miércoles, 20 de marzo de 2013

A primera vista

En ocasiones vas tan tranquila por la vida, en uno de esos días en que no das importancia ni a las cosas que la tienen, y Él aparece. Y te mira y Le miras, y en un milisegundo tú lo sabes y Él lo sabe, y aunque hay mucho que hablar ya está todo dicho. No, no es un tipo que te mola, de esos los hay a patadas y les ves todos los días; tampoco es un tío que está bueno, también los hay a patadas y la mayoría ni siquiera te molan; y no, tampoco es un chico que te conviene porque en ese momento no tienes la menor idea de si te conviene o no, y porque es bastante probable que pensándolo bien no te convenga. Pero eso no cambia nada. Él es el Único, el Elegido (gracias Paul Auster), el que sólo mirándote a los ojos ha sido capaz de tocarte el punto G del alma y ni Él ni tú teneis la menor idea de cómo lo ha hecho. Pero ahí está Él, has cruzado el río y has quemado tus naves, tu vida ya no es ni nunca será la que era hace diez minutos y tú lo sabes, y Él lo sabe.

“Y ¿ahora qué?” te preguntas. Porque tus neuronas se han ido de vacaciones, y el resto de tus células están ya vibrando al son de Su ritmo. “Y ¿ahora qué?” porque te estás muriendo de miedo, porque no fuiste tú quien decidió colgarse el paracaídas y subir al avión y abrir la trampilla; porque hace diez minutos no hubieras querido estar ahí, pero ahora que no venga nadie a prestarte una escalera, por tus ovarios que ahora saltas; porque tu yo de hace diez minutos era otra persona y tu yo de ahora quiere saltar, tiene que saltar, necesita saltar. Da igual si te rompes una pierna al caer, o si te rompes la crisma y se acabó, es tu salto, es tu vida, y esa primera mirada no te ha dado otra opción, ni la quieres. Tú lo sabes y Él lo sabe.

El Único, el Elegido por tus entrañas no tiene que preguntarte nada  ni hacerte regalos caros, ni pedirte formalidades, ni teneis que firmar nada en ningún sitio. No hay nada de tu vida anterior que ahora te cueste dejar, tus vísceras han decidido por ti sin pedirte permiso y ya no te importa. El cielo se ha despejado y estás viendo frente a ti un camino  que será duro y tendrá sinsabores, que no sabes a dónde habrá de llevarte, pero que está ahí gritando tu nombre y no hay más caminos, ya tienes muy claro que Ése es el tuyo.

Así son a veces las cosas y así las contamos, a primera vista, porque a veces nuestros ojos aciertan cuando todo alrededor se está equivocando. Y tú lo sabes, y Él lo sabe.

1 comentario:

  1. Hola
    Me ha gustado tu blοg. Otros pοst no me cοnvenciеron tanto,
    sіn еmbargo la mayor�a son baѕtante buenoѕ.

    Un sаluԁо

    Sі quіeгes lеer mas notіcias ::
    Lopez

    ResponderEliminar