sábado, 23 de agosto de 2014

Ciegos, sordos, mudos II


Supongo que a nadie le viene de nuevo el concepto del Islam como religión que venera la muerte, la propia y especialmente la ajena. Lo que no sé es si todo el mundo tiene claro cuáles son las intenciones de los líderes islámicos, intenciones que ya dejó muy claras en su momento uno de los más salvajes de ellos, Osama Bin Laden: “algún día toda la tierra será musulmana, por las buenas o por las malas”. Ale pues.



Los musulmanes no saben vivir en mayoría respetando a las minorías. Cuando son ellos la minoría, en países occidentales normalmente, se dedican a quejarse de que son discriminados, a putear a sus mujeres, a despotricar de las desvergonzadas costumbres occidentales y a lloriquear y pedir subvenciones para crear centros culturales islámicos, subvenciones que nosotros les damos sin rechistar, no sea que nos tachen de racistas y eso sí que no. Pero en cuanto son mayoría, lo que hacen es crear un estado islámico, imponer el Islam como única religión verdadera y matar al que no esté de acuerdo. Pasó en el Líbano, pasó en Bangladesh, pasó en Sudán, está pasando en el Kurdistán y pasará en Europa. No somos capaces de imaginar lo que van a hacernos esta chusma el día que conquisten “democráticamente” Europa, no somos capaces de imaginarlo. Yo espero no llegar a verlo, pero me temo mucho que nuestros hijos y nietos lo verán, y no será en absoluto bonito de ver. Supongo que se parecerá a lo que están haciendo en el norte de Irak y Siria, donde están exterminando, y eso sí es un genocidio en toda regla, a todo aquel que no sea musulmán. Marcando las puertas de las casas de los cristianos, ahorcando a los yazidíes y a todo aquel que no se convierta inmediatamente al Islam, enterrando viva a la gente, degollando a los niños, ¡qué más da! si no les importan sus propios niños, les van a importar los de los demás.

ISIS, masacrando niños
Y no, no hay Islam moderado. Hay musulmanes que son buenas personas y no ponen bombas ni degüellan a nadie, eso sí, pero el Islam en sí mismo no tiene nada de moderado. Si alguien se molesta en leer el Corán, verá que la obligación de todo musulmán es matar al infiel en cuanto le ponga el ojo encima, y ése es el objetivo de miles de musulmanes repartidos por todo el planeta. Sí, sólo son peligrosos los musulmanes fanáticos, pero son miles y miles y miles los fanáticos. Ahora toca que alguien diga que la Biblia también contiene atrocidades, y que sobre todo el Antiguo Testamento no es precisamente benévolo con el ser humano, ni con las mujeres. Y no seré yo quien le quite la razón, si uno se dedica a leer la Biblia también puede encontrar pasajes aberrantes con respecto a los derechos humanos. ¿Dónde está la diferencia entonces? La diferencia está en que la cultura judeocristiana ha evolucionado, la gente puede creer en la Biblia pero no la interpreta al pie de la letra, los fanáticos cristianos (que más de uno hay también) no van poniendo bombas en aviones saudíes ni en un tren de Pakistán. La diferencia está en que en países de mayoría cristiana, como España, uno puede ser cristiano, musulmán, judío, budista, hinduista, zoroastriano o ateo, que no pasa nada. Y si alguien se mete contigo por tu religión, enarbolas el artículo 14 de nuestra Constitución, ese que dice que todos los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza, sexo, RELIGIÓN, etc. y el juez te da la razón inmediatamente. La diferencia está en que los talibanes se cargaron los Budas de Bamiyan y nosotros no nos hemos cargado la mezquita de Córdoba. Ésa es, fundamentalmente, la diferencia entre ellos y nosotros.

Mezquita de Cordoba
Quien se atreve a criticar al Islam, desde dentro o desde fuera, es asesinado u obligado a esconderse de por vida, víctima de una fatwa. Salman Rushdie escribió una especie de fábula onírica (bastante infumable, por cierto), acerca de un profeta medio loco que lo mismo podía interpretarse como una crítica al Islam que como una peli light de Schwarzenegger. Taslima Nasrin denunció las atrocidades cometidas por la mayoría musulmana sobre la minoría hindú en Bangladesh, incluyendo las sufridas por su propia familia y dando datos y cifras alarmantes. Ayaan Hirsi Ali, musulmana de origen somalí, huyó del Islam y sus barbaridades, llegó a Holanda, empezó trabajando como intérprete para inmigrantes y acabó siendo diputada del Parlamento holandés. Escribió un libro titulado “Yo acuso” donde denunciaba las atroces costumbres de la cultura musulmana en su país de origen y exigía a los musulmanes una autocrítica en vez de una fe ciega, afirmando que sería algo beneficioso sobre todo para el propio Islam. Su amigo Teo Van Gogh filmó un pequeño documental llamado “Sumisión” en el que se atrevía a denunciar la terrible esclavitud que sufren muchas mujeres musulmanas por partida doble, por parte de su religión y por parte de sus maridos. Ibn Warraq, ex musulmán de origen pakistaní, siguiendo la magnífica línea de Bertrand Russell escribió un libro llamado “Por qué no soy musulmán”, en el que repasa y critica el Corán de cabo a rabo, y da explicación a algunos términos como “sharia”, “yihad” “burka”, “hiyab”, “fatwa”, “dhimmies” o “jizya”, términos mucho menos inocentes de lo que parecen, y que son de obligada aplicación y lo más normal del mundo en los países de mayoría musulmana. Oriana Fallaci escribió en los años 70 “Inshallah”, una magnífica novela acerca de cómo los palestinos musulmanes destruyeron el Líbano, un país hasta entonces rico y próspero. Tras los atentados del 11 de septiembre escribió su trilogía “La rabia y el orgullo”, “La fuerza de la razón” y “El Apocalipsis”, analizando la situación internacional con respecto al terrorismo musulmán, y lanzando durísimas críticas al Islam y a los blandengues occidentales que lo apoyan y lo defienden.


Asesinato de Teo Van Gogh

 Todos ellos han sido objeto de “fatwas” (persecuciones a muerte) por parte de las autoridades islámicas, y todo buen musulmán está obligado a matarles si les encuentra. El único que ha sufrido tan cruel destino, que yo sepa, ha sido Teo Van Gogh, degollado en plena calle por un musulmán holandés de segunda generación, supermoderado y superintegrado, quien por cierto en el juicio no sólo se burló cruelmente y amenazó a la familia de Teo, sino que dejó en ridículo a sus propios correligionarios, que después de que matara a Teo empezaron como no, a lloriquear al gobierno y a quien quisiera escucharles que estaban en contra de los atentados, que lamentaban esa muerte, que el verdadero Islam no era eso, que ellos eran pacíficos y moderados, etc. Muhammad Bouyeri, que así se llamaba el fulano asesino, dijo que lo había hecho porque era un buen musulmán, y se dedicó a citar las suras del Corán que había seguido al pie de la letra al asesinar de manera tan sádica a Teo Van Gogh. No sé qué cara se les debió quedar a los imanes holandeses cuando oyeron esas declaraciones dejándoles como lo que son, unos auténticos mentirosos e hipócritas.

Recientemente se ha constituido el llamado ISIS, el Estado Islámico de Irak y el Levante que pretende abarcar en principio zonas del norte de Irak y Siria (aunque ni soñarlo que se detendrán ahí) y que se está estrenando con las mayores atrocidades cometidas jamás contra cualquier población en cualquier parte del mundo. Los nazis a su lado eran angelitos de la guarda. Ya he comentado antes algunas de sus hazañas, y cómo están sometiendo a un genocidio, o un éxodo en el mejor de los casos a todas las minorías religiosas, pero si acaso mejor documento con fotos.




Y me fastidia mucho, sí señor, que tengamos los presuntos 1800 “civiles asesinados” por Israel en Gaza hasta en la sopa (con todo el respeto a los que realmente fueran población civil), con sus manifestaciones en ciudades y en redes sociales, con progres culturetas (hola Bardem) llenándose la boca de la palabra “genocidio” siempre con respecto a Israel, incluso con agresiones a ciudadanos y turistas judíos como las recientemente acontecidas en Tarragona; me fastidia mucho esto y que a la vez estemos ignorando a las casi 200.000 personas que han exterminado u obligado a marcharse de sus casas los terroristas musulmanes del nuevo ISIS. 

 Qué pasa, si no son palestinos nos la pela ¿no?, si no podemos echar la culpa y acusar de genocida a Israel o a EEUU nos la pela ¿no? Somos unos hipócritas de tomo y lomo y nos la pela ¿no?

Pues bien, Bardem y compañía, ahora viene la mala, malísima noticia: detrás de ellos vamos nosotros. El “estado genocida” de Israel está parando los pies a una de tantas organizaciones terroristas musulmanas que tratan de destruirlo y exterminar a sus ciudadanos, pero ellos saben y nosotros deberíamos saber que si algún día lo consiguen no pararán ahí. 


No quieren sólo a Israel, quieren toda la tierra, que lo están diciendo, que lo están repitiendo, que los tenemos en nuestra Europa invadiéndola “pacífica y democráticamente” exigiendo sus derechos de ciudadanos, los mismos derechos que nos quitarán a los no musulmanes en cuanto sean mayoría. Gracias a nuestra tolerancia y a nuestra democracia, gracias a que nos acojona apoyar a Israel y criticar a un moro, que aquí somos buenos, oenegistas y tolerantes. Idiotas, lo que somos es idiotas, y nos vamos a dar cuenta demasiado tarde, cuando ya no haya remedio si es que a día de hoy aún lo hay. Los tenemos en Europa, en América y en todo occidente, nos invaden con sus cinco llamadas a la oración y sus Allah Akbar, pero estamos SORDOS y no les oímos.

3 comentarios:

  1. Tengo un amigo que lleva dos años viviendo, por trabajo, en el norte de Argelia, y corroboraría punto por punto todo lo que dices sobre la mentalidad islámica. En cuanto al tema de Palestina e Israel, no tengo ni idea, de modo que no puedo decir si tienes o no razón. Tan sólo discrepo en que "Los versos satánicos" me pareció una magnífica novela.

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  2. Gracias Cristian por tu comentario. Igual algún día retomo "Los versos satánicos" pero en su momento no pude con ella ;-). Un abrazo.

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  3. Quieres decir que los desplazados Sirios e Iraquies a diferentes lugares del mundo algún día estos serán bombas humanas?. Lo imagino porque la mayoría sino es que todos son fanáticos de su "religión". Entonces como acabar con esos malnacidos?. Si Dios representa lo verdaderamente humano.-Amor, respeto, tolerancia, civilidad, etc. ¿Alah representa lo contrario?, entonces quiere decir que estas lacras creen en el diablo?. Creo que representan a la tierra maldita porque no saben otra cosa que matar, violar, lapidar y todo lo inhumano que nos podamos imaginar. No hay de otra mas que exterminarlos, a como de lugar; son la enfermedad de la humanidad en forma humana. Hay que aplicarles el mejor antibiótico.-Ojo por ojo, diente por diente, pero yá!!. Saludos.

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