martes, 25 de noviembre de 2014

¿Se puede?

Pues no sé yo si se puede o no se puede, habrá que verlo… en fin, que ya tocaba darle un repasito al político de moda, al Mesías del siglo XXI, al politólogo guapetón que está revolucionando las redes sociales, las ciencias sociales, las políticas sociales y las hormonas sociales de féminas y gays de todo el territorio patrio.

Empecemos por el principio y por lo importante: la verdad es que está razonablemente bueno. En realidad para ser político está muy, pero que muy bueno, a ver, comparémoslo si no con Rajoy, Aznar, Rubalcaba, Sánchez Gordillo… vamos que no hay color, que un poco de frescura entre tanto carcamal apetece y mucho. Además es un tío culto, leído, que sabe hablar muy bien, y eso también se echaba de menos en la política española después de tanto relaxing café con leche y similares. Y luego está ese puntito de soberbia que me pone muchísimo, ese nombrar cada dos por tres sus matrículas de honor, ese verse ya coronado como presidente del gobierno… digamos que lo que le falta de ortodoncia le sobra de autoestima y eso me gusta. A mí los que van de humildes me dan mucho miedito, aún no he conocido a ninguno que sea la excepción al “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Vamos, que el muchacho con esa sonrisa destartalada, ese pelazo y ese palique que Dios le ha dado seduce al más pintado y a la más pintada. Confieso sin pudor que si me pilla hace unos años hubiera estado como loca enviándole flores y cartas de amor, pero mira, nos hacemos mayores, ya no tenemos el cuerpo para flores y cartitas y nos dedicamos a hablar de política. C´est la vie.




Además, no sé si el Mesías guapo llegará a gobernar o no, pero como político, politólogo y cienciólogo de las políticas hay dos cosas que está haciendo estupendamente:

1- Ilusionar a la gente joven y no tan joven a quien la política al uso tenía ya completamente desilusionada.

y 2- Acojonar a los que de momento nos llevan años gobernando, de un color y de otro, que también hacía mucha falta. Se acabó el bipartidismo, el coleguismo entre políticos de signo contrario, el “qué más da quien mande si todos son iguales”. Ahora hay gente que piensa distinto, que quiere hacer las cosas de forma distinta, que no son cuatro gatos por muy perroflautas que sean y que a los gobiernos de toda la vida les están poniendo los huevos de corbata. Y me parece muy bien. O se gobierna honradamente o se acaba el chollito, que las alternativas vienen pisando fuerte, y bien fuerte. Así que bravo, bravo por la aparición, o más bien irrupción de Pablo Iglesias en el panorama político español.

Y ahora, cómo no, vamos a darle un poco de cerita que si no, no tiene gracia. Y desde luego no es oro todo lo que reluce y hay cerita que dar.


Pablo Iglesias
 A ver Pablo, querido, cuando te preguntan de dónde vas a sacar la renta básica que prometes para todos los españoles y empiezas con tu deliciosa voz “como decía Fulanito…” para a continuación citar a tres filósofos, diez políticos históricos, siete economistas, tres escritores, Carlos Marx y algún antiguo secretario de Chávez, estás demostrando que tienes una cultura y un saber envidiables, que todas tus matrículas de honor están justificadas, que da gusto escucharte y sobre todo, que no tienes ni puta idea de dónde va a salir esa renta básica que puedes prometer y prometes. Y más o menos así funcionas en cuanto alguien te pide explicaciones serias acerca de todas esas cosas justas, maravillosas y utópicas que piensas hacer cuando gobiernes y que no podrás hacer el día que te veas con el percal entre las manos, ya lo verás. Porque la politología es estupenda, pero en la práctica y uso cotidiano de la política hay que tener una mano izquierda que tú no tienes, y manda güevos que no tengas mano izquierda con lo comunissssssssta que eres. Perdón por el chiste malo.

No puedes amenazar a los ricos con que van a pagar más impuestos, porque si resulta que un día ganas las elecciones, al minuto siguiente ya están todos en Suiza o en las Islas Caimán, con toda su caradura y su riqueza. No puedes amenazar a las multinacionales con que sólo pagan el uno por cien de impuestos y tú las vas a poner en su sitio, porque al día siguiente se han ido a China, o a Bulgaria, y tú te has quedado sin el uno por cien (que viniendo de una multinacional, es mucha pasta) y con unos cuantos miles de parados más en España. No Pablo, no, esas cosas no se dicen y menos así, esas cosas SE HACEN con mucha vaselina y mucha delicadeza, sin ofender a nadie, sin que ningún rico tenga la sensación de que le están quitando lo suyo. Pero para eso hay que tener mucha experiencia, paciencia y savoir faire, hay que estar curtido en mil batallas políticas y tú no lo estás. Tú vendes incienso, un incienso delicioso que mola, que da gusto aspirar pero que se desvanece en el aire y en un tris deja de existir. Y eso en política, Pablo, es muy peligroso, que nos arruinas el país con una caída de pestañas y aquí de guapo no come nadie. Bueno, tú igual sí y algunos más también, pero no el 99% de los españolitos que al fin y al cabo somos los remeros que hacemos avanzar esta galera por los mares del sur. Así que cuidadín podemistas: frente a las promesas incumplidas de unos no valen las promesas incumplibles de otros, que nos quedamos igual que estábamos o peor.

 Ahora que los carcas te han birlado una de tus reivindicaciones más aplaudidas, el absurdo reconocimiento del absurdo estado inexistente de palestina (véase post anterior, que me repito), ahora que te han arrebatado ese as en la manga del populismo, me extraña que nadie te pregunte por otra de tus proposiciones aún más absurda y esperpéntica que la anterior: eliminar la valla de Melilla y los CIE. O sea, que venga quien quiera y que se quede, bienvenidos seáis hermanos, donde come uno comen siete millones, nada de papeles ni tonterías de ricos, aquí los brazos abiertos, y las piernas, y las vallas. Pero vamos a ver Pablo, ¿tú te has parado a pensar lo que puede suponer eso, unido a la promesa de una renta básica? Yo te lo diré: que la valla de Melilla se traslade a los Pirineos, y seamos los españoles quienes intentemos saltarla en manadas y los franceses nos frían a leches sin humanidad ni proporcionalidad, que ellos ya tienen bastante allí con lo que tienen. Hombrededios, una cosa es no tratar como animales a los seres humanos por más que muchos se estén comportando peor que animales, y otra es ponerle a todo el que venga un pisito en Chamartín. Que no hay pisitos Pablo y de donde no hay no se puede sacar; que estamos con el agua al cuello, y sintiéndolo en el alma por quien está peor aquí ya no se puede ayudar a nadie; que si la galera es para veinte y suben diez mil por mucho que queramos remar nos vamos a pique, nosotros y ellos. Mejor hagamos que España salga a flote, que aquí se pueda vivir y a ser posible vivir bien, y después si acaso ya hablamos de derechos Y OBLIGACIONES de los que quieran venir de fuera, ¿no te parece?

Por otra parte vives en la era de internet, de la globalización y del todo está en Youtube, y claro, tus adversarios políticos están al quite y duermen con un ojo abierto por si acaso, y cómo no, te están haciendo pagar ciertas cosas. Yo entiendo que cuando eras sólo un profesor buenorro que daba clase de políticas en la Complutense y hacía babear a las/los alumnas/os; cuando tu mayor éxito era salir en la tele con programa propio, pues te podías permitir ciertos lujos expresivos y ciertos comentarios políticamente incorrectos. 

Iglesias y algunos de sus admirados
Pero ahora eres un aspirante a presidente del gobierno, y comprenderás que tus simpatías por los presos de ETA, por el presidente del chándal y su corruptísimo gobierno, por los Castro brothers y algunos más del mismo palo; tu comunismo radical al que ahora no paras de echarle suavizante; la historia aquella de que te pegaste con uno que era de clase social más baja que la tuya… pues no caigan bien no ya a tus adversarios políticos, sino a cualquier españolito de a pie con dos dedos de frente. Y te las estás viendo negras para justificar, matizar y recomentar todas esas palabras que dijiste en su momento con la boca grande y que dejan poco margen a la duda y mucho a la controversia, puesto que están grabadas en vídeo y circulando por internet. Experiencia y previsión de futuro, Pablo, imprescindible para un político, ese savoir faire del que te hablaba antes y que a ti te queda lejos, muy lejos…


Y tus muletillas ¡ay! me encantan. Son una muestra más de que tu bello y elaborado discurso se acaba en cuanto le soplas los cimientos, pero me encantan. Repasemos algunas de ellas:

“Yo no te he interrumpido a ti”. Ésta la pongo la primera porque es verdad, aunque alguna vez se te haya ido de las manos y de la boca, no sueles interrumpir a tus contertulios, esperas tu turno y dices lo que tengas que decir. Y eso está muy bien, porque hace que un debate tuyo con los del “Gato al agua”, en vez de parecerse al “Sálvame” sea escuchable e interesantísimo, con opiniones muy distintas pero bien expresadas y respetadas por el contrario. Una gozada, oye.

Pablo versus Federico

“Y no lo digo yo, lo dice…” me gusta especialmente porque la digo yo, o sea, que muchas veces cuando digo algo luego digo “y no lo digo yo, lo dice Fulanito”, que da más peso a cualquier argumentación y queda muy bien.

“La casta”, ¡ay! la casta. Qué castizo estás, chico. Y sí, la casta existe y me temo que seguirá existiendo, sólo espero que sepas torearlos y no te conviertas en uno de ellos si llegas al poder. Porque creo que aunque algo iluso, eres sincero, y porque como te conviertas en casta y te cortes el pelo, a mí se me congelan las hormonas y prefiero tenerlas efervescentes ¡qué coño! y más por un político, que es algo totalmente nuevo para mí. Una experiencia increíble. Bueno, en resumen, que sigue dando caña a la casta que yo también les tengo mucha manía, pero no te pases y no los cabrees demasiado, que entre tú y ellos nos arruináis el país y lo acabamos pagando los descastados de siempre.

“Democracia viene del griego, demos y cratos”
Uissss ¡cómo me pones cuando te pones culto! Pues sí, cada vez que se te llena la boca de “democracia” y de “los que somos demócratas” sacas a relucir tu casta de político (¡ay no, casta no, corrige Zenia, corrige!) digooooo… tu flema y buen hablar (mejor así ;-) de político y quedas divinamente. El problema viene cuando alguien te dice que la bandera de España es democrática y te mosqueas porque a ti la que te gusta es la republicana; cuando alguien te dice que Fidel Castro no es democrático y te  mosqueas porque a ti el tipo te cae bien; cuando exiges que se adelanten las elecciones porque te conviene políticamente, pero obvias que las elecciones se celebran, democráticamente, cada cuatro años, y es decisión unilateral del gobierno democrático adelantarlas si le da la gana; cuando hablas de los escraches y el derecho a la protesta y los calificas de “jarabe democrático” a la vez que se están viendo vídeos de protestas violentísimas en las que se insulta, se amenaza y se llama “asesino” y “terrorista” al gobierno que los españoles han elegido democráticamente, por poco que a ti te guste. Lo siento Pablo, ni la democracia, ni el demos, ni el cratos son perfectos, y ser democrático también es envainársela cuando la mayoría de nuestros compatriotas ha votado algo que no nos gusta y nos toca las narices.

Felipe VI
“Si Felipe de Borbón quiere ser Jefe del Estado, que se presente a unas elecciones”. Ahhhhhh no, eso sí que no, con mi Felipe de mi vida no te metas, que ya puestos está igual de bueno o más que tú y yo por mi Bombón, digoooo por mi Borbón MA-TO. A ver, para empezar léete un poquito la Constitución que parece mentira, Pablo, hijo: “La forma política del estado español es la monarquía parlamentaria” Titulo Preliminar, Artículo Uno, en toda la boca. Y más democrático que nuestra Constitución no hay nada en el mundo. “El Rey es el Jefe del Estado… asume la más alta representación del Estado Español… y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.” Título III, Artículo 56. O sea, que el Jefe del Estado en España es una figura representativa, siempre al servicio de las leyes democráticas, no un Jefe de Gobierno como es en otros países, que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Vamos, que no hay que presentarse a unas elecciones para ello, Felipe VI es legítimamente el Jefe del Estado Español, y no lo digo yo ;-), lo dice la Constitución Española. Democracia, democracia y democracia, te guste o no te guste. A mí la verdad es que me parece muy bien que haya una figura representativa del Estado que no dependa de su gobierno, y por supuesto si la hay se le debe pagar por su trabajo la cantidad que en su día cada año decide el Parlamento y queda establecida en los Presupuestos Generales del Estado. Democracia, democracia y más democracia. Por lo demás y ya entrando en lo personal, Felipe VI no es un señor que un día se despertó y era rey como le pasó a su padre; Felipe VI es un hombre que desde bien pequeño supo que iba a ser rey, asumió esa responsabilidad con sus ventajas e inconvenientes y se preparó a conciencia para ello. No sé si te gana o le ganas en matrículas de honor, pero también tiene dos licenciaturas, másteres, doctorados y una formación en política y relaciones internacionales impresionante, más que sobrada para el cargo que desempeña. 

¿Es guapo o no es guapo nuestro rey?
 Y al contrario que tú, Pablo, tiene muchísima experiencia y sabe lo que se hace. Su larguísima trayectoria como Príncipe de Asturias ha sido intachable, y también lo está siendo su todavía corta trayectoria como Felipe VI, Rey de España. Aissss, que se me cae la baba de decirlo. Y encima está bueno, el jodío. Y además ¡qué coño! las féminas y féminos que ya tenemos una edad lo vimos desfilar como abanderado en los JJOO de Barcelona y ya está dicho todo, frente a esa maravillosa e inolvidable imagen ya podéis venir tú y tu melena y tu verbo florido veintidós años después que no hay color, no te empeñes. Así que viva la monarquía parlamentaria, viva Felipe VI, vivalrey y vivaspaña. Si te gusta, bien, y si no, jarabe democrático ;-)

Y con esto queda casi todo dicho. Aún no sé a quien votaré en las próximas elecciones pero seguramente no votaré a Podemos. Y no porque no me gusten sus ideas, que sus ideas me encantan, sino porque veo completamente utópico que se puedan llevar a la práctica casi todas ellas. Aún así, si ganan las elecciones les daré mi enhorabuena y mi voto de confianza, y pondré una velita a Tutatis para que sean un buen gobierno y hagan avanzar España un poquito, que falta nos hace a todos. Si no ganan, que seamos serios es lo más probable, creo que harán una oposición magnífica y que pondrán las pilas a quien sea que gobierne, y creo o quiero creer que su presencia en el panorama político español hará que más de uno se lo piense antes de gobernar para su bolsillo y no para los ciudadanos.

Así que bienvenido sea Pablo Iglesias, bienvenido sea el nuevo panorama político español, respetadme al Rey y a la Benemérita y que los dioses repartan suerte en las próximas elecciones, y ya puestos en la Lotería también, ¡qué narices! "Antonio… ;-)"

PD: vídeo para nostálgicos. Hay que esperar 16 minutos y medio con publicidad incluida, pero vale la pena. Lo sé, soy una cursi, pero lloré en su momento y he vuelto a llorar al verlo, después de tantos años.



https://www.youtube.com/watch?v=tVTrVEN_KrQ

jueves, 20 de noviembre de 2014

El mío es el Tibet

Ale, pues venga, ya somos modernos y nos hemos unido a la moda europea de reconocer palestina como un estado libre, sin exigirles antes que dejen de matar ni nada, ¿para qué, qué más da? Aquí a modernos y a solidarios no nos gana nadie.

Bueno, pues yo ahora quiero exigir el reconocimiento del Tibet como Estado.
El Dalai Lama, líder espiritual budista.
Resulta que el Tibet sí fue un estado independiente, desde tiempos milenarios hasta 1959. El Tibet, aislado del mundo en medio del Himalaya, tenía lengua y cultura propias, bandera, religión, templos, estructura política, todo ello con miles de años de tradición. Resulta que en 1959 fue no sólo ocupado, sino invadido militarmente y devastado por el ejército de la China comunista, que obligó a sus habitantes, los tibetanos que llevaban siglos allí, a irse al exilio o a quedarse en sus tierras bajo gobierno chino, renunciando a su religión y adaptándose la la cultura china en detrimento de la tibetana, la suya propia. La injusticia y la humillación más tremenda que tuvo que sufrir jamás un pueblo.

Pero claro, había algunos factores de importancia:
  1. El invasor era una gran potencia comunista
  2. En el Tibet no hay petróleo
  3. Los pacíficos tibetanos no se dedicaron a matar inocentes para defender su causa, que es la manera más imbécil y cruel de defender una causa, pero parece ser que funciona, porque mira a los “palestinos” si les está yendo bien…

Y claro, bajo esos tres preceptos la cosa cambia. La reacción inmediata de las grandes potencias políticas, de los solidarios, de los luchadores por las causas justas, de los oenegistas, de los izquierdistas del pueblo de toda la vida, fue….¡¡¡TACHÁÁÁÁNNNN! Quedarse callados como putas, y así llevan más de sesenta años. Los únicos no tibetanos que han abierto la boca al respecto, que yo sepa, fueron en su día los Mecano, con su preciosa canción “Aidalai”.


Por otro lado, Palestina empezó a ser tal cuando los romanos la conquistaron, la convirtieron en provincia romana y la denominaron así. Pero eso fue en la época del Imperio Romano, unos 3000 años después de que en esas tierras hubiera nacido y crecido la religión judía, la más antigua de las tres principales monoteístas (judaísmo, cristianismo, islam). También bajo el Imperio Romano nació, vivió y murió Jesucristo, y cuando siglos después se inventó el cristianismo, también esos lugares fueron considerados santos para la nueva religión, puesto que Jesucristo había protagonizado los momentos más importantes de su vida y de su muerte, en ellos. Y luego en el siglo VI, unos 500 años después de la muerte de Cristo nació Mahoma en La Meca, y se inventó el islam y tanto él como sus esbirros se dedicaron a expandirlo a golpe de cimitarra mientras el profeta escribía el Corán, una especie de blog a la antigua donde justificaba todas las atrocidades que cometía, e instaba a sus seguidores a imitarle. Y así llegaron a lo que hoy es Oriente Medio y conquistaron la antigua región de Palestina, donde se acabó lo que se daba. Mientras cristianos y judíos habían logrado convivir relativamente en paz durante siglos, el ejército musulmán muy en su línea decapitó, violó, expolió, incendió, arrasó… y se quedó.
Luego llegaron las cruzadas, y los refortalecidos cristianos intentaron reconquistar su Tierra Santa, pero aunque hicieron algo de pupa, a la larga no pudieron con el feroz criminal Saladino y la cosa quedó en un batiburrillo de pueblos, etnias y religiones viviendo en la tierra de las antiguas tribus de Israel y dándose de leches cada dos por tres. Y muchos judíos tuvieron que irse de su tierra por esta situación y acabaron expandiéndose por Europa y América, lo que se conoce como diáspora, y luego todo el mundo les puteó a base de bien en las dos guerras mundiales, especialmente en la segunda, cuando los nazis y sus incondicionales amiguitos musulmanes se propusieron exterminarlos. Por suerte los nazis perdieron la guerra, aunque sus incondicionales amiguitos musulmanes salieron bien parados contándole al mundo aquello de que “nosotros también somos víctimas” y “no les ajuntábamos tanto” y “la nuestra es la religión de la paz” y en fin, todas esas cosas a las que ya nos tienen más que acostumbrados.

De la manita, tales para cuales...
Y entonces, los que habían ganado la guerra decidieron, con muy buen criterio, restituir a los judíos sus tierras, las de toda la vida y resarcirles en parte de todo el daño que habían sufrido en la guerra en la que estuvieron a punto de ser exterminados. Y como no podía ser perfecto, aunque la intención era muy buena, en el paso siguiente empezaron las cosas a torcerse. En vez de coger todo el territorio de la antigua Palestina y crear ahí un estado judío, permitiendo a la gente de otras etnias y religiones que ya vivían ahí quedarse en sus casas, pues como veían que con los musulmanes estaría complicado y no querían enviarlos a alguno de los más de sesenta estados islámicos que ya existían, decidieron dividir el territorio en dos estados, uno árabe y uno judío. Que aunque a mi parecer era injusto con los judíos, pues bueno, tampoco era tan mala solución, y así se hizo. Los judíos aceptaron encantados tener un estado propio y no pusieron problema a que en parte de la antigua Palestina se constituyera otro estado árabe-islámico, uno más. También se comprometieron a aceptar y mantener las distintas religiones que existían en el que ya era su territorio, incluida la islámica, y a dar la ciudadanía israelí de pleno derecho a todos los que vivían allí fuera cual fuera su religión. Hasta ahí fantástico. Y ahora llega el sorpresón: ¡¡¡los árabes no aceptaron!!!! Ellos no querían un estado, ellos querían todo el territorio que había sido judío hasta que ellos lo invadieron, que según la resolución de la ONU ya constituía el Estado de Israel y que cómo no, consideraban suyo de pleno derecho porque habían edificado cuatro mezquitas, como si no hubiera templos judíos, sinagogas e iglesias cristianas miles de años más antiguas. No. Mío, mío y mío, como los niños pequeños. Además y por supuesto, seguían queriendo exterminar a los judíos, como decía el gran Muftí de Jerusalén “Alá nos ha concedido a los musulmanes el don de terminar lo que Hitler empezó”.

Así que bueno, con esas condiciones la ONU más o menos los mandó a la mierda y el 14 de mayo de 1948 quedó oficialmente constituido el Estado Judío de Israel. El 15 de mayo de 1948, es decir, al día siguiente, los árabes  ya habían convencido a cinco países vecinos (Líbano, Siria, Irak, Egipto y Jordania) para invadir Israel, y ya estaban en ello. Primer incumplimiento flagrante de una resolución de la ONU, con el objeto de destruir un país y exterminar a su población, los mismos tipejos que años después acusarían a gritos a Israel de terrorista y de no obedecer a la ONU cuando construyó un muro, cuando construye casas para su gente en territorio vacío que no es de nadie. Coherencia ante todo.

Y en fin, por no extenderme mucho diré que Israel en diez días creó su propio ejército y en unos meses había ganado la guerra, y entonces dijo “ahora os jodéis, no haber empezado” y se anexionó más territorio del que en principio le había sido asignado por la ONU, que no tuvo más remedio que callar y envainársela.

Y aquí me permito citar un comentario de Leon Chattah, un usuario de Facebook a quien ya considero amigo:

“No es territorio ocupado, es territorio ganado a 5 países árabes que hicieron una incursión que creyeron era un picnic y PERDIERON. No se juega como los chicos que después se devuelven las bolitas... Jugaron a tirar a los Judíos al mar y perdieron. Yo les repetiría como la sabia madre de Al Sheik llorando la perdida de Andalucía, llorando mirándola desde Africa, "no llores como mujer, lo que no supiste defender como hombre" (perdón a los/las feministas). Samaria y Judea pertenecen al Estado Judío de Israel. PUNTO.”

Y eso fue en 1949 y así seguimos, los árabes empiezan una guerra, Israel la gana y otra vez y otra vez, y los tíos no aprenden…. eso sí, en cuanto perdieron la guerra de 1948 se autoproclamaron “pueblo oprimido” y empezaron a llamarse “palestinos” como si los judíos no lo fueran también, como si hasta entonces hubieran estado viviendo en Singapur en vez de en Palestina. Y ya que militarmente los nuevos “palestinos” eran (y son, y serán) incapaces de hacer la "o" con un canuto, pues se dedicaron al terrorismo que se les da mejor y de paso no tienen que dar cuentas a la ONU ni a la Convención de Ginebra ni a nadie, porque como ellos no son un ejército de un país, pues técnicamente no pueden cometer crímenes de guerra, así que a matar niños sin contemplaciones y sin que nadie les diga ni "mu". También por supuesto, empezó la operación lloriqueo, enarbolando su condición de pueblo oprimido y exigiendo a todo aquel que quisiera oírles su derecho a tener un estado propio, ese estado que no tenían la menor intención de crear hasta que no les dieran, ya que ellos no eran capaces de cogerlo por las armas, todo el territorio de Israel. Como es fácil de entender, los israelíes no estaban por la labor… y hasta hoy.

Y hoy queridos, nos hemos desayunado con un atentado en una sinagoga de Jerusalén, cinco muertos y ocho heridos, y nos hemos ido a cenar con la noticia de que el Parlamento Español, que se ve que no tiene otra cosa que hacer, ha votado a favor del reconocimiento del Estado Palestino. Y yo es que flipo. Qué pasa, ¿no se os ha ocurrido antes exigirles que dejen de matar como hacíais con ETA? ¿es que estos son más guapos? Aquí a modernos no nos gana nadie, y como la moda ya la han establecido Suecia, Francia e Inglaterra, pues ale, España detrás como borreguitos. Y nadie se da cuenta de que mientras no sean los propios “palestinos” quienes reconozcan su estado y se dediquen a hacer de los pocos terrenos que les quedan algo útil, es lo mismo reconocer el Estado de Palestina que el Reino de Narnia. O sea, una estupidez supina.

Así que nada, yo he decidido que para pueblo oprimido e injustamente tratado por la historia, ahí está el Tibet. Mientras los palestinos árabes ponen bombas, el Dalai Lama vive exiliado en la India y va por el mundo proclamando su mensaje de paz; mientras el islam insta a matar a los no musulmanes allá donde se les encuentre, el budismo, la religión tibetana, prohíbe matar a otro ser humano bajo cualquier circunstancia; mientras los musulmanes de la franja de Gaza y el West Bank educan a sus hijos en el odio y la obligación de matar judíos, los tibetanos educan a los suyos en la paz y el amor a la humanidad. Así que yo lo tengo, claro, prefiero mil veces utilizar mis escasas fuerzas en defender a los tibetanos. 
Sus vidas sólo importan si los "mata" Israel...
Pero a quien no le caigan bien los tibetanos, tiene más opciones, ¿qué tal exigir un kurdistán para los kurdos? ¿qué tal exigir a Rusia que devuelva Crimea a los ucranianos? ¿qué tal exigir a la ONU que intervenga YA y termine con las sangrientas dictaduras que asolan muchos países del África negra? y no sigo porque no pararía, será que no hay gente oprimida en el mundo. Pero yo tengo muy claro lo que ha pasado en España… y lo que ha pasado ni más ni menos es que nos hemos vuelto a bajar los pantalones frente al terrorismo. Lo cual por una parte me parece muy injusto con la gente que lucha por su causa sin matar a nadie (por ejemplo los tibetanos) y por otra parte me parece un error catastrófico, porque eso no hace que el terrorismo disminuya, al revés, hace que se envalentonen y crean que pueden conseguirlo todo matando a gente inocente. Y nosotros como tontos, poniéndoles la alfombra roja y pensando que a nosotros no nos van a matar porque hemos reconocido en nuestro Parlamento su estado inexistente. De verdad, SOMOS TONTOS.

Y respecto al estado inexistente, me gustaría citar también un estupendo artículo de Beatriz Becerra, diputada al Parlamento Europeo por UPyD, pero como no tiene desperdicio, en vez de citar partes sueltas, pongo el link:

http://www.huffingtonpost.es/beatriz-becerra/es-palestina-un-estado-qu_b_6167516.html

Y muchas cosas más que decir al respecto, pero estoy cansada. De escribir, de vivir en un país de cuyo Parlamento me avergüenzo, de repetir siempre lo mismo, de que la gente no se dé cuenta de la bomba de relojería que estamos creando, de que la culpa de todo siempre la tenga Israel, de que los políticos que pago con mi dinero pierdan el tiempo votando gilipolleces… muy cansada de todo ando últimamente.

Voy a terminar con una anécdota:

hace unos días, en una localidad del corazón de Texas, la comunidad musulmana adquirió un terreno para construir una mezquita. Junto a ese terreno hay una granja, un negocio familiar donde desde hace más de 200 años se crían animales, y esos animales son….¡¡¡cerdos!!! Bueno, pues el piadoso musulmán que había comprado el terreno se acercó un día al granjero texano, y muy condesdenciente él, le informó de la situación y le dio dos opciones: o criar otros animales que no sean considerados impuros por el islam, o marcharse a otra parte, puesto que allí se iba a construir una mezquita y una mezquita no puede estar al lado de una granja de cerdos. El granjero texano, muy parsimonioso él, se ajustó su sombrero, se cargó al hombro su escopeta y parece ser que le dijo al musulmán algo así como: “mi familia lleva aquí doscientos años y yo toda mi vida, siempre hemos criado cerdos y lo vamos a seguir haciendo. Pero con los de la granja tenemos bastante, así que construye lo que te dé la gana, pero no vuelvas a aparecer por aquí porque te meto un tiro y esta noche me hago un jamón con tus patas”. Desde entonces el granjero, todos los viernes (día sagrado y dedicado a la oración para los musulmanes), organiza en su granja carreras de cerdos con apuestas incluidas, y a los cerdos participantes les pone nombres árabes, de manera que los asistentes puedan corear sus nombres y animar a los favoritos: ¡¡¡corre Rashid!!! ¡¡¡venga Mohamed, que tú puedes!!! ¡¡¡remonta Mustafá, remonta!!! y así. Más brutos que un arado, pero con dos cojones estos granjeros de Texas.

Y ahora sí que acabo de verdad, aquí os dejo una foto relacionada con la anécdota anterior:
Es un cartel destinado a los musulmanes que entran en Texas desde México, y dice así:

¡Bienvenidos a Texas!
No te metas con Texas
Nuestros ciudadanos poseen armas legalmente
Si matas a alguien, te mataremos a ti
Nos gustan los tiroteos, es una tradición texana
Tenemos 120 prisiones, disfruta de tu estancia

Lo dicho, más brutos que un arado, pero con dos cojones, estos Texanos.


martes, 14 de octubre de 2014

Zona caliente

Resulta que nos hemos gastado una millonada en traer a dos personas a España, con el noble objeto de que mueran en su país y rodeados de sus familias. Ambos religiosos, misioneros, ancianos e infectados con el virus del ébola. Y se ha liado parda, pero que bien parda, ale, ya tenemos el ébola en España ¿estáis contentos damas y caballeros del gobierno? ¿hacía falta esto, por si no nos consideraban ya bastante tercermundistas en Europa?¡¡¡BURROS (Y BURRAS), MÁS QUE BURROS (Y BURRAS)!!!

Para empezar me da muy mala espina que esos dos caballeros hayan querido venir a España, me huele a pantochada por todas partes. Los misioneros mueren con las botas puestas, son los últimos que abandonan el barco y de hecho casi nunca lo abandonan, se quedan al pie del cañón junto con aquellos a quienes han dedicado su vida…

Traslado del misionero
PEQUEÑA HISTORIA FAMILIAR
Hace muchos años, recién terminada la guerra civil española, mi tía abuela María decidió tomar los hábitos en la orden de las Hermanas de la Caridad y no se marchó de España, pero sí se fue a la otra punta del país en los años cuarenta, cuando no era tan fácil viajar como ahora. Trabajó durante muchos años como enfermera en un hospital para pobres, recordemos que aún no había Seguridad Social y el médico se pagaba del bolsillo de cada uno, quien no podía pagarlo se quedaba sin médico o tenía que recurrir a la caridad, y las religiosas que regentaban los hospitales de caridad salvaron de morir a muchísima gente sin recursos. Mi tía abuela entregó su vida a los más necesitados a cambio de nada, y cuando su edad y su enfermedad le impidieron continuar su trabajo, se retiró tranquila a un convento de su orden, donde murió hace ya mucho tiempo y donde está enterrada. Nunca perdió el contacto con su hermana y sobrinos, pero desde el momento en que tomó sus votos, su familia pasaron a ser las otras religiosas y los pobres, a quienes se debió siempre. Padeció en su última etapa una larga y dura enfermedad degenerativa, y cuando ya estaba claro que se le acercaba la muerte, a nadie, y a ella menos que a nadie, se le ocurrió traerla para verla morir, ni para enterrarla donde había nacido. Fueron sus familiares quienes se desplazaron a su funeral y se despidieron de ella allí donde había vivido la vida que eligió, donde se le dio sepultura y donde descansará para siempre.

Con este pequeño homenaje a Sor María sólo quiero recalcar que me extraña muchísimo que un misionero, tras cincuenta años viviendo en África, quiera venir a morir a España, añadiendo además el hecho de saber que padece una enfermedad mortal, terriblemente dolorosa, para la que no hay tratamiento y que se contagia casi con mirarse. No me cuadra ese deseo con alguien que ha dedicado su vida tratar de hacer mejor la de los demás, qué queréis que os diga, no me cuadra.

“Zona caliente” es el título de un libro, escrito en 1994 por el biólogo Richard Preston, que me fascinó y me horrorizó a partes iguales. Basado en hechos reales, habla el ébola, de cómo se descubrió, de las primeras investigaciones que se hicieron y de los primeros brotes en África. Y acojona, acojona mucho, a su lado los mortíferos virus del SIDA y la viruela son un granito de acné. El ébola al principio sólo lo tenían los monos, hasta que mutó y se convirtió en una amenaza para los humanos. Los primeros monos que murieron fueron analizados por los patólogos, que al hacer la autopsia se quedaban con los ojos como platos, puesto que las hemorragias internas que provocaba el virus hacían que los órganos prácticamente se licuaran y desaparecieran. Los científicos comenzaron a investigar y a experimentar, y como es habitual separaron a los monos infectados del grupo de control, o sea, de un grupo de monitos más sanos que las bananas que se comían, y los separaron por un pasillo para que no hubiera contacto entre ellos. Es decir, aula de laboratorio, a mi derecha monos enjaulados infectados con ébola, a mi izquierda monos de la misma especie completamente sanos. No, no podían hacer manitas, ni darse besos, ni compartir comida, ni hacer todas esas cosas que les gusta hacer a los monos. Y un día ¡horror espanto! Uno de los monos sanos, empezó a mostrar síntomas, y pronto murió de ébola. Y luego otro, y otro, y otro. Los científicos repasaron todos sus protocolos de investigación hasta que pudieron descartar totalmente un error humano, o sea, que por equivocación los monos sanos hubieran tenido contacto con los enfermos. Y lo descartaron. Y así es como descubrieron que el ébola se puede contagiar por vía aérea.


El virus ébola

Y con los primeros muertos humanos descubrieron algunas cosas más: que el índice de mortalidad es altísimo, casi todos los que son infectados por el virus mueren, sólo unos pocos se recuperan y no se sabe por qué; que la enfermedad empieza de forma parecida a una gripe común, hasta que de repente el enfermo comienza a sangrar por todos los orificios de su cuerpo y muere en pocas horas, a veces incluso en minutos; que la muerte es terrible y provoca un sufrimiento atroz; que el brote remite por sí solo, tampoco se sabe por qué, y que desde luego si alguna vez no remite es probable que extermine a la población mundial. Ése es el panorama que nos plantea el ébola, acojona ¿verdad? Pues nuestros valientes gobernantes se lo han pasado por el forro. Unas autoridades sensatas hubieran cerrado fronteras a cal y canto a todos los países donde hubiera un brote mientras este esté activo, y por supuesto a toda la inmigración ilegal. Pero radicalmente y en plan Chuck Norris, “intenta entrar en mi país y te mato, está en juego la vida de los ciudadanos que me votan (y los que no), y con la vida de los ciudadanos que me votan (y los que no) NO SE JUEGA”. Pero no, que va, aquí somos más chulos que un ocho, “traigamos a dos enfermos que no se van a curar porque no hay tratamiento, hagamos un simulacro de protocolo de protección y demos al mundo una lección de humanidad, veras la Merkel y el Cameron, qué respeto nos van a tener después de esto”. Y así nos ha ido: los dos enfermos muertos, dos sanitarias contagiadas, una de ellas muy grave, y un montón de gente en cuarentena por haber tenido contacto con alguno de los cuatro, que ya veremos como terminan. La Merkel debe estar dándole de collejas al Mariano y cerrando a la vez las fronteras de Alemania en plan Chuck Norris, si intentas entrar en mi país te mato.

Y luego está el perro, ¡ay! el perro. Qué se iba a imaginar el pobre bicho lo famoso que se haría y los montones de solidarios onenegistas animalistas y todo tipo de -istas que iba a movilizar para salvarlo. Dudo que algún habitante de este universo aún no se haya enterado, pero hago un breve resumen: el marido de la primera enfermera que se infectó, fue llevado al hospital y puesto en cuarentena inmediatamente, y el hombre dejó al perro en su casa, con agua y alimento para varios días. Y entonces alguien dijo: “cuidadín, que aquí en África los perros son portadores y transmisores del virus, y el virus se contagia por vía aérea, y el perro ha estado en contacto con una persona infectada…” y las autoridades sanitarias, tomando la primera decisión sensata en lo que va de año, decidieron sacrificar al animal. El marido de la enfermera grabó entonces un vídeo que se difundió por las redes sociales, en el que pedía que se salvara la vida de Excálibur, que de tan excelsa manera se apodaba el pobre can, y todo el mundo se movilizó. Las redes sociales hirvieron de indignación y montones de solidarios oenegistas animalistas y todo tipo de -istas, se acercaron a la casa de la enfermera para intentar evitar que sacaran al perro de allí. Tuvo que intervenir la policía, hubo refriega, gritos de “asesinos”, un herido y mucho vídeo del momento circulando por internet. Así somos en España, con dos cojones.

 A ver, es muy triste que tenga que morir una mascota, pero cuando está en juego la vida de cientos de seres humanos, hay que sacrificar a la mascota sí o sí. Aunque parezca cruel. Aunque el perro no tenga la culpa de nada. Aunque monte en cólera media España, y rulen cartelitos por facebook diciendo “han asesinado a un miembro de la familia de la enfermera”, aunque pase todo eso no queda otra. Ninguno de los que protestaban al grito de “asesinos” se ofreció para llevarse el perro a casa, quedarse allí en cuarentena con él y si te contagia el ébola y os morís los dos, como dijo Herodes te jodes, eso no. A berrear, esgrimir pancarta e insultar a los policías, que los pobres también, menuda paciencia.

Y ahora, a todos los solidarios onenegistas animalistas y todo tipo de -istas me gustaría matizarles un par de cosas:
  1. Un perro es una mascota. Por mucho que se le quiera no es un ser humano, ni es parte de una familia (salvo su familia perruna), ni su vida se puede equiparar a la de un ser humano y mucho menos a la de montones de seres humanos. Entiendo que haya sido muy doloroso para los dueños tener que sacrificarlo, pero la verdad, me parece mucho más terrible que la dueña se esté muriendo de ébola. Y eso sin contar a las personas que ya han muerto en África y a las que aún no se están muriendo en España, pero demos un poco de tiempo al tiempo, que esto está lejos de acabarse.
  2. Los verbos “asesinar” y “ejecutar” sólo se emplean cuando tan viles acciones tienen como víctima a un ser humano. A un animal se le sacrifica cuando es un animal presuntamente digno, como un perro, o bien se le mata sin más cuando es un animal presuntamente indigno, como una rata o un mosquito, pero no se le ejecuta ni se le asesina.
  3. Me alegro por Excálibur de que haya tenido sus quince minutos de gloria y una muerte mucho menos dolorosa de la que con casi toda probabilidad le espera a su dueña, pero me llama la atención el criterio que sigue alguna gente a la hora de emplear todas sus energías en manifestarse por algo como si les fuera la vida en ello. Miles de animales son sacrificados todos los días por tener enfermedades mucho menos graves que el ébola; miles de animales son cazados, o pescados, o criados en granjas todos los días para alimentar al ser humano; miles de animales son torturados todos los días en el salvaje rito “halal” para que los musulmanes puedan comer su carne según les manda el islam; miles de animales mueren todos los días en todo el mundo para celebrar festejos y nadie mueve un dedo, salvo por Elegido, el toro de la Vega, y Excálibur, el perro con ébola. ¿Tienen estos dos animales algo que no tengan los demás, o hay intereses politiqueros por medio?
  4. De la misma manera, y esto creo que ya lo he dicho más de una vez, durante los cincuenta días que ha durado la última guerra en Gaza hemos tenido a los pobres niños palestinos en el telediario a la hora del desayuno, comida y cena. Ahora que los terroristas islámicos andan por Irak y Siria cogiendo niños, violándolos, torturándolos, decapitándolos, troceándolos, crucificándolos y enterrándolos vivos, los solidarios callados como putas. Aún no he visto a ninguno de los que movieron cielo y tierra por Excálibur, compartir en redes sociales una sola foto o vídeo de las horrendas torturas a las que están siendo sometidos los niños y adultos que tienen la desgracia de caer en las garras del estado islámico, y los hay que te hacen vomitar. Cualquiera de esas criaturas se hubiera cambiado sin dudarlo un momento por Excálibur, os lo aseguro. ¿Tienen los niños palestinos algo que no tengan los demás niños, o hay intereses politiqueros por medio?

El perro Excálibur


Y para finalizar y enlazar el ébola con el estado islámico, decir que los genios mandamases de éste último tenían planeado (y lo han dicho ellos, no yo) utilizar a alguno de sus mártires como bomba biológica humana, infectándolo de ébola y haciéndolo pasar por un inocente inmigrante subsahariano recién llegado en patera a Europa. Y los genios de nuestro gobierno les han hecho el favor de ahorrarles la jugada trayendo el virus a España en avión, mientras que los  genios solidarios oenegistas animalistas y todo tipo de -istas se esfuerzan en dejar claro que matarían a su abuela con tal de salvar a Excálibur, y todo lo demás les da igual. País de gilipollas que somos, de verdad. País de auténticos gilipollas.

lunes, 25 de agosto de 2014

Ciegos, sordos, mudos III

Y ya la última moda es que a alguna gente le ha dado por boicotear a Israel, y no sólo en plan privado pensando “no voy a comprar productos israelíes”, sino muy en su estilo Sánchez Gordillo, entrando en supermercados y tirando al suelo los productos importados de Israel. Y el colmo, algún lumbreras ha decidido en los propios supermercados retirar los productos “kosher”, especialmente preparados para aquellos que profesan la religión judía, según ellos por miedo a los manifestantes pro palestinos.  Que deben ser bastante más violentos y desagradables que los manifestantes pro Israel, ya que nadie ha retirado de ningún supermercado los productos “halal”, destinados a gente de religión musulmana,  por miedo a los manifestantes judíos. 

Varias cosas que decir a esto:

He visto una foto, que no he podido colgar aquí (mierda de incompatibilidad de formatos) de una mujer con un cartel que dice: 

"Cualquier idiota puede boicotear un supermercado. Israel es líder en el desarrollo de medicamentos contra el cáncer, parkinson y muchos otros. Dejemos que los idiotas boicoteen eso"
Más claro, agua.
 
Y como me gusta ayudar a la gente, estemos o no de acuerdo, a todos los que quieran boicotear a Israel, a los judíos y a sus productos comerciales, aquí les adjunto una serie de normas para que lo hagan bien hecho. Las cosas a medias no molan ¿verdad?
  1. Deja de usar Facebook YA. Su creador, Mark Zuckerberg, es judío. Deja de usar también ordenadores con procesadores Intel Pentium y Celeron, así como cualquier sistema operativo de Windows. No, no es propaganda para Apple, es que toda esa tecnología fue desarrollada en Israel. Y esto incluye los antivirus y el algoritmo utilizado para enviar e-mails.
  2. No vayas jamás a un psicoanalista, ni tomes una aspirina, ni te administres insulina si eres diabético. El inventor del psicoanálisis (Sigmund Freud), el de la aspirina (Spiro) y el de la forma de administrar insulina (Karl Landsteiner) eran judíos.
  3. A partir de ahora deberás coser tu ropa a mano, ya que el inventor de la máquina de coser, Isaac Singer, era judío. Y por supuesto nada de llevar vaqueros Levi´s ni ropa de Calvin Klein, Ralph Lauren o Donna Karan. Todos ellos son judíos.
  4. No utilices micrófonos, ni teléfonos (fijos o móviles) ni máquinas calculadoras, todo eso fue inventado por judíos (Emil Berliner, Philip Reiss y Abraham Stern respectivamente)
  5. Enciende siempre con encendedor, las cerillas de fósforo las inventó el judío Sanson Valobra.
  6. ¡Boicotea Google y condénate al Internet Explorer! Los creadores de Goggle, Larry Page y Sergei Brin, son ¡adivinaste! judíos.
  7. Renuncia a los videojuegos SEGA, a los helados Haagen-Dazs, a los donuts, y a las marcas de maquillaje Esteé Lauder y Helena Rubinstein.
  8. Deja de ver películas de la Metro Goldwin Mayer, Universal Studios, Columbia Pictures, Warner Bross o Miramax, así como el canal Fox. Todos sus dueños son judíos.
  9. Y hablando de cine y artes varias, limítate a Bardem y Penélope Cruz. Se acabaron las películas de Spielberg, Oliver Stone, Kubrick o Roman Polanski. Y nada, ni el trailer, donde salgan los actores Wynona Ryder, Sarah Jessica Parker, Natalie Portman, Harrison Ford, David Duchovny, Paul Newman, Woody Allen, Dustin Hoffman o Kirk Douglas. Por supuesto ni se te ocurra escuchar música de Barbra Streisand, Billy Joel, Leonard Cohen, Paul Simon, Art Garfunkel o Lenny Kravitz, judíos todos ellos.
  10. Si eres católico, renuncia a tu religión YA. Jesucristo era judío, y también la Virgen María y los doce Apóstoles.
  11. Si te va más la filosofía, la literatura o la ciencia, borra de tu mapa mental a Durkheim, Spinoza, Strauss, Franz Kafka, Albert Einstein o Ana Frank. Todos eran judíos. Y si lo tuyo es el cómic se acabaron Batman y Spiderman, ya que el creador de Marvel Comics, Max Fleischer era judío.
  12. No tomes medicamentos genéricos, ya que pueden haber sido desarrollados por Israelí Teva Pharmaceuticals, la mayor empresa de medicamentos genéricos del mundo. Y sin hablar de genéricos, si tienes cáncer, VIH, diabetes, esclerosis múltiple, parkinson, enfermedades hepáticas, mieloma, Alzheimer, epilepsia o tumor cerebral, mira bien lo que tomas, ya que la mayoría de los tratamientos para estas enfermedades, incluyendo láseres para cirugías, son tratamientos patentados por el Instituto Weizmann, de Israel.
  13. No utilices tarjetas de crédito o débito, es muy probable que su sistema de seguridad sea israelí.

Bien, y ahora para contentar a todos, vamos a dar algunas normas por si algún judío o simpatizante quiere sumarse a los boicots mundiales boicoteando productos palestinos. Ahí van:
  1. No se puede. Los palestinos jamás fueron capaces de producir NADA.

Nos consideramos democráticos, tenemos derecho a la libertad de expresión pero estamos MUDOS  y callamos… o no, en vez de callar, nos manifestamos en contra del único país democrático de Oriente Medio, a la vez que a favor de quienes quieren exterminarnos. Desde luego es la peor forma de estar MUDO.

sábado, 23 de agosto de 2014

Ciegos, sordos, mudos II


Supongo que a nadie le viene de nuevo el concepto del Islam como religión que venera la muerte, la propia y especialmente la ajena. Lo que no sé es si todo el mundo tiene claro cuáles son las intenciones de los líderes islámicos, intenciones que ya dejó muy claras en su momento uno de los más salvajes de ellos, Osama Bin Laden: “algún día toda la tierra será musulmana, por las buenas o por las malas”. Ale pues.



Los musulmanes no saben vivir en mayoría respetando a las minorías. Cuando son ellos la minoría, en países occidentales normalmente, se dedican a quejarse de que son discriminados, a putear a sus mujeres, a despotricar de las desvergonzadas costumbres occidentales y a lloriquear y pedir subvenciones para crear centros culturales islámicos, subvenciones que nosotros les damos sin rechistar, no sea que nos tachen de racistas y eso sí que no. Pero en cuanto son mayoría, lo que hacen es crear un estado islámico, imponer el Islam como única religión verdadera y matar al que no esté de acuerdo. Pasó en el Líbano, pasó en Bangladesh, pasó en Sudán, está pasando en el Kurdistán y pasará en Europa. No somos capaces de imaginar lo que van a hacernos esta chusma el día que conquisten “democráticamente” Europa, no somos capaces de imaginarlo. Yo espero no llegar a verlo, pero me temo mucho que nuestros hijos y nietos lo verán, y no será en absoluto bonito de ver. Supongo que se parecerá a lo que están haciendo en el norte de Irak y Siria, donde están exterminando, y eso sí es un genocidio en toda regla, a todo aquel que no sea musulmán. Marcando las puertas de las casas de los cristianos, ahorcando a los yazidíes y a todo aquel que no se convierta inmediatamente al Islam, enterrando viva a la gente, degollando a los niños, ¡qué más da! si no les importan sus propios niños, les van a importar los de los demás.

ISIS, masacrando niños
Y no, no hay Islam moderado. Hay musulmanes que son buenas personas y no ponen bombas ni degüellan a nadie, eso sí, pero el Islam en sí mismo no tiene nada de moderado. Si alguien se molesta en leer el Corán, verá que la obligación de todo musulmán es matar al infiel en cuanto le ponga el ojo encima, y ése es el objetivo de miles de musulmanes repartidos por todo el planeta. Sí, sólo son peligrosos los musulmanes fanáticos, pero son miles y miles y miles los fanáticos. Ahora toca que alguien diga que la Biblia también contiene atrocidades, y que sobre todo el Antiguo Testamento no es precisamente benévolo con el ser humano, ni con las mujeres. Y no seré yo quien le quite la razón, si uno se dedica a leer la Biblia también puede encontrar pasajes aberrantes con respecto a los derechos humanos. ¿Dónde está la diferencia entonces? La diferencia está en que la cultura judeocristiana ha evolucionado, la gente puede creer en la Biblia pero no la interpreta al pie de la letra, los fanáticos cristianos (que más de uno hay también) no van poniendo bombas en aviones saudíes ni en un tren de Pakistán. La diferencia está en que en países de mayoría cristiana, como España, uno puede ser cristiano, musulmán, judío, budista, hinduista, zoroastriano o ateo, que no pasa nada. Y si alguien se mete contigo por tu religión, enarbolas el artículo 14 de nuestra Constitución, ese que dice que todos los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, sexo, RELIGIÓN, etc. y el juez te da la razón inmediatamente. La diferencia está en que los talibanes se cargaron los Budas de Bamiyan y nosotros no nos hemos cargado la mezquita de Córdoba. Ésa es, fundamentalmente, la diferencia entre ellos y nosotros.

Mezquita de Cordoba
Quien se atreve a criticar al Islam, desde dentro o desde fuera, es asesinado u obligado a esconderse de por vida, víctima de una fatwa. Salman Rushdie escribió una especie de fábula onírica (bastante infumable, por cierto), acerca de un profeta medio loco que lo mismo podía interpretarse como una crítica al Islam que como una peli light de Schwarzenegger. Taslima Nasrin denunció las atrocidades cometidas por la mayoría musulmana sobre la minoría hindú en Bangladesh, incluyendo las sufridas por su propia familia y dando datos y cifras alarmantes. Ayaan Hirsi Ali, musulmana de origen somalí, huyó del Islam y sus barbaridades, llegó a Holanda, empezó trabajando como intérprete para inmigrantes y acabó siendo diputada del Parlamento holandés. Escribió un libro titulado “Yo acuso” donde denunciaba las atroces costumbres de la cultura musulmana en su país de origen y exigía a los musulmanes una autocrítica en vez de una fe ciega, afirmando que sería algo beneficioso sobre todo para el propio Islam. Su amigo Teo Van Gogh filmó un pequeño documental llamado “Sumisión” en el que se atrevía a denunciar la terrible esclavitud que sufren muchas mujeres musulmanas por partida doble, por parte de su religión y por parte de sus maridos. Ibn Warraq, ex musulmán de origen pakistaní, siguiendo la magnífica línea de Bertrand Russell escribió un libro llamado “Por qué no soy musulmán”, en el que repasa y critica el Corán de cabo a rabo, y da explicación a algunos términos como “sharia”, “yihad” “burka”, “hiyab”, “fatwa”, “dhimmies” o “jizya”, términos mucho menos inocentes de lo que parecen, y que son de obligada aplicación y lo más normal del mundo en los países de mayoría musulmana. Oriana Fallaci escribió en los años 70 “Inshallah”, una magnífica novela acerca de cómo los palestinos musulmanes destruyeron el Líbano, un país hasta entonces rico y próspero. Tras los atentados del 11 de septiembre escribió su trilogía “La rabia y el orgullo”, “La fuerza de la razón” y “El Apocalipsis”, analizando la situación internacional con respecto al terrorismo musulmán, y lanzando durísimas críticas al Islam y a los blandengues occidentales que lo apoyan y lo defienden.


Asesinato de Teo Van Gogh

 Todos ellos han sido objeto de “fatwas” (persecuciones a muerte) por parte de las autoridades islámicas, y todo buen musulmán está obligado a matarles si les encuentra. El único que ha sufrido tan cruel destino, que yo sepa, ha sido Teo Van Gogh, degollado en plena calle por un musulmán holandés de segunda generación, supermoderado y superintegrado, quien por cierto en el juicio no sólo se burló cruelmente y amenazó a la familia de Teo, sino que dejó en ridículo a sus propios correligionarios, que después de que matara a Teo empezaron como no, a lloriquear al gobierno y a quien quisiera escucharles que estaban en contra de los atentados, que lamentaban esa muerte, que el verdadero Islam no era eso, que ellos eran pacíficos y moderados, etc. Muhammad Bouyeri, que así se llamaba el fulano asesino, dijo que lo había hecho porque era un buen musulmán, y se dedicó a citar las suras del Corán que había seguido al pie de la letra al asesinar de manera tan sádica a Teo Van Gogh. No sé qué cara se les debió quedar a los imanes holandeses cuando oyeron esas declaraciones dejándoles como lo que son, unos auténticos mentirosos e hipócritas.

Recientemente se ha constituido el llamado ISIS, el Estado Islámico de Irak y el Levante que pretende abarcar en principio zonas del norte de Irak y Siria (aunque ni soñarlo que se detendrán ahí) y que se está estrenando con las mayores atrocidades cometidas jamás contra cualquier población en cualquier parte del mundo. Los nazis a su lado eran angelitos de la guarda. Ya he comentado antes algunas de sus hazañas, y cómo están sometiendo a un genocidio, o un éxodo en el mejor de los casos a todas las minorías religiosas, pero si acaso mejor documento con fotos.




Y me fastidia mucho, sí señor, que tengamos los presuntos 1800 “civiles asesinados” por Israel en Gaza hasta en la sopa (con todo el respeto a los que realmente fueran población civil), con sus manifestaciones en ciudades y en redes sociales, con progres culturetas (hola Bardem) llenándose la boca de la palabra “genocidio” siempre con respecto a Israel, incluso con agresiones a ciudadanos y turistas judíos como las recientemente acontecidas en Tarragona; me fastidia mucho esto y que a la vez estemos ignorando a las casi 200.000 personas que han exterminado u obligado a marcharse de sus casas los terroristas musulmanes del nuevo ISIS. 

 Qué pasa, si no son palestinos nos la pela ¿no?, si no podemos echar la culpa y acusar de genocida a Israel o a EEUU nos la pela ¿no? Somos unos hipócritas de tomo y lomo y nos la pela ¿no?

Pues bien, Bardem y compañía, ahora viene la mala, malísima noticia: detrás de ellos vamos nosotros. El “estado genocida” de Israel está parando los pies a una de tantas organizaciones terroristas musulmanas que tratan de destruirlo y exterminar a sus ciudadanos, pero ellos saben y nosotros deberíamos saber que si algún día lo consiguen no pararán ahí. 


No quieren sólo a Israel, quieren toda la tierra, que lo están diciendo, que lo están repitiendo, que los tenemos en nuestra Europa invadiéndola “pacífica y democráticamente” exigiendo sus derechos de ciudadanos, los mismos derechos que nos quitarán a los no musulmanes en cuanto sean mayoría. Gracias a nuestra tolerancia y a nuestra democracia, gracias a que nos acojona apoyar a Israel y criticar a un moro, que aquí somos buenos, oenegistas y tolerantes. Idiotas, lo que somos es idiotas, y nos vamos a dar cuenta demasiado tarde, cuando ya no haya remedio si es que a día de hoy aún lo hay. Los tenemos en Europa, en América y en todo occidente, nos invaden con sus cinco llamadas a la oración y sus Allah Akbar, pero estamos SORDOS y no les oímos.

viernes, 22 de agosto de 2014

Ciegos, sordos, mudos I


Estamos ciegos, no lo vemos venir y nos acabará comiendo el monstruo. El conflicto Israel-Hamás se está convirtiendo en la Tercera Guerra Mundial. La gran nación árabe (que no es nada, pero se supone que une a todos los países árabes) toma partido por Hamás poniendo como excusa a la población civil palestina; gran parte de occidente (que tampoco es nada, pero se supone que une a todos los países con una economía y una civilización más avanzada) toma partido por Israel sin poner ninguna excusa. Israel tiene un poderío comercial y económico que lo sitúa claramente en el bando occidental, pero lo que me sorprende, lo que me flipa de verdad es que en todo occidente, y hablando en concreto de España, resulta que es más progre, más guay y parece ser que más de entendidos ¡¡DEFENDER A HÁMAS Y CRITICAR A ISRAEL!!! Pero ¿qué nos pasa? y no, no vale como excusa la población palestina; yo también defiendo y compadezco a la población civil palestina, que está siendo masacrada por su propio gobierno “democrático”, por ese gobierno al que ellos votaron y que ahora les está utilizando como escudos humanos, haciendo imposible que las Fuerzas de Defensa de Israel, por más fuerzas que sean y más que se esfuercen, limiten al mínimo las bajas civiles.




Los judíos pueden hablar en contra del gobierno de Israel, puede decir que no les gusta lo que hace, pueden manifestarse con su opinión, sea cual sea. Quienes no somos judíos en España también tenemos ese derecho puesto que vivimos en una sociedad democrática donde hay libertad de expresión. Los palestinos no pueden. A los palestinos les toca aguantar al gobierno de Hamás sin chistar bajo pena de muerte sin juicio, que así se las gastan los hamases. Sí, han ganado unas elecciones como Hitler las ganó en su día, pero no sólo en eso consiste la democracia: la democracia también significa que existan una serie de derechos que los palestinos de a pie no tienen; la democracia también significa que la prioridad de un gobierno sea su gente, y no el sacrificio de su gente.

Israel está bombardeando en la franja de Gaza arsenales de armas pertenecientes a Hamás, objetivos militares que Hamás ha colocado en edificios civiles, incluyendo hospitales, escuelas e incluso casas privadas. Pero claro está, el malo de la película es Israel, que no tiene otra faena que hacer más que bombardear hospitales.

Israel está alertando a la población civil palestina por radio, mediante octavillas y con disparos de aviso cuando se va a producir un bombardeo para que abandonen la zona, puesto que su objetivo es destruir las armas de Hamás, no a la población de Gaza. Los combatientes de Hamás “recomiendan” a la población que no se vaya de sus casas y que defiendan su causa a costa de sus vidas. Y los métodos de “recomendación” y “persuasión” de los terroristas musulmanes, pues como que no hace mucha falta explicarlos, ya los conocemos todos.





Israel ha destruido unos 30 túneles de cuatro kilómetros de largo, y cuyo coste se estima en tres millones de dólares cada uno, que los combatientes de Hamás habían construido para poder infiltrarse en Israel y atacar el país. Hamás había invertido todo ese dinero en una infraestructura modernísima y carísima, que por supuesto ha resultado completamente inútil, puesto que el ejército de Israel los ha descubierto y destruido. Treinta por tres, noventa, imaginemos lo que se podría haber conseguido en una zona empobrecida como la franja de Gaza con noventa millones de dólares si se hubieran invertido en infraestructuras civiles, educación, sanidad y servicios para la población civil. Pero no. Misiles y túneles. Que por cierto, han costado la vida a muchos de los palestinos que trabajaron en ellos, incluyendo 163 niños, porque Hamás los ha asesinado, al más puro estilo faraón egipcio, para prevenir que pudieran chivarse a Israel de la localización de los túneles.

Israel dispone de drones y otros dispositivos aéreos para localizar con asombrosa precisión los arsenales de misiles ocultados por Hamás en casi todas las ciudades de la franja de Gaza, como ya se ha dicho siempre en edificios civiles. Israel puede por tanto calcular con exactitud dónde van a caer sus misiles y hasta dónde va a dañar su onda expansiva, y eso es exactamente lo que está haciendo, con el objetivo de que las víctimas civiles sean las menos posibles. El otro día vi un vídeo, en el que un misil israelí destruía un edificio adosado a una mezquita dejando ésta intacta, pero no sé qué pasa que no puedo subirlo aquí.

Hamás está haciendo pasar por civiles a sus combatientes. Para empezar, ellos son la fuente de información de las bajas en la franja de Gaza, con lo cual ya de entrada muy de fiar no es esa información. Pero vale, vamos a dar por cierto que ha habido desde el inicio del conflicto los 1800 muertos que todo el mundo da por ciertos. Para Hamás todos son civiles, no ha muerto un solo combatiente de los suyos. Y yo, que no he estado allí ni los conozco ni los he contado, me huelo la jugada a tres kilómetros y medio, y por supuesto no soy la única. Los combatientes de Hamás sólo se ponen sus uniformes para desfilar, grabarse en vídeo y alardear de metralletas, en realidad no son un ejército sino una panda de terroristas, con lo cual está claro que les conviene más ir de paisano. Cuando alguien muere y su foto sale en los periódicos, ¿quién puede saber si es un civil o no? Además, si seguimos respetando las estadísticas “oficiales”, la mayoría de los muertos son varones jóvenes, lo cual no es representativo de la población civil palestina. Si todos los muertos fueran civiles, cada segmento de la población sería proporcional al total, y no lo es. Y eso sin tener en cuenta, que los combatientes de Hamás, también son en muchas ocasiones mujeres, niños y ancianos.
Y dentro de la tragedia que supone esta guerra he encontrado algo divertido: una foto de un presunto niño palestino muerto. No podemos negar que haya habido víctimas civiles, eso está claro, pero me parece a mí que si todos los muertos son como éste, de los 1800 habría que restar algunos.

 


“Israel defiende a sus civiles con misiles, Hamás defiende a sus misiles con civiles” 
 
La frase está ya muy oída y muy dicha, pero cada vez se vuelve más cierta. Israel y su gente aman la vida. Han sobrevivido a todo lo que les ha caído encima a lo largo de la historia, que no ha sido poco; cuando les dieron un trozo de desierto para construir su país, en muy poco tiempo hicieron de él un vergel, un país próspero repleto de bellezas turísticas y no sólo autosuficiente, sino también exportador de productos a otros países. Sí, lo sé, con la ayuda de sus amiguitos de EEUU, pero recordemos que esa ayuda es mutua, no podemos negar el mérito de Israel por sí mismo.

Gran parte de los palestinos, como buenos musulmanes radicales, aman la muerte




Cuando les dieron un trozo de desierto para construir su país, se dedicaron a tratar de destruir el estado de Israel, en vez de construir el suyo propio. El islam si se toma en serio es la religión de la muerte, la destrucción y el desastre, y desgraciadamente los palestinos se la toman muy en serio. La mayoría ha votado a Hamás para que ganara unas elecciones y les gobernara; arman a sus niños con metralletas y les inculcan el odio a Israel y a occidente desde que nacen; se fotografían con una metralleta en la mano y un bebé en la otra; se inmolan voluntariamente en nombre de Alá y por supuesto nunca fueron capaces de cultivar ni una patata, ¿para qué? Viven de las ayudas de otros países sobre todo ¡oh sorpresa! de Israel. Porque sí, Israel ha impuesto un bloqueo a la franja de Gaza (sólo en su propia frontera, no en la egipcia, con la cual también linda la franja) para que no se les cuelen terroristas, pero sigue enviando ayuda humanitaria a Gaza, y respeta el alto el fuego cuando han de entrar ambulancias y médicos para ayudar en lo posible a la población civil. Igualitos que Hamás. Y quiero recalcar de nuevo y alzar la voz en nombre de todos aquellos palestinos que están en contra de las atrocidades de su gobierno, pero les toca callar y aguantarse. No es justo meterlos en el mismo saco que a los demás, aunque los otros sean mayoría. Es más, muchos árabes de origen palestino y musulmanes son ciudadanos israelíes. Viven en Israel, ellos se portan bien e Israel se porta bien con ellos, ningún problema. Recordemos que en todo el estado de Israel conviven musulmanes, judíos y cristianos con sus respectivos edificios religiosos. Vamos a ver, ¿cuántas iglesias y sinagogas hay en la franja de Gaza…? ¿puede ser que ninguna? Pues ya está todo dicho.

Para finalizar esta primera parte, aquí una madre palestina explicando para qué educa a sus hijos, aquí mis lectores. Una vez hechas las presentaciones, juzguen ustedes mismos


 

Esto es real, dicho por gente real que presta su imagen a una cámara y no se le cae la cara de vergüenza. Pero estamos CIEGOS y no lo vemos.