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sábado, 12 de octubre de 2024

El baile (Y bailaré contigo en Viena I)

“And I´ll dance with you in Vienna I´ll be wearing the river disguise”


“Y bailaré contigo en Viena llevaré puesto el disfraz de río”

Take this waltz, Leonard Cohen


Viena me ha enamorado, y partiendo de esa base todo lo que diga es poco. Qué ciudad más majestuosa, más imperial, qué sensación de grandeza pasear por ella. El hotel en el que me he alojado casualmente resulta ser el más antiguo de toda la ciudad y han mantenido la decoración en ese estilo: alfombras granate en las escaleras, muebles de época, ribetes dorados, una pequeña exposición de artículos de hostelería ya en desuso y unos simpatiquísimos recepcionistas que te hacen sentir como en casa, una maravilla de sitio. Hotel Stefanie en Taborstrasse 12, por si alguien estuviera interesado.


El minibar del hotel para mí estaba compuesto de agua del grifo. Escuché decir que era buenísima, la mejor bebida de Viena, y sintiéndolo por los cerveceros austríacos creo que no va desencaminada la afirmación. Es que además salía fresquita y todo ¡que agua más buena, pordios! he bebido litros. Alguna cervecita también ha caído, la verdad, pero el agua del grifo ha sido mi bebida principal en este viaje.



Y hablando de bebidas, aquí al café con leche le llaman melange, algo así como “mezcla”. Y por supuesto, cada bar luce un cartel con unas 300 maneras de preparar el café.


El jabón del hotel huele a albaricoque. Será que estoy algo predispuesta a dejarme impresionar por todo lo vienés pero qué gusto, de verdad, lavarse el pelo con algo que huele a albaricoque. Del chocolate ni hablamos ¿verdad? bueno sí, hablemos del chocolate. Tiendas de la marca Lindt con el mismo sistema de esas tiendas de golosinas a granel en las que coges la cantidad que quieres de lo que quieres, lo vas metiendo en una bolsa y luego te lo cobran a peso… ¡esto es el paraíso! para el bolsillo no, pero para la gula sí: bombones, tabletas, cestas de regalo, muchos tipos y sabores de chocolate todos juntitos en pequeñas tiendas austríacas. Me quiero quedar allí a vivir. En la tienda, digo. Ya de vuelta y cotorreando en internet me entero de que también hay algunas de esas franquicias en España, así que me mantendré alejada. Que una cosa es un extra de viaje y otra cogerle el gustillo.



Unos días antes, en la preparación del viaje, miro entradas para conciertos pero no compro ninguna porque los precios me parecen carísimos. Recuerdo cuando hace años yendo a Londres vi entradas para musicales por internet a precios prohibitivos y luego estando allí las compramos en la taquilla por tres veces menos, así que pensé hacer lo mismo en Viena. En mi primera tarde me desplazo a la Iglesia de San Carlos con la intención de escuchar las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Una vez allí veo una cola enorme para entrar y el guapísimo vigilante me dice que cree que no hay entradas ya, pero que pregunte. Pregunto y en efecto, mi gozo en un pozo, no quedan entradas. Eso sí, no pierdo la ocasión de al salir guiñarle el ojo al guapísimo vigilante y decirle “Sold out” con carita de resignación, a lo que el responde con un gesto apenado y una hermosa sonrisa. Ay. Estoy ya cincuentona, madurita y todo lo que se quiera, pero un hombre guapo de uniforme me sigue llenando de felicidad, qué queréis que os diga.


Al día siguiente, paseando alrededor de la Catedral se me acerca un señor vestido de chambelán y me ofrece entradas para conciertos. Me parece una buena idea, el tipo es de lo más simpático y las entradas tienen descuento, así que valorando distintas posibilidades me decido por un concierto de una pequeña orquesta con la participación de una soprano y un programa de lo más bonito. Ligero, popular, valsecitos, polkas… el teatro donde se celebra es una maravilla, no es muy grande pero la decoración es tan Viena del siglo XIX que me siento como pez en el agua y disfruto muchísimo del concierto. Por cierto, hubo mucho feeling con el chambelán, conversación, piropos, intercambio de teléfonos… pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión ;-)



“Si tuviera 50 minutos libres, los emplearía caminando lentamente por las calles de Viena”

El Principito


Me he tomado una licencia poética, lo reconozco, el Principito caminaría hacia una fuente, pero a mí se me viene a la cabeza esta frase porque lo que más he hecho en estos días ha sido caminar lentamente sin ir a ningún sitio, con los cinco sentidos a pleno rendimiento y disfrutando de todo lo que ofrece esta maravillosa ciudad. Hay un momento en el que paso por una especie de palacio, yo pensando que sería el Parlamento lo menos pero no, otro chico guapo en la puerta (¡pero qué pasa en esta ciudad!) me dice cuando le pregunto que es un hotel, el Hotel Park Hyatt para más señas. Lo digo por si algún millonario me lee y tiene interés, yo viéndolo por fuera no he mirado ni el precio.




En Viena te encuentras cada dos por tres iglesias igual de majestuosas que la ciudad. He entrado en todas las que he podido y en todas he disfrutado de las obras de arte que se hallan en su interior y también de un sentimiento de paz difícil de encontrar en otros lugares. Recuerdo cuando Oriana Fallaci se declaraba “atea cristiana”, alegando que pese a no ser creyente, entrar en una iglesia le hacía sentir paz, y a mí me pasa lo mismo. No pierdo oportunidad de entrar en una iglesia y permanecer unos minutos sentada allí con los ojos cerrados y sintiendo. En casi todas ellas hay Libro de Salmos con letra y partituras a disposición de los feligreses, todos en buenas condiciones y situados ordenadamente encima de cada banco. Es una de las cosas que más me gusta de países como Alemania y Austria, lo mucho que se cuida lo que es de todos y debe cuidarse. En España… en fin, mejor no pensar donde acabarían esos libros si se los deja sin amarrar en una iglesia abierta.




Dos museos de los que he visitado estos días me han impresionado en particular. El primero la Casa de la Música, qué decir… una exposición interactiva, en la que puedes desde crear tus propios sonidos hasta dirigir una orquesta, además de indagar en las vidas de los más famosos compositores. Muy recomendable, disfruté como una una enana.


Otro sitio donde me metí así sin saber mucho y salí encantada fue la exposición Historia de Viena interactiva. Impresionante todo lo que puede hacer la tecnología para que disfrutemos de una exposición. Me quedo con uno de los momentos: estábamos sentados, con unas gafas que casi parecían un casco y que te llevaban en 3D a un salón de baile vienés, donde sonaba un vals y cientos de parejas bailaban. Sí, te metías allí dentro y ya podías girar la vista 360 grados que seguías viendo parejas bailar a tu alrededor en el salón inmenso. Qué sensación, qué baile.




miércoles, 26 de octubre de 2022

Krav Maga en Praga


A punto de empezar
 
La primera vez que practiqué Krav Maga, hace años, pensé que debería ser una asignatura obligatoria en los colegios, especialmente para las chicas. Y fue sólo una mini clase entre amigos, en uno de mis voluntariados en Israel.


El Krav Maga es un arte marcial, un sistema basado en técnicas de defensa personal  y desarrollado en Israel. La traducción literal del hebreo es “combate de contacto” y es el sistema que utilizan las Fuerzas de Defensa de Israel, todos los soldados lo aprenden y practican durante su servicio militar. Se trabajan situaciones concretas para reducir a un adversario esté armado o no, pero el Krav Maga es mucho más. No se trata sólo de resolver una situación peligrosa, sino también de evitarla; de saber cuando puedes enfrentarte a alguien y cuando es mejor no hacerlo y salir corriendo; de dejar claro a primera vista, mediante tu actitud y lenguaje corporal, que es mejor no meterse contigo. Krav Maga es defensa personal, arte marcial, psicología y toda una actitud frente a la vida. Una actitud, dicho sea de paso, de lo más israelí.


Miedo con sabiduría, de Kfir itzhaki

La primera vez que vi a Kfir Itzhaki fue en un video de facebook: alguien lo compartió, lo escuché y quedé impresionada. En plena fiebre de adulación a la pequeña Tamimi, él la llamaba “mujer” (en vez de niña) y “terrorista” (en vez pobrecita palestina oprimida), con un par y con la cara bien alta. Qué valiente. A partir de ahí le contacté en facebook y fue el principio de una hermosa amistad. Hoy Kfir es mi terapeuta (un terapeuta muuuuuy bueno) y de alguna manera también mi ángel de la guarda. Es un hombre que te contagia su seguridad en sí mismo, su fortaleza, su amor por la vida y por la gente; es como la esencia de Israel concentrada en una sola persona. Su experiencia de vida es impresionante y para conocerla mejor recomiendo alguna de las conferencias que imparte por todo el mundo, pero como resumen baste decir que sirvió en el ejército en Duvdevan, una unidad de élite dedicada al contraterrorismo y por descontado es un gran experto en Krav Maga y otras artes marciales. Además ha escrito un libro, “Miedo con sabiduría” en el que habla de cómo hacer del miedo nuestro aliado, un libro que se está vendiendo de maravilla en Israel y se encuentra en proceso de traducción al inglés. Muy impaciente estoy por leerlo enterito, y a ver si con un poco de suerte y algo más de tiempo podemos disfrutarlo también en español.
 
 
 
El Moldava de noche
Hace unos meses, estábamos un día yo y mis inseguridades conversando con Kfir cuando me dijo: “voy a hacer en octubre un seminario en Praga, ven”. Y yo dije “vale, iré”. Lo cierto es que para viajar me lo pienso poco, pero además no había mucho que pensar, tenía la espinita clavada del último seminario en Valencia que no quise hacer porque no me encontraba en forma y necesitaba sacármela cuanto antes, así que llamé a la agencia de viajes y compré un billete a Praga de inmediato. He de decir que una vez allí a mis inseguridades las envié a pasear por el Moldava e hice todo el seminario como una campeona, y aunque me resultó duro físicamente (la verdad es que no estoy en forma, no nos engañemos) sólo tuve que parar y descansar después de un ejercicio especialmente intenso, lo demás lo hice todo sin grandes problemas. Así que de maravilla, feliz cual perdiz, orgullosa de mí misma, de mi trabajo y del de mi terapeuta.


Y ya puestos a volar a Praga, como el Krav Maga sólo me iba a ocupar dos días, decidí tomarme otros cuatro de vacaciones para conocer la ciudad y fue una magnífica decisión. Praga es preciosa, la típica ciudad centroeuropea con su bellísima arquitectura a la vista allá donde te encuentres. Sin duda el alma de la ciudad es su río, el Moldava. Un río enorme, muy ancho, lleno de vida y de belleza, que hace imprescindible un paseo en barco si te encuentras en la ciudad. Yo me di dos, uno de día y otro de noche. El compositor checo Bedrich Smetana supo interpretar el Moldava como nadie cuando compuso el poema sinfónico que lleva su nombre, y que forma parte de su obra “Mi tierra”.


Wine not?
Praga es además una ciudad segura, lo había leído en todas las guías que consulté y también me lo dijeron el taxista que me recogió en el aeropuerto y la dueña del apartamento donde me alojaba. Por la noche se ven muchas mujeres solas paseando o haciendo deporte, familias con niños, grupos de amigos y policías patrullando. La ciudad ideal para llegar a casa sola y borracha sin problemas (Irene…) Yo llegué sola todas las noches y una de ellas casi borracha, porque volviendo de un concierto paré a tomar una copa en un bar de vinos que había visto el día anterior, y me encontré con un camarero muy simpático que me estuvo hablando de las variedades de vinos que hacen en Chequia mientras yo me tomaba un blanco semidulce, y luego me convenció para tomar otro… es que el bar es un sitio precioso con vistas al río, que se llama “Wine not?”, igual por eso me dejé convencer. O porque el vino estaba delicioso, que también puede ser.


Cementerio judío
Praga tiene una importante comunidad judía, varias sinagogas y todo un barrio donde encuentras carteles en hebreo, restaurantes kosher y tiendas donde puedes comprar un collar con la estrella de David. La sinagoga española es una auténtica belleza, y en ella hay un pequeño museo dedicado a las víctimas checas del holocausto. En otra sinagoga, la Pinkas, están escritos en las paredes los nombres de todas esas víctimas por orden alfabético, con fecha de nacimiento y lugar de procedencia. Impresiona, impresiona mucho. Al lado se encuentra el cementerio judío que es un remanso de paz, con sus tumbas sobre las que se depositan piedras, igual que en Israel.


Otra de mis salidas nocturnas fue para ver una representación de teatro negro, un espectáculo que nació en Praga y sigue siendo parada imprescindible en la ciudad. Este género fue fundado por Jiri Srnec, y hay un teatro que lleva su nombre y que ofrece una  función casi todas las noches. Es un teatro diminuto, familiar, estás cerquísima de los actores y desde luego vale la pena acercarse a ver la representación.

Teatro negro
 
Así que a grandes rasgos este es el resumen de mi viaje a Chequia: Krav Maga, teatro negro, vino blanco, paseos por el Moldava y horas de conversación con mi admirado Kfir. Una auténtica gozada.









martes, 20 de septiembre de 2022

Su Graciosa Majestad


“Su graciosa majestad”, así es como llaman los ingleses a la Reina, lo cual no deja de tener su gracia, nunca mejor dicho. Vamos, que no me imagino yo a los españoles llamando “gracioso” al JuanCar. Y bien, como ya todo el mundo sabe, Su Graciosa Majestad nos dijo adiós la semana pasada a los 96 años de edad, tras una larga y fructífera existencia. Hay gente a la que le parece que ser Reina es vivir de lujo y no pegar un palo al agua, pero la realidad es algo distinta. Ciertamente los reyes no pasan hambre ni penurias, pero sus responsabilidades a veces son tan exigentes que resultan insuperables para otros seres humanos más normalitos. Y sí, como todos estáis pensando en la actriz-duquesita venida a más y luego a menos, ahora hablaremos de ella.



Soldados portando el féretro de la Reina Isabel


Lo cierto es que me encanta la Reina Isabel II. Como Reina ha sido ejemplar, ha cumplido con sus obligaciones sin despeinarse durante 70 años y ha tenido momentos realmente difíciles, como aquel famoso Annus Horribilis que le proporcionó motivos más que de sobra para acabar derrumbándose como madre y como Soberana. No lo hizo. En su última aparición pública la vimos recibiendo y saludando a Liz Truss, nueva Primer Ministro del Reino Unido. La Reina apareció muy desmejorada. Le faltaban dos días para morir, debía estar sufriendo mucho físicamente, se la veía muy delgada y débil, apoyada en un bastón y con las manos amoratadas… pero ahí estaba bien vestida, bien peinada y maquillados los labios de un rojo vivo que era toda una declaración de intenciones. Ahí estaba a sus 96 años, cumpliendo con su obligación hasta el final.


Los hijos no le salieron a esta mujer demasiado finos. Al final el que menos disgustos le ha dado es Eduardo, el menor, de quien se llegó a insinuar en su juventud que podría ser homosexual y con quien los tabloides se frotaban las manos esperando pillarle en un renuncio. Pero nada, finalmente se casó con Sophie, tuvieron dos niños y han acabado siendo los miembros más formales de la Royal Family. Tampoco Ana ha dado mucho que hablar salvo por su divorcio, que en su época fue sonado y disgustó a la Reina, pero luego se casó con otro hombre y a partir de ahí ha llevado una vida discreta y dedicada a sus funciones reales; ni se convirtió en un putón desorejado como las de Mónaco, ni sus maridos fueron por la vida haciendo el Urdangarín, así que bien por ella y por los sucesivos consortes.


Su Graciosa Majestad


Con Carlos y Andrés las cosas han sido bien distintas. El uno al menos acertó al segundo intento y sentó la cabeza hace diecisiete años al casarse con la mujer de su vida, pero el otro no ha sentado nunca ni la cabeza ni otras partes de su cuerpo que siguen dando mucho que hablar. Ahora bien, la bestia negra de la monarquía ha sido Diana de Gales, la jovencita angelical que se convirtió en princesa por matrimonio y acabó desesperada y desesperando a todos los que la rodeaban. Lo único que no tuvo Diana en su vida fue lo único que deseó: un hombre que la amara como mujer. El corazón de Carlos siempre perteneció a Camilla y es fácil imaginar la desesperación de la joven Diana, enamorada, cuando su marido la dejaba sola una y otra vez para reunirse con la amante. Nunca lo superó, y aunque se puede entender su tristeza, lo que no entiendo es que tuviera tan pocas luces y a nadie cerca que supiera aconsejarla bien. A partir de su divorcio fue de hombre en hombre, ilusionándose con un amor que no le daban y sintiéndose cada vez más utilizada y desengañada. Ya sabemos cómo terminó la historia: muy mal para ella, para sus hijos, para sus acompañantes, para su familia, para su familia política… un desastre.


Y cuando la pobre cabeza loca de Diana llevaba veinte años bajo tierra, llegó Meghan a superar lo insuperable. Si Diana pecó de ingenua, ésta es más lista que el hambre, hay que ver con qué gracia ha hecho que su marido el Príncipe la “rescatara” y la llevara a vivir donde ella quería. Y no contenta con eso ahora se dedican, ella por lista y él por bobo, a airear los presuntos trapos sucios de una familia que tendrá todos los privilegios que uno quiera, pero no puede defenderse de algo así. La duquesita está tan pagada de sí misma que ha publicado un libro llamado “Meghan, la duquesa”, no está nada mal para ser feminista y odiar a tu estirada familia política. También se nos ha metido a podcaster, toda orgullosa de que ahora ya puede hablar libremente y ser “herself”, como si a alguien le interesara herself si no fuera porque está casada con el príncipe Harry. En su primera joya radiofónica, la duquesita recién liberada y su superamiga Serena Williams se dedican a lamerse las heridas mutuamente, quejándose del cruel y racista patriarcado que no ha hecho más que ponerles zancadillas por ser mujeres y negras, cuando ellas sólo querían hacer realidad sus sueños: una dedicarse a la interpretación y luego casarse con el amor de su vida, la otra ser número uno del tenis. Desde luego ya le vale al patriarcado, qué manera de ensañarse con las pobres chiquillas y no dejarlas hacer nada. No sé yo si estas dos lerdas se escuchan cuando hablan o ni siquiera eso. En fin, menos mal que Guillermo acertó al casarse, y su padre aunque al segundo intento, también.



El Rey Carlos III y el Mayor Johnny


Siempre pensé que cuando la reina Isabel II muriera, su hijo Carlos mandaría la corona a hacer puñetas, abdicaría en Guillermo y se retiraría con Camilla a vivir la vida contemplativa en algún lugar perdido de Escocia, pero me equivoqué. Carlos ha asumido sus obligaciones como rey a los 73 años, y ha prometido mantener la corona en su cabeza mientras viva al igual que ha hecho su longeva progenitora, espero que la suerte le acompañe y así sea durante muchos años. Además se le está viendo en sus discursos con una sorprendente seguridad y rezumando poderío, vamos, que ha tenido tiempo de prepararse y se ve que lo ha hecho bastante bien. En cuanto a Camilla, por expreso deseo de su suegra llevará el título de Reina Consorte que en la práctica va a cambiar poco o nada su vida, pero es todo un detalle teniendo en cuenta que la Reina no otorgó nunca a su propio marido el título de Rey, ni siquiera consorte. Supongo que Camilla se lo merece, pero quizá la Reina también lo planeó imaginando cómo se iba a revolver Diana en la tumba al ver a “la otra” convertida en Reina junto a su Charles. Quién sabe. La venganza es un plato que se sirve frío, y esperar 25 años para fastidiar a tu nuera en el más allá, no tiene precio.


En fin, que los británicos están despidiendo a lo grande a su Reina, en un duelo oficial que durará diez días. Es una reina muy querida, no sólo por su discreción y sus más de 70 años de servicio, también porque los más viejos del lugar aún recuerdan cómo sus padres, el rey Jorge y la reina Isabel, se negaron a salir de Londres durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, compartiendo así la suerte de los londinenses; y recuerdan asimismo que la propia princesa Isabel se alistó voluntaria en el ejército y pasó la guerra conduciendo camiones que portaban material sanitario. Esas cosas un pueblo no las olvida, y por eso hemos visto a miles de británicos llorando y aplaudiendo al paso de la procesión fúnebre de su Reina. Por eso hemos visto a todo un pueblo diez días de luto y a medio mundo echando de menos a esta mujer inigualable. Esperemos que su hijo Carlos sepa estar a la altura, que Guillermo tenga un reinado feliz cuando llegue el momento, que George sepa casarse igual de bien que lo ha hecho su padre, y que Harry y Meghan dejen de hacer el tonto y se dediquen a vivir su vida tranquilos allá en las Américas, a ver si van a acabar teniendo un lamentable accidente.  Dios no lo quiera ni el MI6 tampoco. God save the Queen.





viernes, 15 de julio de 2022

La Cena y la librería




La Cena


Ese momento en el que entras y sientes de golpe el frescor, la penumbra y la contemplación absoluta. La Última Cena, la magnífica pintura de Leonardo da Vinci se descubre ante ti en un solo golpe de vista y por un momento crees que estás soñando. La tienes delante y ni te atreves a respirar porque sabes que el oxígeno puede dañarla, pero te acercas todo lo que se te permite, te zambulles en ella, quieres verlo todo, darte cuenta de todo, inspeccionar cada pequeño detalle de esos 40 metros cuadrados de pared. Escuchas las palabras de la guía con absoluta reverencia pero no apartas tus ojos de la Cena en ningún momento, casi ni parpadeas para no perder ni un solo segundo de los  quince minutos de que dispones. Es inmensa, física y emocionalmente. Es apabullante. Se te saltan las lágrimas. Te convulsiona, te deja temblando. El pequeño refectorio de unos humildes frailes se ha convertido en un lugar sagrado para la humanidad y el arte, donde impera la más absoluta reverencia, donde anida para siempre la pintura que brotó del alma y de las manos de un genio.


La Última Cena ha sufrido varias restauraciones a lo largo de su historia porque, contrariamente a lo que suele creerse, no se trata de un fresco. Debería tratarse, ésa era la idea, pero Leonardo fue un artista concienzudo y poco dado a las prisas, que se pasó meses mirando esa enorme pared en blanco hasta que consiguió ver en ella lo que quería pintar. Ni siquiera la más que comprensible desesperación de sus mecenas le apartaba de su exquisito método de trabajo, así que esta obra que popularmente se conoce como un fresco, no lo es. Cuando Leonardo comenzaba a pintar, el yeso ya se había casi secado, el pigmento no penetraba bien y no se mezclaba adecuadamente con el material, la capa de pintura quedaba más suelta de lo que sería deseable, y con el tiempo se despegaba y se deterioraba. La Última Cena ha sido el caballo de batalla de los restauradores desde que existe, pero hay que reconocer que han hecho un trabajo magnífico y hoy día puede disfrutarse en todo su esplendor. Con la aparición de nuevas técnicas ha sido posible incluso restaurar las restauraciones anteriores, y la pintura que hoy se contempla es casi exacta a la que en su día pintó Leonardo.


Debo decir que mi sobrina ha heredado mis genes cotillas para el arte y la cultura, lo cual para qué negarlo me llena de orgullo, y satisfacción y todo eso. Así que al terminar la visita nos acercamos las dos, ávidas de curiosidad, a hablar un poco “extra” con la guía, que nos atendió encantada. Yo me había fijado en la iluminación del refectorio que está en penumbra: dos focos junto al mural orientados hacia las paredes laterales y uno que no se veía pero iluminaba desde abajo directamente la pintura, lo que me pareció bastante raro. Así que le pregunté a la guía y ésta confirmó mis sospechas: no hay ningún foco en la parte de abajo. Es el arte de Leonardo y su magnífica capacidad como pintor lo único que ilumina en esta obra la parte central de la mesa, el horizonte y entre ambos la figura de Jesucristo. Impresionante, muy impresionante, pero cierto.



La iluminación. No hay foco en el centro.


La librería



“Parole e pagine” (palabras y páginas) se llama la librería. Está en el número 15 de la Via Moscova, en Milán y a priori no tiene nada de particular, es la librería del barrio donde mi sobrina y yo nos hemos alojado en nuestro viaje a Milán, y por supuesto no nos íbamos a quedar sin entrar a echar un vistazo. Y ahí es donde cambió la cosa. Es un negocio pequeño y lleno de rincones, en los que a veces te tienes que meter de canto para agacharte y escudriñar los últimos libros del estante, vamos, el típico sitio donde nosotras podemos estar horas disfrutando como enanas.


La selección de libros me pareció muy cuidada y muy inteligente: clásicos, autores italianos, algún que otro best seller (qué remedio…!), tesoritos de segunda mano y un mini ático dedicado en exclusiva a la literatura infantil. En la planta de abajo y tras el mostrador, el simpatiquísimo empleado cuyo nombre lamento mucho no recordar y que flipó un poco con nosotras, porque se ve que no es muy normal lo de dos turistas devorándose con los ojos durante un buen rato todos los libros de una librería apartada del centro, pequeña y rara. Estuvimos hablando con él de literatura, de historia, de España, de Italia, de nuestro viaje… vamos, un librero de la antigua escuela,  de los que disfrutan su oficio y te hacen salir del local con la satisfacción de haber conversado con alguien de tu “familia” lectora. De los que ya no quedan. Compramos un mapa de Milán y por mi parte, incumpliendo una vez más mi promesa viajera de no comprar libros (pesan, se pueden conseguir por internet, tatatá, tatatá…) me vine con uno de ésos que no puedes dejar en la estantería porque sería como abandonar a un hijo: “Intervista con la Storia” de Oriana Fallaci. Habrá post, prometido.



Frente al Duomo, tía y sobrina



lunes, 9 de mayo de 2022

Dedicado a Cinghiale (Diario de guerra VIII)

 COLABORACIÓN DE LINA ZALITOK

(german below, deutsch unten)


28/03/22


Hoy es el cumpleaños del mejor amigo de Stork y Pandino. Cinghiale, o Jabalí, ahora reside en Italia. El 17 de marzo Linochka les dio un susto a los dos y se lo dio a ella misma. Su madre le preguntó cuándo era el cumpleaños de Cinghiale, y de repente se quedó en blanco. Cinghiale había nacido el 10 de marzo y el 10 de marzo había pasado hacía unos cuantos días. Ella siempre pensaba en el cumpleaños de Cinghiale con meses de antelación para prepararle un regalo especial y siempre lo tenía en cuenta. Por eso no había configurado una notificación en el calendario de su teléfono. Cinghiale tampoco dijo nada en sus redes sociales. Por su parte, Pandino y Stork siempre andan despistados con las fechas, solo conocen las fechas de los hechos históricos más importantes, pero no saben cuándo son sus cumpleaños y mucho menos el de Cinghiale.


¿Y ahora qué? ¿cuántos días han pasado desde el cumpleaños de Cinghiale? El 17 de marzo, Linochka no estaba para cálculos. Debido a la  guerra, deshabilitó temporalmente algunas de sus capacidades para centrarse en sobrevivir. "2 más 8" rondaba por su cabeza. Esa suma da 10. Ese era su mnemónico para el cumpleaños de Cinghiale, que no era tan fácil de recordar incluso antes de que la guerra se intensificara, al menos para ella. ¡Y ahora le echaba de menos! En lugar de desearle un feliz cumpleaños, había tenido amargas discusiones con él sobre política internacional y cultura en tiempos de guerra, y eso casi terminó con su amistad.


¿Puede un jabalí realmente entender algo sobre política o cultura internacional? Quién sabe. En cualquier caso, Cinghiale ha apoyado a Pandino, Stork y Linochka en innumerables ocasiones, y siempre ha mostrado respeto por Ucrania. Así que merecía ser felicitado por su cumpleaños. Al menos una vez más, antes de que se le ocurriera otra tontería capaz de distorsionar su imagen de la realidad.


Cinghiale respondió “aceptó las disculpas”, y preguntó cual es su signo zodiacal. Linochka no sabía mucho de los signos del zodiaco. Por suerte era uno de los temas favoritos de Pandino: 


"Aries" - escribió éste de inmediato en el chat de WhatsApp con Cinghiale


“¿Cuándo comienza el período de Aries?” - preguntó de nuevo Cinghiale


Ahí Pandino no pudo ayudar. Los números no eran su fuerte. Por suerte existen Google e Internet. 


"El 21 de marzo” - respondió rápidamente Linochka, y se quedó pensando.


Ciertamente aún no había llegado el 21 de marzo, ¿qué había pasado entonces? ¿acaso "2 más 8" significaba el 28 de marzo? ¡Eso sería tan hermoso! Entonces el cumpleaños de Cinghiale aún no habría llegado. ¡Exacto! 2 más 8 son 10. 10 era solo un mnemotécnico y no el 10 de marzo. Todos dieron un suspiro de alivio y sonrieron contentos. ¡Así que ahora, por supuesto, hay que añadirlo enseguida al calendario del teléfono móvil! Quién sabe qué más harán los bárbaros en Ucrania. Quizás Stork, Pandino y Linotschka también lleguen a olvidar sus propios nombres.


Aún había tiempo para preguntarle a Cinghiale qué regalo quería recibir por su cumpleaños. En vez de seguir pensando en la guerra, se le podría regalar un poco de amor. Cinghiale había dicho que quería un cuento. Pandino y Stork acordaron escribirlo. Poco antes del 28 de marzo, hacía un sábado soleado y todos trabajaban en el jardín de la casa de campo de los padres de Linochka. Para que fuera un cuento real, todos escribieron lo que hicieron y pensaron ese día. Mucho pedir sólo para un cuento. Pero el regalo llega de todos modos con retraso. Así que esto es lo que salió del esfuerzo común:


“Un día nos despertaremos en una tierra donde podremos mirar al cielo como distracción. No para detectar a tiempo los cohetes. No, no para evitar que nos maten: dicen que cuando eres el objetivo de un cohete, ni lo escuchas ni lo ves. Mirar al cielo para ver los cohetes con nuestros propios ojos, como hizo el padre de Linochka hace unas semanas. Un día no tendremos miedo de confundir pájaros en el cielo con aviones enemigos a punto de lanzarnos bombas. [Gordos gansos salvajes acaban de pasar volando sobre nuestras cabezas. ¡Ajá! Cuando los pájaros grandes vuelan bajo, es obvio que son pájaros. ¡Desde luego!]


"¡Qué bueno que la OTAN no cerró el espacio aéreo de Ucrania después de todo! ¡Quién sabe si a estos gansos salvajes todavía se les permitiría transitar por Ucrania!”- exclamó Pandino con entusiasmo


“Cinghiale te influye mucho. Te aplaudiría por esa "declaración" ¿acaso sabes lo que es la OTAN en realidad?” - preguntó Stork con desconfianza


"Mmm... no estoy seguro. Una alianza de otros países con muchos buenos aviones, en la que Ucrania no está” - respondió Pandino, dubitativo


Estábamos trabajando en el jardín y escuchábamos los sonidos del ambiente. De repente sonaron las alarmas aéreas. Seguimos trabajando. Sería un incordio tener que parar en ese momento, llevábamos sólo unos 30 minutos. Como hacía mucho viento, era difícil distinguir si era el sonido de los cohetes o de árboles en movimiento. Sobre todo porque no conocíamos el sonido de los cohetes. Sólo por precaución, decidimos cambiar nuestros chalecos rojos por unos verdes. Quién sabe, tal vez un soldado ruso en el avión se irritaría por un chaleco rojo y espontáneamente nos arrojaría una bomba, enfadado al ver que obviamente continuamos con nuestras rutinas aquí.


Ryshyk, el gato, caminaba de un lado a otro en el jardín con los ojos muy abiertos. No, no por la alarma antiaérea, es que siempre está muy alerta cuando está afuera. Probablemente no sabe que hay guerra en el país. Pero tampoco sabemos lo que hay en su cabeza. Creo que no se entera de nada. ¡Bendita ignorancia!


Limpiamos de malas hierbas los macizos de flores. Fue fácil. El invierno había debilitado incluso a las plantas más duras y grandes, secándolas o pudriéndolas. Los viejos tallos de rosas con espinas podían romperse fácilmente con un ligero movimiento del pie. Parecía que iban a pincharnos las manos, pero aún eran frágiles. Los tallos espinosos estaban tan secos que seguramente arderían de maravilla. Lamentablemente, estaba prohibido en todo el país hacer fogatas por el riesgo de incendio. Solo se te permitía quemar vehículos blindados y otros vehículos rusos, pero no hierbas.


Debajo de la hierba vieja descubrimos brotes verdes de narcisos. Son tan lindos, son como niños. Éste es probablemente el aspecto que tendrá toda Ucrania después de la victoria: nuevas generaciones y edificios surgirán de la tierra a través de las ruinas. En el lugar de las ciudades destruidas, se edificarán nuevas ciudades hermosas y las heridas de todos sanarán.


[“Pandino, ¿quizás deberíamos borrar este párrafo? Suena un poco a propaganda, y al fin y al cabo esto es un cuento” - remarcó Stork a modo de crítica


"No, por favor no. No quiero hablar metafóricamente para evitar malentendidos. Estoy convencido de que será de esta manera, así que no es propaganda”] 


Solamente lloraremos de alegría y orgullo. 


["Pandino, eso es demasiado optimista, seguramente lloraremos porque mucha gente buena está muriendo” 


"No, quiero ser optimista, ¡no me corrijas, por favor!”]


"¡Ya estoy llorando de orgullo! ¿puedo? ¿o es muy temprano?” - preguntó Pandino, arrancando con sus patas un manojo de malezas del suelo


"Bueno, el orgullo te fortalece. Pero llorar te distrae del trabajo. Se supone que debemos limpiar el jardín de malas hierbas lo antes posible” -respondió Stork, severo


"En efecto. Ya tengo demasiado frío. Cuanto más rápido, mejor. Por suerte no tenemos que limpiar nuestro jardín de restos de hierro. ¿Has visto cuánta chatarra hay en algunos campos? ¡Pobres campesinos! Tienen que quitarlo primero para poder sembrar. La primavera no espera”


"¡Sí, menuda lata! Siempre hay mucho que hacer en primavera. Pero cuando vinimos aquí desde Kiev, vi varios tractores arando la tierra. ¿Cómo se dice cuando se prepara la tierra para la semilla? Qué rabia no venir de una familia campesina. Por suerte, la chatarra no está en todas partes”


“¿Por suerte, dices? cuanta más chatarra, menos tanques”


Трактор в пол дир-дир-дир

Хто за що, а ми за мир!” - dijo Pandino alegremente


"¿Che dici? non capisco” (¿qué dices? no entiendo) - Stork preguntó sorprendido


"Escuché eso del padre de Linotschka. Aprendió este poema cuando estuvo en la escuela soviética:


El tractor zumba, zumba,

nosotros defendemos la paz, ¿y tú? 


O algo así. Suena raro ahora, ¿no?”


"Inquietante, diría yo”


“Estaría bien que viniera a ayudarnos Cinghiale" - dijo Pandino con aire soñador


"Cinghiale no puede. Ahora mismo está leyendo a Foucault y a Dostoyevsky.”- Stork sonrió sarcásticamente


"¡Oh, pobre Dostoyevsky! has mencionado su nombre tantas veces, para bien y para mal. ¡Déjalo en paz, por favor!”


“¿Qué dices? se trata de la gran cultura rusa. Ahora mismo es un tema de actualidad" - Stork levantó su ala en el aire


“Sí, Cinghiale ahora está proclamando a los cuatro vientos su amor por la gran cultura rusa. Pero por solidaridad, no es el momento de admirar la cultura rusa. En Italia, sin embargo, la cultura ucraniana apenas se conoce. Los ucranianos no la han defendido lo suficiente. Ellos mismos tienen la culpa. Ahora deberían darla a conocer muy rápido, siempre y cuando todavía haya interés en la cultura ucraniana.


Sin embargo, Cinghiale siempre ha tenido opiniones políticas extrañas. En parte, esta vez tiene razón, Dostoyevsky es un gran escritor. Me gustan sus libros. Y tú últimamente lo mencionas de malas maneras. Basta ya. Mejor dirige tu enfado a las malas hierbas”


"Cinghiale dice que debemos comportarnos como humanos. Somos sólo animales. ¿Puede un jabalí ser humano?” 


“Tal vez si lee a Dostoyevsky...” - Stork se rió con enfado


"¿Qué significa 'humano'? ¿fabricar bombas y cohetes y arrojárselos unos a otros? No, gracias. Prefiero ser un animal. Algunos de nosotros matamos, pero sólo para sobrevivir. Los humanos simplemente matan ¿por diversión? ¿estupidez? ¿locura? pues vaya…"


"Es demasiado complicado, siempre ha habido guerras”


“Por desgracia, no les prestamos suficiente atención. Pero ahora tenemos que deshacernos de estas hierbas. No está creciendo nada aquí, los brotes se asfixian bajo los restos de las malas hierbas”


"Voy a tomar un breve descanso artístico y hacer algunas fotos de estas ramas espinosas. Me recuerdan a algo importante…"


"¡Claro! ¡A la imagen del artista Gleb Grzhybovski "La raíz del mal", que nuestro amigo publicó recientemente en Facebook!”


“¡Eso es! ¿cómo iba a saberlo? ¡no me dejas entrar en Facebook! Pero esas espinas podrían significar algo. Estoy seguro de que a Cinghiale le gustarán mis fotos. Después de todo, le gusta el arte.” - Pandino tomó con cuidado unos tallos de rosas llenos de espinas con sus patas y los llevó a la mesa de trabajo en el patio, que estaba cubierta por la luz del sol


“Pandino, tenemos que seguir. ¡Por favor, vuelve al trabajo!" - le gritó Stork con impaciencia


“Sí, sí. Pero la cultura también debe mantenerse en tiempos de guerra. Así lo dijo Cinghiale. Y creo que tiene razón. Al menos la cultura me da fuerza. Cuanta más fuerza tengo, más malas hierbas desaparecen aquí".


Saludos cordiales,

Lina


Se adjuntan, por supuesto, las fotos que tomó Pandino










***Dem Wildschwein gewidmet***

28.03.22

Heute hat der beste Freund von Storch und Pandino Geburtstag. Cinghiale oder Wildschwein wohnt jetzt in Italien. Am 17. März oder so hat Linotschka die beiden und sich selbst heftig erschrocken. Als ihre Mutter fragte, wann Cinghiale Geburtstag hat, hielten alle Gedenken in ihrem Kopf plötzlich inne. Er wäre am 10. März geboren und der 10. März sollte wahrscheinlich längst vorbei gewesen sein. An Cinghiales Geburtstag hatte sie immer Monate im Voraus gedacht, um ihm ein besonderes Geschenk vorzubereiten, und wartete immer mit Vorfreude auf diesen Tag. Sie hatte also in ihrem Handy-Kalender keine Benachrichtigung dafür eingerichtet. Cinghiale benutzte zudem keine Sozialen Medien. Pandino und Storch ihrerseits haben sich nie in Daten orientiert, sie kannten nur die Daten der wichtigsten historischen Ereignisse, aber wussten nicht, wann sie selbst Geburtstag hatten, ganz zu schweigen von Cinghiale.


Und jetzt? Wie viel Tage sind schon nach Cinghiales Geburtstag vergangen? Am 17. März konnte Linotschka noch kaum rechnen. Der Krieg hatte wahrscheinlich einige Fähigkeiten temporär außer Betrieb gesetzt, um Energie fürs Überleben zu sparen. In ihrem Kopf schwebte „2 plus 8“. Das machte 10. Das war ihre Eselsbrücke für Cinghiales Geburtstag, der auch vor der Kriegseskalation nicht so einfach zu merken war, zumindest für sie. Also schon verpasst! Statt ihm zum Geburtstag zu gratulieren, hatte sie mit ihm verbitterte Diskussionen über Internationale Politik und Kultur in Kriegszeiten geführt und dann noch beinahe ihre Freundschaft gekündigt. 

Kann der Wildschwein eigentlich etwas von der Internationalen Politik oder Kultur verstehen? Wer weiß. Auf jeden Fall hat er Pandino, Storch und Linotschka unzählige Male unterstützt und immer Respekt gegenüber der Ukraine gezeigt. Also er hat es verdient, zum Geburtstag gratuliert zu werden. Zumindest noch ein Mal, bevor er einen weiteren Blödsinn sagt, der ihr Realitätsbild zerkratzt oder gar als Illusion darstellt.

Cinghiale reagierte auf die Entschuldigung ganz locker und fragte nur, welches Sternzeichen er war. Linotschka verstand sich schlecht in Sternzeichen. Zum Glück war es eines der Lieblingsthemen Pandinos: „Aries“ – schrieb er sofort in den WhatsApp Chat mit Cinghiale.

„Wann beginnt der Zeitraum von Aries?“ - schickte Cinghiale eine weitere Frage.

Da konnte auch Pandino nicht helfen. Zahlen waren nicht seine Stärke. Zum Glück gab es Google und Internet. „Am 21. März“ – schrieb Linotschka ganz schnell und wurde nachdenklich.

Es war sicher noch nicht 21. März. Was kann es bedeuten? Stand vielleicht „2 plus 8“ für 28. März in ihrem Kopf? Das wäre so wunderschön! Dann wäre Cinghiales Geburtstag noch nicht vorbei gewesen. Stimmt! 2 plus 8 macht 10. 10 war nur eine Eselsbrücke und nicht 10. März. Alle atmeten erleichtert aus und lächelten vor Freude. Also jetzt natürlich schnell in den Handy-Kalender eintragen! Wer weiß, was Barbaren in der Ukraine noch anstellen würden. Vielleicht würden Storch, Pandino und Linotschka auch ihre eigenen Namen vergessen.

Es gab also auch noch Zeit, Cinghiale zu fragen, welches Geschenk er zum Geburtstag kriegen wollte. Man sollte doch nicht ständig an den Krieg denken und durfte sich ein Stück Liebe gönnen. Cinghiale hatte eine Erzählung bestellt. Pandino und Storch erklärten sich bereit, mitzuschreiben. Kurz vor dem 28. März war es ein sonniger Samstag und alle arbeiteten im Garten auf der Datscha von Linotschkas Eltern. Um nichts Unrealistisches zu erfinden, haben alle aufgeschrieben, was sie an dem Tag gemacht und gedacht haben. Ob es eine Erzählung ist, ist eine große Frage. Aber das Geschenk kommt schon sowieso mit der großen Verspätung. Also hier ist, was aus dem gemeinsamen Schaffen entstanden ist:


Eines Tages erwachen wir in einem Land, wo wir in den Himmel schauen können, um uns von unseren Sorgen abzulenken. Nicht um fliegende Raketen rechtzeitig bemerken zu können. Nein, nicht um uns vor dem Tod aus dem Himmel zu retten: Mehrere Menschen sagen, dass wenn einem eine Rakete bestimmt ist, hört und sieht er sie nicht. Sondern um die Raketen mit eigenen Augen zu sehen, wie Linotschkas Vater vor ein paar Wochen. Eines Tages werden wir uns nicht fürchten, dass wir Vögel im Himmel mit feindlichen Flugzeugen verwechseln, die auf uns gleich Bomben werfen. [Eben sind dicke Wildgänse über unseren Köpfen vorbeigeflogen. Aha! Wenn große Vögel niedrig fliegen, ist es eindeutig, dass das Vögel sind. Immerhin!]

„Wie schön, dass NATO den Himmel über der Ukraine doch nicht geschlossen hat! Wer weiß, ob diesen Wildgänsen der Transit über die Ukraine noch erlaubt wäre?“ - rief Pandino begeistert.

„Wildschwein beeinflusst dich schon sehr. Er würde dir für dieses “Statement” applodieren. Weißt du, was eigentlich NATO ist?“ - fragte Storch verdächtig.

„Mmm… ich bin nicht sicher. Irgendwelche Bündnis anderer Länder mit vielen guten Flugzeugen, wo die Ukraine nicht drin ist.“ - antwortete Pandino unsicher.


Wir arbeiteten im Garten und hörten auf den Himmel. Plötzlich lautete der Luftalarm. Wir arbeiteten weiter. Es wäre jetzt nervig abzubrechen, wir hatten doch erst vor etwa 30 Minuten angefangen. Da es sehr windig war, war es schwer zu verstehen, ob es Geräusche von fliegenden Raketen oder von sich bewegenden Luftmassen und Bäumen waren. Zumal wir nicht wussten, wie fliegende Raketen klangen. Vorsichtshalber beschlossen wir nur, unsere roten Westen gegen grüne zu tauschen. Wer weiß, vielleicht würde ein russischer Soldat im Flugzeug von einer roten Weste irritiert werden und auf uns aus Ärger, dass wir hier unsere Tätigkeit so offensichtlich fortsetzen, spontan eine Bombe werfen.

Kater Ryshyk spazierte mit großen Augen im Garten hin und her. Nein, nicht wegen des Luftalarms, er ist immer draußen doppelt aufmerksam. Er wusste wahrscheinlich nicht, dass der Krieg im Land war. Wir wissen aber auch nicht, was in seinem Kopf ist. Er scheint keine Ahnung von nichts zu haben. Der glückliche Ignorante!

Wir befreiten Blumenbetten von der alten Unkraut. Es war einfach. Der Winter hat selbst die härtsten und größten Pflanzen geschwächt, ihre einst mit Naturkraft erfüllten Körper austrocknen oder verfaulen lassen. Die alten Rosenstielen mit Dornen konnte man einfach mit einer leichten Fußbewegung brechen. Sie sahen nur sehr gefährlich aus, waren dennoch zerbrechlich. Die dornigen Stiele waren so vertrocknet, dass sie bestimmt herrlich brennen würden. Es war leider wegen Brandgefahr im ganzen Land verboten, Feuer zu machen. Man durfte nur Panzerwagen und andere Fahrzeuge der Barbaren in Brand setzen, aber kein Gras.

Unter dem alten Gras entdecken wir hartnäckige grüne Sprossen der Narzissen. Sie sehen so niedlich aus, wie Kinder. So wird wahrscheinlich die ganze Ukraine nach dem Sieg aussehen: Aus der Erde durch Ruinen würden neue Generationen und Gebäude wachsen. An der Stelle der zerstörten Städte werden neue schöne Städte gebaut und die Wunden aller Verwundeten werden sich heilen. [“Pandino, sollen wir diesen Absatz vielleicht streichen? Er riecht etwas nach Propaganda, man schreibt in den Erzählungen nicht so.” - bemerkte Storch kritisch. „Nein, bitte nicht. Ich möchte es nicht in Metaphern verstecken, damit keine Missverständnisse entstehen. Ich bin überzeugt davon, also es ist keine Propaganda“] Wir werden nur vor Freude und Stolz weinen. [„Pandino, es ist doch zu optimistisch, wir werden sicher auch deswegen weinen, dass viele gute Menschen sterben.“ „Ne, ich will jetzt nur optimistisch sein, korrigiere es nicht bitte!“]

„Ich weine aber schon jetzt vor Stolz! Darf ich? Oder ist es zu früh?“ - fragte Pandino und zog ein Bündel Unkraut aus der Erde mit seinen Pfoten.

„Na ja, der Stolz gibt dir Stärke. Aber das Weinen lenkt dich von der Arbeit ab. Wir sollen doch den Garten so schnell wie möglich von Unkraut befreien.“ - antwortete Storch streng.

„Tatsächlich. Mir ist schon zu kalt. Je schneller desto besser. Zum Glück brauchen wir unseren Garten nicht von Eisenresten zu putzen. Hast du gesehen, wie viel Schrott auf einigen Feldern liegt! Arme Bauern! Sie müssen den erst mal wegbringen, um sähen zu können. Der Frühling wartet doch nicht.“


„Stimmt, echt nervig! Im Frühjahr gibt es ohnehin viel zu tun. Aber als wir von Kyjiw hierher gefahren sind, habe ich schon manche Traktoren gesehen, die fleißig die Erde geackert haben. Oder wie heißt dieses Verb, wenn man die Erde fürs Samen vorbereitet? Stamme nicht aus einer Bauernfamilie. Zum Glück liegt der Schrott nicht überall.“

„Ob zum Glück? Je mehr Schrott, desto weniger Panzerwagen.

Трактор в полі дир-дир-дир

Хто за що, а ми за мир!“ - sagte Pandino fröhlich.

„Che dici? Non capisco.“ fragte Storch verwundert.

„Das habe ich von Linotschkas Vater gehört. Er hat dieses Gedicht in seiner sowjetischen Schule gelernt: 

Traktor macht brumm, brumm, 

Wir stehen für Frieden, und du? Oder irgendwie so. Klingt jetzt komisch oder?“

„Verstörend, würde ich sagen“

„Es wäre schön, wenn der Wildschwein zu uns kommen und helfen würde.“ - sagte Pandino verträumt.

„Wildschwein kann nicht. Er liest gerade Foucault und Dostojewski.“- lächelte Storch sarkastisch.

„Ach, armer Dostojewski! Du hast schon seinen Namen so viele Male passend und unpassend erwähnt. Lass ihn doch in Ruhe bitte!“

„Wieso? Es geht doch um die große russische Kultur. Wichtiges Thema gerade“ – er hob seinen Flügel in die Luft.“

„Ja, Wildschwein übertreibt jetzt mit seiner Liebe zur großen russischen Kultur. Es ist gerade unsolidarisch oder zumindest nicht an der Zeit, die russische Kultur zu bewundern. In Italien kennt man aber die ukrainische Kultur so gut wie gar nicht. Da waren die Ukrainer nicht aufdringlich genug. Selber schuld. Jetzt sollten sie ganz schnell Aufklärungsarbeit machen, solange es noch Konjunktur für ukrainische Kultur gibt. 

Wildschwein hatte aber schon immer komische politische Ansichten. Er hat diesmal teilweise recht, Dostojewski ist tatsächlich ein toller Schriftsteller. Ich mag seine Bücher. Und du bist letztens nur sauer, wenn du ihn erwähnst. Lass es bitte. Richte besser deinen Ärger auf diese Unkraut.“

„Wildschwein sagt, wir sollen menschlich bleiben. Wir sind nur Tiere. Kann ein Wildschwein menschlich sein? Vielleicht nur wenn er Dostojewski liest...“ - lachte Storch böse.

„Was bedeutet „menschlich“? Bomben und Raketen produzieren und aufeinander werfen? Nein, danke. Ich bleibe lieber ein Tier. Einige von uns töten, aber nur um zu überleben. Menschen tun es einfach so. Aus Spaß? Dummheit? Wahnsinn? Was noch...“

„Es ist zu kompliziert, es gab schon immer Kriege. Wir haben ihnen nur leider zu wenig Aufmerksamkeit geschenkt. Jetzt müssen wir aber erst mal diese Unkraut wegbringen. Sonst wächst hier nichts und diese Sprossen ersticken unter den Leichen der alten Pflanzen.“

Ich mache eine kurze Kunst-Pause und schieße ein paar Fotos von diesen Dornen. Sie erinnern mich an etwas Wichtiges...“

„Stimmt! An das Bild von Künstler Gleb Grzhybovski „Die Wurzel des Übels“, die unsere Freundin vor kurzem in Facebook veröffentlicht hat!“

„Tja! Woher soll ich das wissen? Du verbietest mir doch Facebook zu lesen! Aber diese Dornen könnten was bedeuten. Meine Fotos werden dem Cinghiale bestimmt gefallen. Er mag doch Kunst.“ - Pandino nahm ein paar Stiele der Rosen mit unzähligen Dornen vorsichtig mit seinen Pfoten und brachte sie zu einem Arbeitstisch im Hof, der mit Sonnenlicht bedeckt war.

„Pandino, wir müssen doch voran kommen. Bitte mache dich schnell wieder an die Arbeit!“ - rief ihm Storch ungeduldig zu.

„Ja-ja. Aber Kultur soll auch in der Kriegszeit weitergepflegt werden. So sagte mit der Cinghiale. Und ich glaub, er hat recht. Zumindest gibt sie Mir Stärke. Je mehr Stärke ich habe, desto mehr Unkraut verschwindet hier“.


Liebe Grüße

Lina


Anbei natürlich die Fotos, die Pandino gemacht hat