar personalmente con Putin para que devuelva Crimea a los ucranianos, con el gobierno chino para que devuelva el Tibet al Dalai Lama, y con lo que quede de los hermanos Castro para que devuelvan la propia Cuba a los cubanos, y permitan regresar sin problemas a todos los que llevan años yéndose a Miami. Y a sus hijos y a sus nietos.
  3. A todo artista norteamericano de raza blanca, hay que exigirle explicaciones, declaraciones y condenas públicas respecto a la guerra que sus antepasados colonos hicieron contra los indígenas norteamericanos, y el exterminio, reclusión y discriminación que sufrieron éstos a continuación de la guerra.
  4. Tampoco se libra ningún artista británico, francés, holandés o japonés. El pasado imperialista de sus países y la no condena de sus gobiernos y de ellos mismos a cualquier imperialismo pasado, presente o futuro, hace inviable e incompatible con los derechos humanos su contratación en España. País por otra parte al que el BDS parece que considera libre de culpa y de todo mal, en especial de tener tras de sí anarquías, dictaduras, represiones e imperialismos varios de todos los colores. Vamos hombre. Así que los artistas españoles también, boicoteados todos, como si no tuvieran bastante con morirse de hambre si intentan ser profesionales.
  5. Y de los alemanes ni hablemos, los muy ladinos persisten en seguir hablando la misma lengua que hablaba Hitler, a dónde vamos a ir a parar, imperdonable. A los alemanes ni agua.

Etcétera, etcétera, etcétera. Y no nos limitemos sólo a los artistas, exijamos lo mismo a cualquier trabajador antes de permitirle ejercer su derecho a ganarse la vida: si es judío, musulmán, o cristiano, que pida perdón de rodillas a los del BDS por cualquier acto de barbarie cometido por sus correligionarios a lo largo de la historia, y que los del BDS, justos y ecuánimes como son ellos, decidan en base a ese criterio quién tiene derecho a trabajar y quién no. Midamos también con esa vara a cualquier estudiante que disfrute de una beca, especialmente en tierra ajena. Podemos empezar por la niña palestina que derramó sus lágrimas frente a Angela Merkel, no de agradecimiento por haberle permitido disfrutar de un bienestar y una formación académica que jamás le habrían procurado ni su religión ni su origen, no, sino de tristeza porque dicha situación fuera temporal (algo sabido desde el principio) y no se le permitiera seguir en Alemania a costa de los alemanes, negando la existencia de Israel y apoyando la causa palestina. Y en esas andamos, y así podemos seguir hasta que el sol salga por el oeste.

Para finalizar este post, un vídeo de Matisyahu. Que ustedes lo disfruten.