sábado, 19 de agosto de 2017

Barcelona



Tenía que pasar y lo raro es que haya tardado trece años. Trece años en los que la Policía y la Guardia Civil no han parado de detener yihadistas para tener que soltarlos enseguida por presunción de inocencia, falta de pruebas, beneficios penintenciarios o cualquier gilichorrez de nuestro estado de bienestar que hace a los malos reírse de nosotros a carcajada limpia. Y con razón. Cada vez son más, cada vez tienen más medios, suelen cobrar ayudas y subvenciones varias para no tener que molestarse ni en buscar trabajo, y así poder dedicarse plenamente a planear y ejecutar el asesinato de quienes les pagan las ayudas. Además tienen el apoyo incondicional de esa media España timorata e ignorante que les hace la propaganda sucia: se come con la boca abierta que los malos sólo son pobre gente a la que alguien arrebató sus derechos; se inventa la “islamofobia” y la esgrime sin ningún pudor ante cualquiera que ose decir aquello de “hombre, algo tendrán que ver los atentados con el islam…”; rebusca bajo las piedras de la historia cualquier atentado de terrorismo no islámico para ponerlo como ejemplo una y mil veces; se convence de que el islam es equiparable hoy en día al cristianismo porque hubo unas cruzadas y una inquisición en la época medieval y vamos, le falta ponerse el burka y convertirse al islam por solidaridad, para luchar contra la islamofobia que es lo que más les preocupa a esos españoles de bien. Los muertos no, la islamofobia.

Deteniendo a un yihadista
Hemos vivido estos años con relativa tranquilidad en España gracias a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Los mismos que acabaron con ETA se han dejado la piel para impedir otro gran atentado en España y han impedido miles, pero estaba claro desde el principio que no puede haber un policía detrás de cada español y eso los malos lo saben mejor que nadie, ya no intentan mega atentados tipo Torres Gemelas y prefieren hacer algo más pequeño como atropellos y apuñalamientos, pero que sin embargo resulta mucho más terrorífico puesto que hace ineficaces las medidas de seguridad para grandes eventos. Cualquiera puede ir por la calle y ser atropellado o apuñalado, no hay manera de protegerse de ello.

Y con el atentado han llegado, cómo no, los oportunistas haciendo gala de una cara tan dura que no me explico cómo no se les cae a trozos. Empezando por la Comisión Islámica de España que ha tenido la santa barra de enviar un comunicado expresando su repulsa al atentado y su compromiso a luchar contra “cualquier clase de terrorismo”. Y ello me recuerda a los acertados exhabruptos de Oriana Fallaci cuando oía semejante estupidez y parece que la oía mucho: (“¡¡¡Cómo os atrevéis raza de ignorantes!!! ¿qué es eso de cualquier clase de terrorismo? ¿acaso hay más terrorismos? ¿acaso hay un terrorismo católico, esquimal, budista, mormón, judío, maorí, apache, luterano, animista? ¡¡¡SOIS VOSOTROS LOS TERRORISTAS, PANDA DE CRETINOS!!!”)


Casi que hasta me alegro de que la Sra. Fallaci muriera hace once años porque si no igual habría muerto hoy del monumental cabreo al ver las redes sociales. Porque rizando el rizo de lo esperpéntico y la hipocresía en vena, no sólo la Comisión Islámica ésta de las narices, también (y háganme el favor de leer esto sentados no se me vayan a marear) también la UNRWA y la OLP se han unido a esta ola imparable de repudio a la violencia y han manifestado su solidaridad con las víctimas. Esos grandísimos hijos de su perra madre se creen que nos chupamos el dedo y que no sabemos quien inventó el terrorismo palestino, la OLP, y quien lo sigue apoyando y financiando hoy en día, la UNRWA entre otros. Se creen que nunca oímos hablar de Ma´alot, ni de los atletas de Munich, ni de la familia Salomon. Se creen que no sabemos lo que pasa en las escuelas gazatíes de la UNRWA, ni que esconden y disparan misiles desde allí, ni que enseñan a los niños cómo apuñalar judíos. Se creen que somos tontos y en parte tienen razón, actuamos como tontos cuando leemos sus falsas condenas a los atentados y no les saltamos al cuello. Pero mira, ya lo hizo la Fallaci y al final a quien le saltaron al cuello fue a ella.

La OLP se solidariza
Así como los kamikazes japoneses inventaron los ataques suicidas, los musulmanes palestinos inventaron los atropellos como ataque terrorista, y los han estado practicando en Israel durante varios años antes de exportarlos a Europa, así que las asociaciones musulmanas en general, y las propalestinas en particular se pueden meter su sucia hipocresía por donde les quepa, que a la gente con más de dos neuronas no nos cabe por ningún sitio.

Lo cierto es que las redes sociales acaban reflejando siempre lo mejor y lo peor, como la vida misma. Junto al estúpido hashtag #YoTeAcompaño, podemos encontrar hilos brillantes como el que reproduzco a continuación con permiso de su autor. El hashtag pretende proteger a los musulmanes que se puedan sentir amenazados por la islamofobia si alguien les mira mal tras los atentados; el hilo es una recopilación de comentarios buenistas tras un atentado islámico, pero cambiando “islam” por “extrema derecha”, dos conceptos que se parecerían bastante si no fuera por el trato tan diferente que se les da en los medios y en las redes. Juzguen ustedes mismos.









Sólo me queda tirar un poco de las orejas a nuestros queridos políticos, siempre tan bienintencionados como desacertados en este tema. Señores políticos, como ciudadana me consuela mucho verles solidarizarse en twitter con las víctimas del atentado, pero ahora quiero que hagan algo más. Quiero que:

1. Controlen estrictamente nuestras fronteras, envíen a la Legión si hace falta,  estarán encantados. Que no entre nadie en Europa sin su pasaporte y previa comprobación de que no tiene antecedentes por conductas yihadistas en su país de origen. Acojamos  como refugiados únicamente a las personas que provengan de zonas en conflicto, y dando prioridad a aquellas minorías religiosas perseguidas (ejemplo: cristianos).

2. Endurezcan el Código Penal o complementen con un Pacto Antiyihadista valiente, eficaz y políticamente incorrecto. Deportación inmediata de los extranjeros que cometan algún delito y prisión indefinida e INCOMUNICADA  para los españoles que cometan delitos relacionados con el terrorismo. Cumplimiento íntegro de las penas, sin límite de 30 años y sin permisos.

3. Hagan que se considere “delito de terrorismo” no sólo la comisión de atentados, sino también su ideación, financiación, apoyo, apología, justificación, inducción y ocultación de información a las fuerzas del orden.

4. Impongan limitaciones a la práctica del “islam moderado”. Cuanto mayor es la población de musulmanes “moderados”, mayor es y más se envalentona la de “radicales” así que el islam debería dejar de ser tenido en cuenta como algo que permite acogerse a la libertad de culto.  No permitan vestimenta ni rezos islámicos en lugares públicos, no permitan la apología ni la publicidad islámica. Controlen de manera  exhaustiva TODAS las mezquitas y cierren de inmediato aquellas que se consideren cercanas al yihadismo; detengan al iman y abran ficha policial de todos sus fieles con la consiguiente investigación de cada uno de ellos.

5. Impidan que las mezquitas se financien con dinero de otros países, Y MUCHO MENOS con dinero público español.

6. Corten relaciones comerciales y diplomáticas con todos aquellos gobiernos que no estén firmemente comprometidos (teoría y práctica) en luchar contra el yihadismo. Si nos quedamos sin petróleo, iremos en bicicleta, pero al menos podremos pasear por La Rambla tranquilos.


Atropello terrorista en Jerusalén
Tengo muy claro que en las próximas elecciones votaré al partido que más serio me parezca en sus propuestas antiterroristas, al que llame a las cosas por su nombre y al que entienda que hay que atacar el problema de raíz, y que la raíz es la creciente islamización de Europa. Me da igual que sea “Marxistas-leninistas revueltos lo petamos” o “España 3000 del Caudillo”, la actitud frente al terrorismo islámico de cada partido va a ser mi único criterio a la hora de votar, y me atrevo a decir que si no el único, va a ser un criterio importante en el voto de todos los españoles que no quieran acabar bajo un camión o bajo un burka. Y somos más de los que parece, tomen nota señores políticos. Tomen nota.


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