domingo, 27 de septiembre de 2015

Siempre nos quedará París

“I love Paris every moment
every moment of the year
I love Paris, why do I love Paris,
because my love is near”


(Amo París en cada momento, en cada momento del año, amo París, ¿por qué amo París? porque mi amor está cerca)

Letra de la canción “I love Paris”, de Cole Porter.


Lo sé, lo sé, soy una friki de mucho cuidado, y sin remedio a estas alturas. O eso espero. A mis años yéndome a otro país a una Convención de una serie que me fascina, para conocer en persona a los actores, hablar y hacerme fotos con ellos. Valga como excusa que no soy la única, que por supuesto aquello estaba lleno de frikifans como yo o más, pero quizá os estéis preguntando por qué, yo me lo he preguntado muchas veces. Por qué hacer kilómetros y gastarse dinero en acercarse a unos hombres que por la calle ni me mirarían. Y tengo la respuesta: porque me hacen soñar. Lo de que estén impresionantemente buenos todos es secundario ;-) Yo para ellos soy una admiradora más de las miles o millones que tienen, y se muestran amables, simpáticos, cariñosos… en resumen ¡adorables! pero ellos para mí, y para sus miles o millones de admiradores son mucho más. Nos hacen soñar. Gracias a su trabajo, podemos vivir sensaciones que nunca viviremos en nuestras normalitas vidas por mucha emoción que les pongamos. Y casi que menos mal, porque lo de andar cortando cabezas, maquinando cómo cargarte al alcalde o esclavizando al personal, tampoco estaría muy bien visto, así que más vale que lo dejemos en la ficción. Pero también hemos vivido historias de amor, de rebeldía, de lucha, de ternura, de imaginación, de sexo. Historias de superación personal, de valía, de fuerza, de hermandad. Historias ficticias que han aportado mucho a nuestras vidas, al menos a la mía, y gracias al equipo de la serie “Spartacus” y en especial a los buenorros de sus actores y actrices. Por eso empleamos tiempo y dinero en estar cerca de ellos, aunque sea un momento.

Y sí, las personas normales podemos ser interesantes por muchas cosas que nada tienen que ver con nuestro aspecto físico, pero estar al lado de esos pedazo de hombres, mirarles a los ojos y recibir un abrazo suyo, no tiene precio. Bueno, el que hemos pagado los Spartafans por asistir a la Convención, pero me atrevo a hablar en nombre de cada uno de ellos al decir que ha valido la pena. Y que gracias a nuestro encuentro en París, hoy somos un poquito más felices.



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