jueves, 23 de mayo de 2019

A Vox le pido


Santiago Abascal

Empecemos por lo fundamental, si Pablo Iglesias en su día estuvo bueno, que lo estuvo, Santiago Abascal es DIOS. Dios qué ojos, qué porte, qué espaldas, qué hechuras, qué  feliz tiene que estar su mujer… y además qué par de huevos hay que tener para aguantar lo que aguantó este hombre en su Álava natal durante los años duros de ETA. 

 
Extorsión de ETA al abuelo de Santi Abascal
Y no sólo aguantó sino que además les hizo frente, y a mí eso ya me enamora políticamente hablando. Me pongo en su lugar y dudo mucho que yo tuviera el más mínimo valor para hacer frente a ETA, pero si se tratara sólo de mi propia vida igual en un arrebato me la jugaba, nunca se sabe. Ahora bien, a mí me amenazan a mi padre y me pongo de rodillas a suplicar “papá, págales lo que pidan y vámonos a vivir a Pernambuco”, porque por ahí si que no paso. Pero los Abascal pasaron, pese a que Santiago asegura que era lo único que le daba miedo, que pudieran matar a su padre, ni él suplicó ni su padre hubiera accedido a irse de su tierra. Se quedaron, se enfrentaron a ellos y ganaron la partida, eso es tener valor y lo demás son tonterías. Por cierto, Abascal padre se libró por los pelos, los etarras tenían ya el atentado contra él a punto de caramelo y con fecha de ejecución, se lo frustró la Guardia Civil cuando los detuvo un par de días antes. 
 

Ortega Smith en acción
Si Abascal es Dios, Javier Ortega Smith es un arcángel, y ya me gustaría a mí tener de arcángel de la guarda a este ex legionario experto en artes marciales, capaz de nadar tres kilómetros en mar abierto para ir a Gibraltar a colocar una bandera de España en el peñón. No, si lo que yo diga, esta gente de huevos van más que sobrados. Además Ortega es el tipo más sarcástico y que más zascas es capaz de meter a un progre por minuto. No me lo pierdo cuando sale por la tele porque no tiene desperdicio el tío, sus clásicos “hace usted bien en preocuparse”, “por eso vengo y lo digo por segunda vez” o “yo no uso biciMad, porque tengo mi propia bicicleta” han pasado ya a la historia de los más sublimes y divertidos ganchos a la mandíbula de progres incautos, que ni se imaginaban con quien se las iban a estar viendo. Regocijo de féminas y azote de feministas, don Javier no tiene pelos en la lengua, y pone en su sitio al más pintado sin pestañear, como debe ser.

Y para completar esta Santísima Trinidad de guapos tenemos a Ivan Espinosa de los Monteros, que tampoco se queda corto en verbo locuaz y oportuno zasca al progre izquierdoanarquista que le pongan delante. Pero ¿qué pasa con este partido por favor, cómo lo han hecho para reclutar a todos los tíos buenos de España, dónde hacen los castings?

Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio, Javier Ortega Smith y Santiago Abascal

Bromas aparte, lo que están haciendo esta gente en política no tiene parangón en la historia de la democracia española. Han puesto patas arriba el panorama político español, y a la izquierda tan de uñas que sus adeptos no paran de perder los nervios una y otra vez frente uno de estos deslenguados de Vox; han llamado a las cosas por su nombre  sin complejos (progres: “qué prisión permanente revisable ni qué nada, atreveos a pedir las cosas por su nombre, ¡cadena perpetua!” Vox: “perfecto, pedimos cadena perpetua para violadores y asesinos”) y han puesto sobre la mesa debates que todo el mundo evitaba, no sea que nos vayan a llamar racistas y fachas. A los de Vox como que todo esto les da igual, vamos, que me perseguía ETA con una pistola y ahora me voy a tener que asustar de que me llamen facha, en eso estaba pensando.
 

La mirada de Abascal, la sonrisilla de Junqueras y el escaqueo de Pedro Sánchez, resumen bien lo que va a ser la próxima legislatura en España.

Por supuesto que la izquierda miedosa y la derechita cobarde no paran de sacar el comodín del fascismo, y del racismo, y del nazismo, y de todos los ismos que se les ocurran con tal de parar a Vox, y alguna que otra vez les ha funcionado. Son palabras que dan miedo y etiquetas difíciles de quitar, aunque basta echar un vistazo a las 100 medidas de Vox para constatar la falsedad de esas acusaciones. Quién piensa que Vox es un partido fascista y nazi, no es sólo que no tenga la menor idea de lo que es Vox, es que no la tiene de lo que fueron ni el fascismo ni el nazismo, y eso sí me parece bastante grave. Abramos algún libro de historia y comprobemos que tanto el fascismo de Mussolini como el nazionalsocialismo (su propio nombre completo lo indica) de Hitler, tenían propuestas mucho más parecidas a las de Podemos que a las de Vox. Y aunque lo terrible de estos movimientos no fueron sus propuestas en sí, sino la manera en que pretendieron llevarlas a cabo, también en la política española hoy en día está más cercana a estos métodos totalitarios la izquierda que la presunta ultraderecha. Veamos un ejemplo:

-al día siguiente de la victoria de Sánchez en las elecciones, y aún presumiendo que pueda gobernar con separatistas, proetarras y ultraizquierdistas, Santiago Abascal llama públicamente a respetar el resultado de las elecciones.
-al día siguiente de que Vox obtenga 12 escaños en Andalucía y haga posible desalojar en esa región al gobierno socialista, Pablo Iglesias habla de “alerta antifascista”, llama a tomar las calles y se producen disturbios.

Pero eso sí, luego Abascal es el facha mientras que Iglesias se autoproclama demócrata cada vez que abre la boca. Vaya por Dios.
 

Javier Ortega en la tele
Una de las cosas que más me gusta de Vox es su intención de abolir la infame Ley Integral de medidas de protección contra la Violencia de Género, que sufrimos los españoles desde hace catorce años. Hablé de ello en este blog mucho antes de que Vox existiera, y me alegra que tengan la misma opinión que yo al respecto, así que poco más voy a decir. Espero que esa injusta e inservible ley se sustituya pronto por una ley contra la violencia intrafamiliar, que proteja sin excepción a TODAS las personas que estén sufriendo maltrato de manera continua en su entorno familiar.
 
http://azenialegustaescribir.blogspot.com/2012/02/violencia-de-que-genero.html

Y si se trata de violencia de género castiguemos con especial dureza (cadena perpetua) a lo que es la auténtica violencia de género, el hecho de atacar a una mujer de manera aleatoria únicamente por ser mujer: las violaciones entre desconocidos. Agresiones que hoy día no son contempladas ni castigadas por la LIVG, ya que ésta exige ser o haber sido pareja de la mujer agredida para poder aplicarse. Pero claro, teniendo en cuenta que el 90% de ese tipo de violaciones, especialmente si son grupales, las perpetran en Europa hombres magrebíes o centroafricanos muchos de ellos menores, pues ya la hemos liado. Ahí las neuronas de los progres colapsan, las neuronas de las feministas colapsan, la cadena perpetua o la deportación es de fachas, todo el mundo calladito y sigamos respetando sus costumbres que así nos va. Porque no nos equivoquemos, esos hombres hacen lo que es normal en sus culturas de origen, violar (o como dice su libro sagrado, “molestar”) a aquellas mujeres que según el criterio de ellos no vayan correctamente vestidas o no tengan una actitud modesta. O sea, cualquier mujer blanca y occidental, incluidas las feministas que tanto les defienden. Sí, por desgracia sí tiene mucho que ver su origen y la cultura donde se han criado con el hecho de que violen tan alegremente, no es que “por uno los estemos culpando a todos” ni que “también hay violadores blancos y españoles”, es que los que proceden de determinadas “culturas” (inculturas más bien) llegan así de fábrica y a los violadores españoles no les podemos deportar. Que yo lo haría sin ninguna duda si se pudiera, que conste.
 

Asaltando la frontera
La mal llamada “inmigración” es otro de los platos fuertes de Vox. Digo mal llamada porque para mí un inmigrante es un señor que llega a España con su pasaporte, entra legalmente por la frontera y viene con la intención de trabajar, pagar impuestos, cotizar, respetar nuestras leyes y portarse bien. Esa persona merece todo el respeto, ayuda y agradecimiento que se le pueda dar, no sólo por humanidad, sino porque España está en números rojos con respecto a la natalidad y necesitamos gente que trabaje, así que cualquier persona con dos dedos de frente tiene claro que los inmigrantes son bienvenidos en España. También lo tiene claro Vox, que cuenta entre sus máximos dirigentes con una cubana, un argentino y un negro español hijo de guineanos. El problema es que estamos llamando “inmigrantes” o peor, “refugiados” a gente que entra por nuestras fronteras ilegal y violentamente, que echan cal viva a la Guardia Civil, que vienen a cobrar su paguita y a delinquir, que exigen derechos como si respetaran sus obligaciones, y que cuando los gobernantes progretolerantes se lo permiten, convierten ciudades como Barcelona y Madrid en el salvaje oeste. Y eso es lo único que Vox trata de evitar, así que de xenofobia nada, simplemente sentido común y preocupación por la seguridad de los ciudadanos españoles.

Olé torero
También hay aspectos de este nuevo partido que dan un poco de reparo. Al ser Vox un partido de derechas bastante menos pusilánime que el PP, ha recogido entre sus votantes a alguna gente que proviene de la España de rancio abolengo y eso a veces da miedito. Las posiciones de Vox respecto a temas como la caza, los toros, la unidad de España, la religión católica, el aborto y la homosexualidad han hecho poner el grito en el cielo a la izquierda, que tampoco pierde una ocasión de sacar rédito político hablando de pérdida de derechos, retroceso, franquismo, fascismo y esas cosas que tanto les gustan. La realidad es que Vox plantea opciones muy claras con respecto a estos temas, con las que uno puede estar de acuerdo o no estarlo y consecuentemente votarles o no votarles, no hace ninguna falta tirarse de los pelos. Personalmente lo único que me preocupa es el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo. Si bien es cierto que Vox nunca ha hecho manifestaciones en contra de la homosexualidad en sí misma (ojo, hablo de la posición oficial del partido, no de la opinión de algunos de sus votantes), sí propone que no se llame “matrimonio” a la unión civil de dos personas del mismo sexo con la intención de formar una familia, que se le llame de otra manera aún manteniendo los mismos derechos. Sinceramente, creo que ahí se columpian un poco, creo que Vox oculta lo que realmente quisiera proponer, a saber: que las personas del mismo sexo no pudieran casarse, lo cual resultaría ser una postura tremendamente impopular en la España de hoy en día y por eso lo disfrazan del consabido “que no le llamen matrimonio”. Ya hablé de este tema en el blog hace tiempo y me remito al enlace de ese artículo

http://azenialegustaescribir.blogspot.com/2013/01/de-reinas-y-reinonas.html

Orgullo gay
eso es lo único que personalmente me preocupa con respecto a Vox, porque la verdad es que lo que hagan con la caza, los toros, etc. me da bastante igual. Me sabría muy mal, eso sí, que mis amigos gays no pudieran casarse en igualdad de derechos respecto a los heterosexuales, pero es que por otra parte Vox es el único partido que tiene lo que hay que tener para oponerse al islam y a la islamización de Europa; es que si Vox no lo remedia dentro de unos años mis amigos tampoco podrán casarse y además estarán colgados de las grúas. Y eso sí que me mata y con esto pasamos a otra de las posiciones que aplaudo de Vox, quizá la que más: dejar de lado la corrección política con respecto al islam y llamar a las cosas por su nombre. También he hablado bastante de esto en todas partes, pero sigo sin entender y cada vez me escandaliza más el hecho de que tanto el feminismo como la izquierda muestren a todas horas su apoyo y respeto a una ideología totalitaria que condena a las mujeres al ostracismo, y encima lo hagan en nombre de la libertad de la mujer para elegir llevar un velo en la cabeza o no, ignorando vilmente a todas las mujeres que son encarceladas, torturadas o asesinadas en el mundo precisamente por negarse a llevarlo.
 

Muftí musulmán hablando de negocios con Hitler
El otro día me comentaba un amigo que ahora la Fiscalía del Estado considera delito la incitación al odio hacia los nazis. Decía mi amigo que la consideración de “delito de odio” se pensó para dar una protección extra a colectivos históricamente discriminados y como es obvio, es aberrante pretender que los nazis entren en esa definición. Totalmente de acuerdo, me parece aberrante… exactamente igual de aberrante que considerar delito de odio el rechazo y la crítica hacia el islam, incluso aunque incitaran a odiar el islam. OJO, he dicho muy claro el rechazo al islam, que es muy diferente de una agresión a un musulmán por serlo (eso sí me parecería un delito de odio) que le quede claro a todo el mundo antes de llamarme racista. El islam y el nazismo, aparte de compartir bando durante la IIGM, que eso es otro tema, no son tan diferentes en cuanto a su condición de ideologías totalitarias. Sí, todo el mundo defiende la libertad de una mujer musulmana en Europa para llevar velo, inocente prenda que únicamente simboliza su pertenencia a la religión de Mahoma… de la misma manera que se podría decir que la esvástica no es más que un dibujito que simboliza la connivencia de alguien con una ideología tan respetable como cualquier otra. ¿Nos parecería correcto que un adolescente se presentara en su instituto con un brazalete en el que hay dibujada una esvástica? 

Cartel feminista en favor del burkini
¿financiaríamos con dinero público un local para que los nazis se reunieran allí a alabar a Hitler? si unos nazis pusieran bombas en trenes de cercanías españoles matando a doscientas personas ¿clamaríamos al día siguiente que los demás nazis son inocentes y que no debemos juzgar a todos por lo que hagan unos pocos? ¿dejaríamos que hubiera gente con esvásticas en una manifestación de repulsa a esos atentados? ¿creeríamos a la compungida madre de uno de los terroristas cuando dijera frente a un micrófono “no sé cómo ha podido pasar, no sabíamos nada, mi hijo era un nazi moderado e integrado”? Pues eso. Permitiendo la islamización de Europa estamos financiando nuestro propio suicidio, como población y como civilización, no me cansaré nunca de decirlo y mira que lo digo veces. De momento Vox es el único partido que se atreve a plantear este tema proponiendo soluciones y eso es razón suficiente para que tengan a día de hoy mi simpatía y mi voto, en espera de que se afiancen en el Parlamento, autonomías o ayuntamientos y se les pueda valorar como al resto de partidos, por sus acciones y no sólo por sus ideas.
 

Rocío Monasterio

Y me queda hablar de Rocío y el feminismo. Rocío es Rocío Monasterio, una mujer de bandera, candidata por Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid, arquitecto con más de veinte años de experiencia profesional, madre de cuatro hijos y además un bellezón. Las feministas furibundas la consideran poco menos que el demonio debido a que no es de izquierdas, pero digo yo, a la hora de que una adolescente española empiece a plantearse su futuro como mujer y ciudadana ¿qué le parecerá más empoderante y favorable a las mujeres, teñirse de morado el sobaco y andar dando gritos, o el ejemplo de una mujer como Rocío? Ahí lo dejo, yo lo tuve clarísimo siempre y de momento ninguna furibunda antipatriarcal me ha hecho cambiar de opinión por más que me grite al oído, y mira que a veces me gritan.
 

Y con esto y un bizcocho, encantada de seguir haciendo amigos. El domingo a votar y que Vox nos pille confesados.