domingo, 31 de marzo de 2013

La experiencia del profesor

Jo, para una vez que nuestro querido gobierno hace algo bien hecho... ¡va y también se lía parda! Aunque esta vez en mi opinión tienen más razón que un santo, se lie como se lie. Resulta que ahora en España, quien pretenda trabajar como profesor en colegios e institutos públicos, va a tener que aprobar un exámen. Y ya estamos todos poniendo el grito en el cielo, que mira que nos gusta.

Para empezar yo me he quedado a cuadros porque, en mi universo paralelo, estaba convencida de que eso YA era así, de que las bolsas de trabajo del profesorado estaban formadas por gente que había aprobado los exámenes de su oposición, pero sin suficiente nota para obtener una de las plazas. Y no, parece ser que no era requisito indispensable haber aprobado un exámen sobre la materia que pretendes impartir. Y encima va y resulta que alguien entrevista al profesor universitario de Política Educativa Internacional Reijo Laukkanen y publica la entrevista con el titular “Es nefasto elegir a los profesores mediante un exámen” sobre la foto de don Reijo, y qué le has dicho, ale, a rasgarnos las vestiduras a cuatro manos, que encima ha salido de la boca de un experto finlandés... espera, espera un momento, ¿finlandés?.... mmmm, pues sí, ¿qué tiene que ver que sea finlandés?... mmmm ¡¡¡PUES TODO, JOER!!

Profesora en Finlandia
Para empezar, al leer la entrevista constato como era de esperar que Mr. Laukkanen está hablando en todo momento ¡DE FINLANDIA! y sí, opina que es nefasto elegir a los profesores mediante un exámen ¡EN FINLANDIA! y ¿qué tiene Finlandia que no tenga España? pues para seguir, y utilizando las propias palabras del señor Laukkanen:

“Hay una gran demanda entre los estudiantes para ser profesor, para formar parte del profesorado, los alumnos con las mejores calificaciones quieren ser docentes. Además la formación es excelente, realizan estudios durante cinco años y desde hace muchos todos tienen que tener un master.” Pues ale, bajemos a la madre patria a comparar y constatemos que aquí los alumnos con mejores notas no suelen ser los que optan, así en masa por estudiar magisterio. Y la propia formación está muy lejos de ser excelente aunque eso no sea culpa de los alumnos ni de sus notas, véanse los chistecitos sobre magisterio que pululan por facebook, ofensivos y de mal gusto en su mayoría, pero por desgracia muchas veces reflectores de una realidad. En Finlandia los profesores demuestran su valía mientras estudian su carrera, aquí ni de coña.

“En Finlandia no consideramos que haga falta hacer exámenes a los candidatos a una plaza de profesor. Cuando una escuela de algún municipio necesita profesores, se pone un anuncio en el periódico, se presentan candidatos de todo el país a los que se selecciona a través de entrevistas.” Vale, y en España si se decide seleccionar así a los profesores, en dos meses tenemos a la Esteban dando clases de lengua española en la Facultad de Filología, con un sueldo de catedrática hasta que se jubile ¿me entiendes? y lo peor, lo más sangrante, alguien que realmente valga para dar esas clases está poniendo cortados en el bar o limpiando el suelo porque no es famoso ni primo del alcalde.

“En una encuesta entre el profesorado, como razones principales de su satisfacción los docentes señalaron el sentimiento de hacer un trabajo que tiene un sentido social, una finalidad importante. ¿Cree que este tipo de pruebas en sí, ponen en cuestión a los profesionales? Sí, de alguna manera puede pasar, pero repito que en Finlandia serían impensables.” Claro, porque en Finlandia sólo personas con vocación de docentes y además con excelentes calificaciones previas, y además con muchos años de estudios de nivel, puede llegar a ser profesores. En España, y qué pena me da, cualquier tonto puede estar dando clase.

Yo he tenido profesores no sólo tontos sino aberrantes, que me han hecho odiar y en alguna ocasión incluso abandonar la materia que impartían. En el otro extremo y por suerte, también he tenido profesores maravillosos con los que he aprendido mucho más de lo que venía en el temario, y sobre todo he aprendido que aprender es uno de los mayores placeres de la vida. De todos esos profesores, tanto unos como otros, guardo recuerdos muy intensos y me atrevo a asegurar que mucha gente comparte una experiencia así. Por eso pienso que cualquiera que se dedique a la enseñanza no sólo tiene un empleo para ganarse la vida, también tiene en sus manos el futuro de sus alumnos y les está influyendo en todo momento lo quiera o no, y eso me parece un hecho  importantísimo; por eso soy partidaria de que los docentes estén valorados y considerados de acuerdo a la enorme importancia que tiene su labor, pero también de que se les exija al máximo para poder ejercer su profesión.


Mirad, hace unos años un familiar mío se presentó a una oposición para profesor de secundaria. Había muy pocas plazas en su rama, apenas tenía dos años de experiencia docente y el sistema era de concurso-oposición, es decir, la experiencia contaba no sólo como afianzamiento propio en la materia y el hecho de enseñar, sino también como puntos que se sumaban a la nota del examen para configurar la nota final, la que daba acceso, o no, a una plaza en propiedad. Mi familiar no tenía ninguna posibilidad de obtener una de esas plazas debido a su poca experiencia, pero aún así preparó y realizó sus exámenes meticulosamente, tanto que obtuvo en ellos la segunda mejor nota de todos los aspirantes, tanto que al finalizar una de las pruebas un miembro del tribunal al que no conocía de nada, se le acercó y le felicitó por la exposición que había hecho. Y ahora viene lo tremendo, lo aberrante del caso: una de las personas que consiguió su plaza en propiedad, había sacado en ese mismo examen una puntuación de 0'5 sobre diez. Cero con cinco, un muyrequetemuy deficiente en un examen que consistía en... ¡sorpresa! dar una clase. Sí, se sacaba a sorteo un tema y un nivel que correspondiera a la enseñanza secundaria, se daba al aspirante unos minutos en una sala vacía para que pudiera organizar sus ideas, y luego frente al tribunal, daba una clase a hipotéticos alumnos del nivel elegido, que versara sobre el tema que le había correspondido en suerte. El tribunal podía hacer preguntas, y en fin, todas esas cosas. Pues un menda que tenía montones de puntos por experiencia, porque llevaba montones de años dando clases y eso presuntamente tiene un peso, en el momento en que tuvo que dar una clase frente a un tribunal de profesionales, fue calificado con un 0'5. Sobre diez. Más   deficiente, imposible. Pero mira, ganó su plaza, y por ahí andará dando clase hasta los 67 que se jubile, gracias a su gran experiencia como docente. Qué quereis que os diga, sentí mucha pena por mi familiar pero la verdad es que aún sentí más por los alumnos de esa persona en concreto, y por el hecho de que hubiera obtenido su plaza legalmente gracias a que el sistema de acceso sólo valoró su presunta experiencia, me gustaría saber en qué, y no sus conocimientos ni su capacidad de transmitirlos a los alumnos.

La experiencia tiene mucho valor, por supuesto, pero sólo si uno ha sabido aprovecharla. Si un docente ha estado veinte años yendo a trabajar y sin aprender nada acerca de su profesión, es más, olvidando lo que supongo que debió saber cuando empezó, en mi opinión hay otras maneras muy dignas de ganarse la vida y bajo ningún concepto esa persona debería formar parte del sistema educativo. Seguro que en Finlandia no lo haría, habrá que preguntar al profesor Reijo Laukkanen, a ver qué opina.

miércoles, 20 de marzo de 2013

A primera vista

En ocasiones vas tan tranquila por la vida, en uno de esos días en que no das importancia ni a las cosas que la tienen, y Él aparece. Y te mira y Le miras, y en un milisegundo tú lo sabes y Él lo sabe, y aunque hay mucho que hablar ya está todo dicho. No, no es un tipo que te mola, de esos los hay a patadas y les ves todos los días; tampoco es un tío que está bueno, también los hay a patadas y la mayoría ni siquiera te molan; y no, tampoco es un chico que te conviene porque en ese momento no tienes la menor idea de si te conviene o no, y porque es bastante probable que pensándolo bien no te convenga. Pero eso no cambia nada. Él es el Único, el Elegido (gracias Paul Auster), el que sólo mirándote a los ojos ha sido capaz de tocarte el punto G del alma y ni Él ni tú teneis la menor idea de cómo lo ha hecho. Pero ahí está Él, has cruzado el río y has quemado tus naves, tu vida ya no es ni nunca será la que era hace diez minutos y tú lo sabes, y Él lo sabe.

“Y ¿ahora qué?” te preguntas. Porque tus neuronas se han ido de vacaciones, y el resto de tus células están ya vibrando al son de Su ritmo. “Y ¿ahora qué?” porque te estás muriendo de miedo, porque no fuiste tú quien decidió colgarse el paracaídas y subir al avión y abrir la trampilla; porque hace diez minutos no hubieras querido estar ahí, pero ahora que no venga nadie a prestarte una escalera, por tus ovarios que ahora saltas; porque tu yo de hace diez minutos era otra persona y tu yo de ahora quiere saltar, tiene que saltar, necesita saltar. Da igual si te rompes una pierna al caer, o si te rompes la crisma y se acabó, es tu salto, es tu vida, y esa primera mirada no te ha dado otra opción, ni la quieres. Tú lo sabes y Él lo sabe.

El Único, el Elegido por tus entrañas no tiene que preguntarte nada  ni hacerte regalos caros, ni pedirte formalidades, ni teneis que firmar nada en ningún sitio. No hay nada de tu vida anterior que ahora te cueste dejar, tus vísceras han decidido por ti sin pedirte permiso y ya no te importa. El cielo se ha despejado y estás viendo frente a ti un camino  que será duro y tendrá sinsabores, que no sabes a dónde habrá de llevarte, pero que está ahí gritando tu nombre y no hay más caminos, ya tienes muy claro que Ése es el tuyo.

Así son a veces las cosas y así las contamos, a primera vista, porque a veces nuestros ojos aciertan cuando todo alrededor se está equivocando. Y tú lo sabes, y Él lo sabe.

jueves, 14 de marzo de 2013

Hay deshaucios y deshaucios

Igual que hay personas y personas, y no se puede comparar a unos con otros. Por eso me repatean:

1.- Por un lado los bancos y los sucesivos gobiernos, aplicando unas políticas crueles y devastadoras a lo que viene siendo todo el proceso de alquiler o compra de una vivienda, y a la vez de cara a la galería, pretendiendo ayudar a la adquisición de un bien de primera necesidad. Plagiando a Montero González: “Gobierno mío, no me ayudes pero tampoco me jodas”. No vale “ayudar”, no vale “conceder subvenciones” y no pagarlas luego, no vale hacer política con las palabras del artículo 47 de la Constitución Española, pero ignorando su contenido. No vale. (Nota en paréntesis: el susodicho artículo dice que “todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interes general para impedir la especulación.”)


Lo único que vale aquí es aplicar ese artículo con todas las de la ley y nunca mejor dicho, limitar las ganancias de los bancos y de todo el que se dedique al sector de la vivienda, especialmente de quienes se llevan el trozo grande de pastel, y obligar a los bancos a facilitar el pago del dinero que se les debe. Quienes ellos llaman “morosos de buena voluntad”, es decir, gente que ha pagado su hipoteca sin problemas durante años y de repente por las circunstancias laborales, o por que el TAE y su progenitora se han subido a las nubes en dos meses, ahora no pueden pagar, deben tener facilidades para hacerlo. Todas las que sean necesarias y aún a costa del tremendo beneficio que cualquier banco obtiene de conceder préstamos hipotecarios.

2.- Por otro lado me repatea tambien la gente incapaz de entender y asumir que los derechos conllevan obligaciones. La vivienda es un derecho pero eso no significa que sea gratis, ni que tenga que ser gratis, la vivienda si uno la quiere hay que pagarla. A un precio justo, de acuerdo; sin especulación, de acuerdo, pero hay que pagarla porque si uno no la paga, la terminan pagando todos los demás y eso tampoco es justo. De ahí mi repateo estomacal con los perroflautas anti-deshaucios, anti TODOS los deshaucios y vivalavirgenquesolidariosoy.

Y a ver, que conste que en el fondo les entiendo: ellos no trabajan, ni han trabajado nunca, ni piensan trabajar, por lo tanto no han de contribuir con sus impuestos a pagar las viviendas de quienes no las pagan, por lo tanto qué más les da. Pero eso sí, solidarios los cojones, y si no que se lo pregunten al que monta un quiosco de pipas para ganarse la vida y pasa años trabajando catorce horas diarias y hasta el cuello de impuestos, hipotecas y facturas. Que le venga el perroflauta de turno a impedir el deshaucio de los treinta caraduras que viven de las ayudas sociales en el piso de al lado, sin haber pagado jamás un céntimo a la comunidad de vecinos, sin haber pagado jamás el alquiler o la hipoteca, sin haber pagado jamás un impuestito de nada, que ya tienen bastante faena armando fiesta y jarana las veinticuatro horas del día para celebrar que no necesitan trabajar, puesto que nuestros gobiernos son tontos y ellos tienen derechos.

En fin, que me parece una tremenda injusticia tanto la política económica vigente en nuestra querida Spain con respecto a las hipotecas, como la cara dura con que algunos se autoproclaman víctimas de un sistema al que no contribuyen y que nos está devorando a todos, especialmente a quienes sí pagamos nuestras deudas. Señores que esto es España, que aquí por triste que sea a veces hay que echar de una casa a quien no la paga, porque si no aquí no paga ni el tato.

Y no podemos meter a la octogenaria gallega en el mismo saco que el suicida alicantino,  por poner un ejemplo.

En el primer caso, francamente yo iniciaría una investigación al juez y a los dueños del piso por acoso inmobiliario. No me parece muy normal que una inquilina se retrase UNOS DÍAS en el pago de una mensualidad por un valor menor de 200 euros, y la orden de deshaucio vuele rauda y veloz a su buzón y no sea retirada cuando la deuda se subsana,  de hecho se mantenga hasta que un bombero con un par dice que esa puerta no la tira y que él ahí no entra. Y olé mis bomberos del alma, ya que viene a cuento. ;-)

 
En el segundo caso parece ser que el propietario de la vivienda es una persona de economía más bien modesta, que por circunstancias en un momento determinado dispone de una vivienda libre y la alquila para poder pagarla, y aquí un juez tarda CINCO AÑOS en emitir una orden de deshaucio contra un inquilino que sólo pagó la primera mensualidad y además está dejando el piso destrozado.

Qué quereis que os diga, para la anciana STOP DESHAUCIOS, y para el otro menda DESHAUCIO INMEDIATO, porque no son iguales ni se han comportado igual.