domingo, 14 de junio de 2020

Las vidas negras


George Floyd


Importan, por supuesto que importan. Sinceramente, no me imagino a nadie hoy en día dando por sentado que la vida de un ser humano negro no importa, quizá algún nostálgico empedernido del KKK pero vamos, nadie en su sano juicio. El asunto es que las vidas negras importan SIEMPRE y TODAS ELLAS, es por eso que las protestas por George Floyd me parecen postizas, hipócritas y una excusa barata para hacer el salvaje sin razones ni argumentos.

La muerte de George Floyd ha sido una tragedia, algo que nunca jamás debe pasar en un país que se precie de democrático. Todo el mundo lamenta su muerte y es fácil identificarse con el dolor de la familia, pero Floyd tendrá justicia sin necesidad de que la exijan hordas de indignados: ha vivido y su familia todavía vive en un país democrático, con un sistema judicial que funciona. El sistema tiene sus defectos por supuesto, nada es perfecto en esta vida, pero las personas responsables de su muerte fueron inmediatamente detenidas, serán juzgadas y en su caso condenadas. Los que gastan su tiempo y energías exigiendo justicia para Floyd con el alegato de que las vidas negras importan, quizá deberían dirigirse a algún que otro gobierno africano aficionado a masacrar a su gente; a los tratantes árabes que en el siglo XXI esclavizan sin pudor a negros; a quienes mutilan los genitales de niñas negras; a los proxenetas explotadores de mujeres negras; a camellos de poca monta que asesinan a un rival negro sin despeinarse… todas esas vidas también son negras, también importan y no tienen a nadie que las proteja tal y como la justicia estadounidense protege a Floyd y a cualquier ciudadano.


El caso de Floyd además, nada tiene que ver con el racismo. De él se dijo en un principio que trabajaba en un restaurante, obviándose su “curriculum” delictivo, a saber: que acumulaba varias detenciones y condenas por tráfico de drogas y robo con violencia. Cuando intentó pagar con un billete falso y fue recriminado por los empleados del comercio, les respondió con agresividad y según el testimonio de dichos empleados parecía drogado o borracho, por lo que llamaron a la Policía. Es decir, el hecho de que intervinieran los agentes no se debió en ningún momento a la raza de Floyd, sino a que podría haber cometido un delito y presentaba una amenaza para otros ciudadanos, por muy nefasta que acabara siendo la actuación policial.

Lo demás lo hemos visto en video aunque de forma intermitente:

-no sabemos en qué términos se dirigió a los agentes, no sabemos por qué le tiraron al suelo y fue reducido de una manera brutal, no sabemos si opuso resistencia en algún momento de los que, muy oportunamente, se han omitido en los videos. 

Fotograma de la cámara que grabó la detención de Floyd
-sí sabemos que había tomado drogas tal y como confirmó la autopsia, sabemos que tenía una gran envergadura y probablemente mucha fuerza, sabemos que tenía antecedentes delictivos por lo que es posible que si fue identificado, los agentes hubieran comprobado su ficha policial. Eso explica que los policías emplearan con él la fuerza sin miramientos y que lamentablemente no le hicieran mucho caso cuando clamaba “no puedo respirar”; aunque en absoluto justifica que acabara muerto, ni que ya inconsciente se le mantuviera inmovilizado y esposado.

-seguimos sin tener claro si murió debido a un ataque al corazón, debido a la asfixia que le produjo la rodilla del agente Chauvin en su cuello, debido a las drogas que había ingerido o debido a una mezcla de todo ello. Parece claro que los policías cumplieron su deber al detenerlo, pero se excedieron en el legítimo uso de la fuerza y con ello provocaron o facilitaron la muerte del detenido. Un final muy trágico para un asunto muy complejo que deberá ser dilucidado en los tribunales, y que seguramente se habría producido de igual manera fuese cual fuese la raza de Floyd.

Y eso tendría que haber sido todo: una muerte que nunca debió producirse y la consiguiente intervención de la justicia, lo que sucede en un país civilizado cuando cualquier ciudadano muere de manera no natural. Pero claro, sería mucho pedir que determinados grupos con intereses políticos, económicos, y quizá alguno que otro más turbio, no sacaran partido de la situación, mancillando así la memoria de Floyd y atacando a gente trabajadora, que son quienes con sus impuestos permiten vivir a los subvencionados indignados que ahora les están matando. Hemos visto a los participantes en los disturbios apedrear a un hombre que trataba de defender su negocio, apalear entre cuatro a una mujer mayor, golpear en la cabeza y asfixiar con el humo de un extintor a otra mujer en silla de ruedas, matar a cinco policías (algunos de ellos, negros), incendiar un edificio y con él a las personas que se encontraban dentro, incluyendo un bebé… todo eso sin contar los asaltos a comercios, el vandalismo en las calles, el destrozo de mobiliario público, los daños a vehículos, etc.

Protestas en forma de disturbios

Y todas esas atrocidades se han hecho en nombre de la lucha contra el racismo, un racismo inexistente en el caso de Floyd. Pero es que, incluso aunque su muerte hubiera sido consecuencia del racismo, habría que juzgar a quienes la han producido y juzgarlos mediante la ley, no hay racismo que justifique los disturbios con muertos, heridos e incontables daños materiales. Pero eso es muy típico de progres indignados y violentos, asumir como propia una buena causa, con la que todo el mundo simpatizaría, y utilizarla para pasarse las leyes y la convivencia por el arco de triunfo. Y por supuesto, si los ataques a su “causa” no se dan en cantidad suficiente, hay que sacarlos de donde sea.

En EEUU no hay racismo institucional, no hay ninguna ley, ABSOLUTAMENTE NINGUNA que discrimine a sus ciudadanos por caracteres étnicos. Tampoco hay un racismo socializado en la práctica, las personas de cualquier raza acceden a cualquier puesto si su talento y las circunstancias lo permiten y la suerte les acompaña un poco. Ni siquiera hay racismo policial, ya que quienes mueren a manos de la Policía son mayormente blancos y las estadísticas al respecto atendiendo a la distribución racial dejan ver que dicha distribución se corresponde con la de la población de EEUU en general. Resumiendo, es más que posible que en un país enorme como EEUU haya algún caso de discriminación racial, pero no lo hay desde las instituciones ni puede decirse que se trate de un país racista o de un gobierno racista. Es más, creo que actualmente, el mayor problema de racismo que existe en EEUU son los antirracistas, en realidad más bien antiblancos.  

Posturitas 
Y claro, el perroflautismo buenista español no podía ser menos, y han aprovechado la ocasión para ponerse la medallita de tolerantes, echar la culpa de todo al fascismo y quemar contenedores, la trilogía completa de su nirvana particular. Da igual que la epidemia y la mala gestión del gobierno acaben de causar la muerte a 40.000 compatriotas, da igual que en España tampoco exista nada parecido al racismo institucional, todo eso da igual, ellos ya han entonado su mantra: si no protestas por Floyd eres racista y la culpa de su muerte la tienen Franco y los fachas. Ale pues. La mejor exhibición de gilitontez hipócrita la hemos tenido en España (y mira que con Trudeau estuvo reñido): los niñitos posturitas de Operación Triunfo no han perdido la ocasión de hincar su rodilla en memoria de George Floyd, demostrando así lo antirracistas y tolerantes que son y lo mucho que les importa la vida de los negros de Minneapolis. Aunque todos los días dejen pasar la ocasión de arrodillarse por las mujeres negras prostituidas, por los hombres negros esclavizados, por las niñas negras mutiladas a pocos kilómetros de su comodona existencia occidental. Igual es que si no se les puede sacar partido, algunas vidas negras no importan tanto.