domingo, 15 de julio de 2018

Luis Miguel

Mi super entrada

Ayer la Zenia se fue de concierto y no un concierto cualquiera. Llevaba 30 años queriendo ver ese concierto en vivo y nunca había tenido ocasión, más que nada porque Luis Miguel suele prodigarse mucho por América y poco por Europa salvo este año que le ha dado por hacer varios conciertos en España, y en uno de ellos estuve ayer. El Luismi ha sido siempre mi amor platónico, eso que ahora se llama “crush” y aunque después de él ha habido otros (Brad Pitt, Felipe de Borbón, Jean Claude Van Damm, el príncipe Harry, todo el casting de Spartacus…), el primer amor nunca se olvida por muy platónico y friendzónico que haya sido, hay que ir a verlo cueste lo que cueste. Y cuesta, doy fe, que las entradas valían un riñón. 


Luis Miguel, años 90
Además yo me tiré al gasto y me compré una entrada llamada “Golden circle early entry”, que es la zona más cercana al escenario y además te dejan entrar antes que el resto para que cojas buen sitio. Me las prometía muy felices porque en el video publicitario de esas entradas se ve como una pequeña recepción, unos canapés, una copita de champán, todo en plan fan superfan con privilegios, y nada más lejos de la realidad. Además al comprar esa entrada te dicen que estés allí como mucho a las 19.15h (el concierto empezaba a las 21.30h… en teoría) para ponerte la pulserita, el colgante, darte un regalo, vamos que yo me imaginaba poco menos que la alfombra roja. A las 18.30 estaba ya allí, de pie, con todo el sol de Valencia en pleno julio. Yupi. Es verdad que no hice cola, los VIP “Golden circle early entry” pasamos el primer filtro por un pasillo reservado, anduvimos un buen trozo hasta el recinto y allí entramos los primeros, a tomar posiciones en primerísima fila, felices y entusiasmados. Y entusiasmados nos quedamos de pie durante cuatro horas y media, con todo el sol de Valencia en pleno julio, yupi superyupi. Bueno, algún ratito nos íbamos sentando en el suelo, al final como es lógico el sol se fue y había buen ambiente; nos reímos, nos contamos anécdotas, cotilleamos un poco sobre la vida y milagros de Luis Miguel, lo cabroncete que fue su padre con él y todo eso, pero la verdad es que aquello se hizo eterno. Yo me enteré de que iba a estar de pie cuando ya estaba dentro y pensé “si lo sé no vengo”, así que me alegro de no haberlo sabido porque ciertamente, no hubiera ido ni de coña. Además el concierto empezó a las 23.07h, que estábamos todos mirando el reloj. Una hora y treinta y siete minutos de retraso, más todo lo que llevábamos allí, puedo asegurar que el cabreo generalizado era importante. Luego empieza el espectáculo y te olvidas, pero me sigue pareciendo una tremenda falta de respeto, sea quien sea el responsable.

Luis Miguel 1990
He de decir por si alguien no lo conoce que Luis Miguel es un cantante excepcional. Tiene una voz única y una sensibilidad especial, lleva toda la vida cantando y hubo momentos verdaderamente emocionantes al escucharle. Además nos cantó las canciones de nuestra época: “Muchachos de hoy”, “Isabel”, “No me puedes dejar así”, “Palabra de honor”… ¡incluso “Decídete”! Ésta es una canción muy peculiar, vamos a pararnos un poco para recordar la letra:

“Nos quedamos solos
todos se marcharon
y en tu cuarto había apenas luz en un rincón
te quité el vestido
te besé en la boca
pero no quisiste darme todo una vez más

decídete
yo se bien que es la primera vez

para mí también es nuevo y quiero que sea contigo
decídete
no me tengas más así, amor
que no puedo resistir sin tenerte, maldita mi suerte
decídete”



 

No sé qué opinarían hoy las feministas pero puedo afirmar sin ningún género de duda lo que opinábamos las adolescentes de medio mundo en los años 80: aquello era el no va más del romanticismo y ser desvirgadas por Luis Miguel se convirtió en nuestro mayor deseo. La educación que nos habían dado las monjas a tomar por saco, queríamos desvirgamiento, “ay tía, si me lo pidiera él le diría que sí, luego iría a confesarme pero le diría que sí”, era una conversación habitual en el patio de nuestros colegios. Lo cual visto en retrospectiva no deja de ser curioso, porque Luis Miguel en aquella época tenía catorce años y era así:

Cantando "Decídete"
cierto, nosotras teníamos la misma edad pero vamos, que los he visto con más pinta de macho desvirgador, las cosas como son. En fin, la adolescencia te hace ver todo de otra manera y no queda otra que pasar por ahí, ¿qué chico hetero de mi generación no soñaba con ser desvirgado por Pamela Anderson? pues ya está, cada uno lo suyo.

Luis Miguel 1984
Si bien la voz de Luis Miguel sigue siendo un prodigio y su arte para cantar también, de su aspecto físico no se puede decir lo mismo. Lo que se ha hecho este chico en la cara no tiene nombre, pero debería estar prohibido. Luis Miguel fue un chiquillo precioso y cuando creció se convirtió en el hombre más guapo que yo haya visto jamás. Tenía una cara varonil a la par que angelical, los ojos enormes y verdes con una caída de párpados adorable, la nariz ancha, el cabello largo y rubio, los labios voluptuosos y una sonrisa para derretirse, con una pequeña separación entre los incisivos que acentuaba su encanto y nos volvía locas. Está claro que si no se hubiera retocado, hoy en día con 48 años no sería lo mismo, pero seguiría siendo un hombre guapo de 48 años, con sus arruguitas y sus canas, como tiene que ser a esa edad. Haber metido el bisturí en esa cara y haberla dejado así, es un crimen.

Luis Miguel, 2018
¡Pordios, si parece Cher, Meg Ryan, Belén Esteban, Camilo Sexto! ¿por qué lo has hecho Luismi, por qué? tu cara no era sólo tuya, era patrimonio de la humanidad reconocido por la UNESCO, no tenías derecho, tus cirujanos deberían estar en la cárcel junto al zumbado aquel que le dio un martillazo a la Pietà de Miguel Ángel, no es justo, de verdad NO ES JUSTO. Ahí has ido a hacer daño Luismi, que lo sepas.

Claro, lo bueno y lo malo de ver un concierto de Luis Miguel tan cerca, es que se le ve muy de cerca. Hace treinta años me hubiera desmayado de tenerlo a dos metros, pero ayer le miraba y le estaba viendo la papada, el bótox, el implante capilar, los párpados estirados, el blanqueamiento dental y el ya inexistente hueco entre sus dientes que tan adorable resultaba. Menos mal que sigue cantando como Dios y los Ángeles porque si no la decepción hubiera sido mayúscula.

El concierto de ayer
Por cierto y hablando de cantar, Luis Miguel no utilizó micrófono inalámbrico, usó uno con cable de los de toda la vida con el cable enredándose por todas partes como toda la vida, pero a la vez llevaba EN LA MANO una petaca de inalámbrico, o eso me pareció, y por supuesto todos sus músicos usaban inalámbricos y llevaban la petaca donde suele llevarse, enganchada en el cinturón por detrás. ¿Caprichos de divo? quizá, no sé, pero desde luego un capricho bastante incómodo para alguien que se pasa la vida en los escenarios.


Y otra cosa que me sorprendió de las más relacionadas con el oficio, además de los monitores de sonido había dos de imagen, uno a cada lado del escenario, donde se iban reproduciendo las letras de las canciones, estilo karaoke. Pero lo que me sorprendió no fue eso, sino que Luis Miguel las estuviera mirando constantemente. Está bien tener las letras a mano como recordatorio por si te despistas pero vamos, que no creo que no se sepa las letras después de tantos años cantándolas… ¿otro capricho de divo? meditaré sobre ello.

La parte del concierto que más me gustó fue cuando salieron los mariachis. Llenaron el escenario de Méjico y de alegría, cantaron, tocaron, bailaron y a Luis Miguel se le vio comodísimo, se le notaba disfrutar en las canciones que cantó acompañado de mariachis. El público también lo disfrutó y lo agradecimos mucho, estábamos ya cansados casi al final del concierto pero nos dio un subidón y un bailoteo increíble, las coreamos todas y lo pasamos genial en ese momento.

Momento mariachi
Cuando acabó el concierto y mientras los músicos tocaban unos loops, Luis Miguel se puso a lanzar algunas rosas blancas a gente del público, ¿a que no adivináis a qué superfan miró a los ojos y le lanzó una rosa directamente a las manos? venga una pista: a una que estaba en primera fila… venga, otra pista, mirad la foto:

pues sí, otro de los momentos emocionantes del concierto. Me puse directamente la rosa en el escote y durante las más de dos horas (literal) que estuve intentando coger un taxi al salir, un montón de gente me hizo algún comentario acerca de la rosa. Una chica me aconsejó que la pusiera boca abajo y le diera laca para conservarla, no lo sabía y me pareció una idea genial. El problema es que yo no tengo laca y hoy me duele todo y no me apetece ir a casa de mi madre a ver si tiene, he puesto la rosa en agua y ahí está, supongo que acabará marchitándose. Ley de vida, menos mal que los buenos recuerdos no se marchitan nunca.

4 comentarios:

  1. A mí lo que me sorprende de la canción Decídete es que la siga cantando con su edad. Como que ya no le pega. Y es que hacía siglos que no lo veía, sabía que seguía trabajando pero poco más. Hace unas semanas vi unas imágenes suyas actuales y pensé exactamente lo que has comentado: ¿¿qué se ha hecho?? Espero que al menos no haya perdido la voz.

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  2. Sí, ni "Decídete" ni "Muchachos de hoy" le pegan ya mucho pero mola que las siga cantando para recordar los viejos tiempos y a las viejas fans ;-) La voz por suerte la sigue teniendo fantástica, es un gustazo oírle cantar.

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  3. Es agradable el saber que le gustan las canciones mexicanas, no me esperaba saber esto. Ha valido la pena la lectura

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    1. Me gustan mucho, y si las interpreta Luis Miguel, todavía más. El momento del concierto en que salieron los mariachis fue, de verdad, inolvidable. No es sólo que los fans disfrutáramos mucho, es que a él también se le veía en su salsa, poniendo toda su pasión en las canciones. Fue maravilloso compartir ese momento.

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