domingo, 9 de febrero de 2014

La enfermedad maldita




La enfermedad maldita no da tregua. Es la epidemia de nuestro siglo, y sin embargo sigue siendo maldita e incomprendida, porque es una enfermedad que no tiene nada que ver con el resto de las enfermedades. Al enfermo no le duele nada, no tiene fiebre, no le suben las transaminasas, y sin embargo se está muriendo porque la enfermedad maldita es lo más parecido que hay a la muerte en vida. Y los demás no lo entienden. Le dicen al enfermo cosas como “anímate, tú lo que tienes que hacer es salir de casa” o “eres tú quien debe poner de tu parte y superarlo”, y no se dan cuenta de que el enfermo no se anima porque no puede, no sale de casa porque no puede, y no lo supera porque no puede, en eso consiste exactamente la enfermedad maldita. No se puede. Nadie le diría a un enfermo de cáncer “tú lo que tienes que hacer es acabar con esas células malignas y desbocadas”, nadie le diría a un enfermo de diabetes “tú lo que tienes que hacer es segregar insulina, ¡hombre!”. Y sin embargo, quienes padecen la enfermedad maldita, se pasan la vida oyendo cosas como éstas, y aunque pueda parecer inocente, eso hace que empeore su estado. Porque ellos tampoco entienden muy bien por qué no pueden hacer las cosas más normales, pero no les gusta que se lo recuerden, y menos como si fuera culpa suya. Se encierran en sí mismos más y más, y pueden llegar a rehuir todo contacto humano. 

Triste la enfermedad maldita, muy triste. Arrebata al enfermo su vida, sus relaciones, su alegría natural, sus ganas de vivir. A veces el enfermo cuando mejora y tiene fuerzas se ayuda de un tratamiento médico y psicológico, a veces la única cura es aguantar y esperar a que se pase. Nunca el enfermo se planta frente a sí mismo y se dice “voy a luchar, esto no va a poder conmigo”, ése es el primer síntoma de la enfermedad maldita, que han desaparecido las fuerzas y ganas de luchar. Aniquiladora, destructiva y mortal. A veces vienen las fuerzas y se lucha, igual que a veces baja la fiebre y se levanta uno de la cama cuando tiene la gripe, pero eso significa mejoría, no significa que se pueda voluntariamente luchar contra la enfermedad. No se puede, al igual que tantas  otras cosas, no se puede.


La enfermedad maldita mata en vida y mata en muerte, un altísimo porcentaje de suicidios se deben a ella. Y aunque no se cometa, el suicidio está siempre presente como el único acto que se puede hacer por voluntad propia, como la única luz que se ve al final del tunel. Pero es una luz que aterroriza, ni siquiera el alivio de la luz proporciona la enfermedad maldita. Ni siquiera el alivio de las personas, queridas e impotentes, que rodean al enfermo. Algunas terminarán apartándose, otras se quedarán pudiendo hacer poco más que estar ahí, pero todas resultan tocadas porque la enfermedad maldita no se conforma con devorar al enfermo, marca también a su familia, a sus amigos, a su pareja, a sus compañeros de trabajo... prácticamente no existe nadie que no haya sido rozado alguna vez por la enfermedad maldita. Devoradora de ilusiones, cruel sin piedad, asesina de lo que nos hace humanos. Maldita y mil veces maldita.

viernes, 10 de enero de 2014

Mi princesa

Recuerdo cuando era adolescente que en mi clase había algunas chicas de las consideradas “guays” que aunque tenían la misma edad que todas, estaban más desarrolladas y eran una especie de diosas. Tenían tetas, iban con chicos y es más, ¡¡gustaban a los chicos!!! Ya habían dado su primer beso, incluso algunas habían experimentado su primer toqueteo y hablaban de ello sin pudor, haciendo que las demás nos pusiéramos verdes de envidia, yo la primera. Y nada de envidia sana, envidia cochina y podrida. Yo quería ser como ellas y sólo era una renacuaja empollona con gafas de culo de vaso. Mucho sobresaliente pero para los chicos invisible, y a Tutatis pongo por testigo de que hubiera cambiado todos mis sobresalientes por ese beso que las diosas de la clase ya habían disfrutado, y cuya técnica explicaban de vez en cuando a las pardillas como yo. Lengua por aquí lengua por allá.

Muchos años y muchos besos después, por mal que lo pasara en aquella época me alegro de que las cosas hayan sido así para mí. Con lo sensiblona que era, si hubiera gustado a los chicos me habrían roto el corazón cien veces seguidas, y la experiencia me ha enseñado que algunas cosas es mejor que no lleguen demasiado pronto.

Por eso quiero que mi princesa de doce años, cuando se encuentre con esas falsas diosas y no tardará mucho, tenga claro que no se es más “guay” por no comportarse como una niña normal y corriente de doce años. Son esas presuntas “guays” quienes se quedarán embarazadas a los dieciseis arruinándose la vida, son ellas quienes no sacarán nunca un sobresaliente, son ellas quienes a los veinte parecerán viejas por haber quemado etapas demasiado rápido. Son ellas y no mi princesa de doce años. O eso espero. Espero que su primer beso y su primera relación lleguen cuando tengan que llegar, a su tiempo y con la persona que ella elija, sin prisas y sin presiones de ningún tipo. Que los besos y los sobresalientes sean compatibles para ella porque sepa hacer bien las cosas, y ella sabrá hacer bien las cosas, por algo es lista, es bella y es mi princesa.

Para mi niña de doce años no quiero esos sobeteos en algún rincón sórdido de la calle, tratando de parar los pies a un canijo de quince más salido que un balcón que la esté chantajeando con aquello de “si no lo haces es que no me quieres”. Mi niña es princesa de más altos vuelos, y espero que sólo la toque quien ella quiera, cuando ella quiera y como ella quiera. Quien sea el afortunado habrá de saber quererla y darle mucho placer en todos los sentidos, porque si no sabe, mi princesa será lo bastante mujer para enviarlo a la porra de un golpe de melena. Que niñatos sobran en este mundo y sólo un hombre de la cabeza a los pies será digno de ella.

Mi princesa de doce años se hace mujer a fuego lento y yo la miro, y se me humedecen los ojos recordándola cuando era un bebé. Porque la quiero más que a nadie en el mundo, porque la vida se abre ante ella como un abanico y es emocionante estar a su lado y revivir con ella todo lo que ya he vivido, pero ahora desde la sabiduría que dan los años. Adelante princesa, a comerse el mundo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Cristiana y lesbiana




Cristiana y lesbiana, por desgracia hoy en día es algo incompatible. El último Papa parece que ha decidido respetar a las personas LGTB (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales) pero la historia de la Iglesia Católica ha sido muy cruel con ellas y ellos. Esperemos que ese respeto sea cierto, que jamás ningún cura vuelva a negar la comunión a una lesbiana o a sus hijos, y que sus declaraciones acerca de la homosexualidad sean respetuosas o mejor dicho, ni siquiera existan pues ninguna falta hacen. Pero aún así, la Iglesia es un club privado que juega con sus propias reglas, para sus dirigentes el matrimonio significa procreación y aún no se han enterado de que las y los homosexuales también pueden procrear. Vale, no pueden tener una hija que sea hija biológica de ambos miembros de la pareja a la vez, pero eso también pasa en muchas parejas heterosexuales por muchos motivos y nadie pone en duda su amor, ni su matrimonio, ni su procreación. Así que ya puestos, aún respetando el derecho de la Iglesia a definir el matrimonio eclesiástico (y sólo el eclesiástico) como le dé la gana, el argumento tampoco es válido.

Pero lo terrible aquí no es lo que opina la Iglesia, ni lo que opinan las asociaciones LGTB, lo terrible es el sufrimiento de las personas que se ven desgarradas entre dos bandos, entre lo que son y aquello en lo que creen. Es muy difícil de imaginar para quien no haya pasado por algo así, es una auténtica escisión tremendamente dolorosa para la persona, y cómo no, acaban dándoles por todas partes. La Iglesia les exige cambiar su forma de ser, como si mides metro y medio y te piden que seas alta; algunas y algunos LGTB les exigen que abandonen a la Iglesia, y con ello a un Dios en el que creen, en el que confían y en cuya fe se sienten seguras y protegidas. No es fácil ser lesbiana y la vez cristiana, no es fácil.

También es cierto que la mayoría de las y los LGTB, más pronto o más tarde acaban renunciando a la Iglesia y quedándose con lo que son, puesto que al fin y al cabo ellas y ellos lo que quieren es a Dios y no a sus intermediarios, a un Dios que todavía no dijo “esta boca es mía” acerca de la homosexualidad. Al queridísimo y soberbiamente pícaro Terenci Moix le preguntaron hace años si la Iglesia le había excomulgado y respondió algo así como: “la Iglesia no, me excomulgué yo mismo siendo muy joven y con gran felicidad.” Y eso es lo que más o menos hacen a la larga todas las personas LGTB y creyentes, no sólo cristianas sino de cualquier religión que rechace y considere abominable la homosexualidad.



Pero sigue sin parecerme justo que la Iglesia abandone a algunos de sus fieles por su orientación o condición sexual, y que el mundo LGTB abandone a personas iguales a ellas y ellos sólo por su fe. Hay que cambiar esa actitud YA, hay que considerar tanto la orientación sexual como las creencias personales, características por las que JAMÁS se pueda discriminar a nadie. De un lado y de otro. Si no lo hacemos así seguiremos causando dolor, seguirá habiendo gente en un doble armario con la angustia que eso supone. Seguirá siendo imposible ser a la vez cristiana lesbiana, y ya está bien.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Cómo nos pasamos

Como nos pasamos con el tema del racismo. A ver, que el racismo es tremendamente injusto, pero al revés también, y menospreciar a los blancos en beneficio de los negros es racismo; igual que menospreciar al hombre en beneficio de la mujer es sexismo.


En los Juegos Olímpicos de Londres, una atleta griega fue descalificada al aparecer en su Twiter un comentario presuntamente racista y el Comité Olímpico Politicamente Correcto alegó al expulsarla de los Juegos su política de tolerancia cero hacia actitudes racistas o xenófobas, que viene a ser parecido. El comentario decía algo así como: “con tanto inmigrante, al menos el mosquito del Nilo tiene comida casera”. Vale, no voy a discutir el mal gusto de la chica a la hora de twitear, pero creo que no pasa de ahí. Ninguna alusión a la raza de nadie, ningún comentario especialmente despectivo (en realidad y si lo piensas bien, para los mosquitos todos somos comida con independencia de nuestra raza), ningún proselitismo y ninguna intención de matar judíos. Sólo un comentario de dudoso gusto y a esa mujer como castigo le quitan cuatro años de su trabajo y de su vida, además del sueño olímpico de todo atleta. Tolerancia cero. Ahí, a saco. Si tan racista es el comentario, ponle una multa ¡coño! que por otra parte es lo que hubiera hecho un juez de haber existido una denuncia penal, que era lo que tocaba, además de que en mi opinión es un juez quien debe decidir si tan dudoso comentario es delictivo o no, y como tal merece ser castigado o no. Pero el Comité Olímpico que si quieres arroz Catalina, no vaya a ser que me llamen racista a mí también y eso de ninguna  de las maneras posibles.


Otra atleta alemana, estuvo a punto de correr la misma suerte en los mismos juegos, al divulgarse que un amigo suyo era neonazi. Ahí sí que había delitos más que claros, denunciados, juzgados y condenados... y cometidos por el dichoso amigo, no por ella. Parece ser que el chaval era un cabeza rapada de los de manual, y había cumplido condena en diversas ocasiones por apalear mendigos y similares y eso era suficiente para condenar a una amiga suya, de nuevo a tirar a la basura cuatro años de su vida deportiva.  ¿Pero a qué estamos jugando? ¿desde cuando uno tiene que pagar por los delitos de sus amigos o conocidos? La atleta sólo se pronunció para pedir que la dejaran competir en paz, y sus compañeros para defenderla; no se sabe si ella y el neonazi eran muy amigos o simplemente se conocían de vista, no se sabe si ella compartía sus ideas o se las reprochaba; no se sabe nada de esa presunta relación entre los dos, pero por si acaso expulsémosla de los juegos olímpicos como medida preventiva, manda güevos. Esta atleta se salvó porque el clamor popular y lo absurdo de la situación hicieron replatearse al Comité su expulsión, pero llevaba camino de correr la misma suerte que la griega.

La atleta griega expulsada de los JJOO


Hace tiempo vi por la calle a un chaval que llevaba una camiseta con la leyenda “100% negro, y orgulloso de serlo”. Me llamó la atención pero oye, me pareció estupendo. El chico está orgulloso de ser negro y le apetece ponérselo en una camiseta, hay libertad de expresión y tampoco ofende a nadie con su orgullo, así que no problem. Además todo hay que decirlo, el chaval tenía unos pectorales que lucía a base de bien la camiseta y la frase, a mí me llamó la atención y pero estoy segura de que no fui la única. El problema viene si imaginamos la situación al revés. Veamos, un dios nórdico de metro noventa, rubio como el oro y con ojazos azules, todo ciclado y buenorro de gimnasio, lleva una camiseta en la que se puede leer “100% blanco y orgulloso de serlo”. ¿Qué pasaría? ¿cómo se lo tomarían los tolerantes? ¿alguien le denunciaría por racismo? ¿reaccionarían todas a una las ONG´s para que se prohibieran las camisetas?¿algún marujo del corazón diría en su programa que es una vergüenza? ¿sólo Mustang Sally y yo apreciaríamos lo bueno que está el chaval y nos la pelaría lo que pusiera en la camiseta?



Me temo que sí a casi todo. Y eso no es justo. El racismo es absurdo, estúpido e injusto, uno no elige su raza (excepto Michael Jackson) y su raza no determina sus acciones así que siendo serios, si hay que juzgar a alguien que sea por lo que hace, no por el color de su piel o por sus rasgos, pero tanto al derecho como al revés. Condenemos lo que es racismo, racismo de verdad que desgraciadamente existe, y dejémonos de tonterías.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Sobre Israel y Palestina

Ale Zenia, vamos a levantar ampollas un ratito, que  mira que te gusta. Ahí va.

“Entre Israel y sus enemigos, apoyo a Israel, y lo hago por dos razones: primero, creo en la democracia liberal por encima de cualquier otra forma de organización social, y en Oriente Medio, Israel está muy cerca de ser una democracia liberal. Segundo, si bien su actuación no es perfecta a este respecto, en todo el conflicto Israel se ha ajustado a más elevados patrones de conducta que sus oponentes. Y aunque simpatizo también con la causa palestina, no siento simpatía por quienes la apoyan con el terror.”
George Jonas (del libro “Venganza”)

“Como dijo Gandhi, “Ojo por ojo y el mundo se queda ciego”, pero ¿qué clase de ayuda ofrece esta crítica para enfrentarse al terrorismo? ¿cómo podemos considerar la posibilidad de presentar la otra mejilla a adversarios que están deseosos de cometer crímenes de la clase de la masacre de Munich o el 11 de septiembre o el Holocausto?

La realidad es que sí existen diferencias entre nosotros y los terroristas. Cuando los terroristas atacan, vierten sangre indiscriminadamente. De hecho, matar a personas inocentes es a menudo lo esencial de sus actos: para mandar un mensaje a los que ostentan el poder o para aterrorizar a la población en general. Cuando Israel se venga de los ataques terroristas pretende hacerlo quirúrgicamente, apuntando sólo a los responsables del incidente que pusieron en marcha la misión. “Ojo por ojo” no es al fin y al cabo una licencia para la barbarie sin restricciones. Significa devolver lo que has recibido, ni más ni menos.”
Avner (del libro “Venganza”)


Eric Bana, como Avner en la película "Venganza"
 

Jonas es el autor del libro, y Avner es un nombre ficticio que esconde a uno de los agentes del Mossad que se encargaron de eliminar a los responsables del atentado en las Olimpiadas de Munich 1972. Y lo hicieron como bien dice, quirúrgicamente. Sus  objetivos eran únicamente quienes resultaron ser, después de una investigación exhaustiva, los responsables de la matanza. Abortaron varias veces varias operaciones por encontrarse cerca y correr riesgo algún civil, incluso familiares de aquel que era su objetivo, y sólo murieron dos personas fuera del plan: uno de los guardias armados que protegía a varios de los terroristas en un chalé en España, y una asesina a sueldo que mató a uno de los integrantes del grupo.

“Nazismo violento e islamismo violento dándose la mano... no en vano odian lo mismo: Occidente y a los judíos”
Obligatorio tras esta cita hablar de Yasser Arafat y de su tío y mentor Amin-Al-Hussaini, y hay muchas cosas que decir de ambos. De Arafat diría que me tiré de los pelos cuando le dieron el Nobel de la Paz (es que aún no me lo puedo ni creer), porque lo poco que se sabe de él es que estudió ingeniería en El Cairo, y dedicó esos conocimientos y el resto de su vida al terrorismo, tanto político como activo. Arafat ha sido uno de los más sangrientos terroristas de la historia y a la vez el más caradura, el más hipócrita, el que se ha presentado como defensor de los palestinos mientras incita a los niños de su propio pueblo a ponerse deltante de un tanque israelí (siempre que haya cerca una cámara de TV) y a estar orgullosos de volarse en pedazos si a la vez vuelan a cuantos occidentales  anden por allí. En mi modesta opinión alguien que defiende y ama a su pueblo, debería incitar a sus niños a estudiar, a tener un oficio y a vivir en paz. Pero Yasser Arafat no quiso nunca la paz, ya se lo dijo muy clarito a Oriana Fallaci en la impresionante entrevista que ella le hizo y luego recopiló en su libro “Entrevista con la historia”. A mí personalmente se me atragantó aún más tras los atentados del 11-S, cuando al ser entrevistado sin conocerse aún la autoría del atentado dijo (literalmente y en inglés): “estamos conmocionados, nosotros no hemos sido, no tenemos medios para realizar un atentado así”. Lamento no haber encontrado el vídeo, pero lo oí y lo entendí bien clarito. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
Yasser Arafat

Y ya que he nombrado la entrevista con Fallaci, obligatorio es reproducir algunos párrafos, porque Arafat no sólo le dijo que no quería ni había querido nunca la paz, le dijo otras muchas cosas. Ahí van algunos ejemplos:

ORIANA FALLACI: Especialmente cuando cruza las líneas y pasa a Israel, ¿verdad?
YASSER ARAFAT: Eso que usted llama Israel es mi casa.

OF: Abu Ammar, ¿cuánto durará todo esto? ¿cuánto tiempo podrán resistir?
YA:... nosotros no nos detendremos hasta el día en que podamos volver a nuestra casa y hayamos destruido Israel. La unidad del mundo árabe hará que esto sea posible.

OF: No todos los estados árabes están dispuestos a entrar en guerra por Palestina. Si se llegase a un acuerdo de paz, ¿qué harían ustedes?
YA: No lo aceptaríamos ¡Nunca! Continuaremos haciendo la guerra a Israel solos. Los puntos de esta lucha:
  1. La violencia revolucionaria es el único sistema para liberar la tierra de nuestros padres.
  2. El objetivo de esta violencia es liquidar el sionismo en todas sus formas.
  3. Nuestra acción revolucionaria debe ser independiente de cualquier partido o estado.
  4. Esta acción será de larga duración. Conocemos las intenciones de algunos dirigentes árabes de resolver el conflicto con un acuerdo pacífico. Cuando esto llegue nos opondremos.

OF: Conclusión: ustedes no desean en absoluto la paz que todos auspician.
YA: ¡No! ¡No queremos la paz! Queremos la guerra, la victoria. La paz para nosotros significa la destrucción de Israel y no otra cosa. Lucharemos hasta la victoria, durante generaciones si es necesario.
Oriana Fallaci

YA: ... también ahora estamos en Palestina.
OF: Estamos en Jordania, Abu Ammar.
Y ahora le pregunto ¿qué significa Palestina? ¿cuáles son los confines geográficos de Palestina?
YA: Nosotros no nos planteamos el problema de los confines, desde un punto de vista árabe no se puede hablar de confines. Como hecho indicativo Palestina es el territorio que va de Naqurah, al norte, hasta Akaba, al sur, y de la costa del Mediterráneo, incluida la franja de Gaza, hasta el Jordán y el desierto de Negev.
OF: Pero eso incluye una parte considerable que pertenece hoy a Jordania. La Cisjordania.
YA: Sí, pero le repito que los confines no tienen importancia, lo único importante es la unidad árabe.
OF: Los confines adquieren importancia si tocan o sobrepasan un país que ya existe, como Jordania.
YA: Eso que usted llama Cisjordania es Palestina.

YA: ...no es casual que, cuando se decidió la destrucción del poblado de El Heul y se minaron doscientas dieciocho casas como operación de castigo...
OF: Pero eso afecta a los civiles, no es una lucha puramente militar.
YA: ¡Lo es! Porque civiles y militares, todos son igualmente culpables de querer destruir a nuestro pueblo.


Bonitas declaraciones de un futuro Nobel de la Paz, y luego se quejan de que Obama se cargara a Bin Laden, con aquello de “hay que ser muy malo para que te mate un Premio Nobel de la Paz”. Pues mira, no hay que ser tan malo, porque supongo que esas doscientas dieciocho casas castigadas por Arafat, no estarían vacías, pongamos una familia de cuatro personas por casa... ¿de verdad eran todos tan malos?

Por lo demás, casi mejor no le demos cuerda, Oriana ;-) o Nueva Zelanda acaba siendo también Palestina. ¡Menudo es (era) Arafat pa’ eso!

En cuanto a su tío y mentor, Amin-Al-Hussaini, para no hacer de menos al sobrino, dejó a la historia perlitas como ésta:

Amin-Al-Hussaini pasando revista en Bosnia a las SS islámicas

“Allah nos ha conferido el extraño don de terminar lo que Adolf Hitler comenzó. ¡Que comience la Yihad! ¡Maten a los judíos! ¡Mátenlos a todos ellos!”
Además de ser amiguito personal de Goebbels y Hitler, su más ferviente apoyo a la hora de exterminar judíos durante el Tercer Reich y responsable directo de la muerte de 400000 de ellos cuando convenció a Hitler de enviarlos a la cámara de gas, después de que el malo de Hitler hubiera pretendido enviarlos a su casa. Bueno, o al trozo de Palestina que es su casa.... además de eso declaró que encontraba profundas semejanzas entre el nacionalsocialismo y el islamismo; en Nuremberg fue procesado por empujar a los países árabes a aliarse con la Alemania nazi y en Bosnia apadrinó la sangrienta división de las SS Islámicas. Todo un curriculum, que su sobrino no tardó en igualar y superar.

Conclusión personal: al lado de los líderes palestinos, de cualquiera de ellos, los neonazis y sus puños americanos son hermanitas de la caridad. Por eso me sorprede mucho la gente que despotrica de los nazis y a la vez defiende al gobierno palestino, y si los aprietas mucho, justifica el terrorismo palestino,
¿alguien lo entiende? (¡OJO! he hablado del gobierno y del terrorismo, no del pueblo palestino en su totalidad. Del pueblo sólo incluyo a quienes apoyan a su gobierno, o sea a la mayoría, pero no al resto).

Por cierto, se me olvidó decir que tras la entrevista en la que Oriana Fallaci lo sacó de sus casillas, Arafat claro está, se arrepintió de lo que había dicho, y arremetió contra Fallaci afirmando que se había inventado la entrevista. Y la Fallaci que tenía la lengua muy larga, muy mala leche y ni un pelo de tonta, puso a disposición de la prensa las cintas donde había grabado la vocecita chillona de Arafat diciendo “!queremos la guerra, queremos la guerra!”, así que el muy listo se tuvo que callar. Desde entonces se odiaron a muerte, y Oriana, en uno de sus últimos libros definía así al Reiss (¿de qué me sonará esa palabrita?): “ese ignorante, ese chocho, ese déspota ávido y corrupto que reina sobre ellos como un capo mafiosos o como un rey coronado y que para dirigir la policía puso a un primo más corrupto que él. Ese manirroto que mantiene a su pueblo en la pobreza, en la mierda, y que para albergar a su rubia mujeruca en París gasta dieciseis mil dólares al día. ¡Al día! Pardiez, era un muerto de hambre cuando le conocí a comienzos de los años setenta en Jordania, y ahora está en la revista Forbes”

“Sobre Israel y Palestina opina todo el mundo, aunque no sepan ni situar estos territorios en el mapa. Sobre Israel y Palestina mucha gente ilustrada e inteligente se convierte en imbécil. Sobre Israel y Palestina la información periodística se convierte en propaganda. Sobre Israel y Palestina, la izquierda culta ha creado un universo simbólico y se ha convertido en una obsesión, a menudo el único leit motiv que moviliza sus acciones. Sobre Israel y Palestina, los valores de la modernidad no importan, y organizaciones teocráticas, claramente totalitarias son vistas como héroes liberadores”

Pilar Rahola (del libro “La república islámica de España”)


Así que ya puestos yo también opino, qué narices. Entre Israel y sus enemigos estoy con Israel, aunque no siempre apruebo todas sus decisiones, aunque sus gobiernos también dejan bastante que desear, y aunque quisiera que el pueblo palestino tenga una patria, una casa, un bienestar, en definitiva una PAZ que no tienen y muchos no quieren. Pero estoy con Israel porque también es un pueblo que sufre y ha sufrido durante la historia tanto o más que los palestinos, y porque hay una gran diferencia entre quienes matan quirúrgicamente a una panda de asesinos y quienes quieren destruir todo un estado. La hay entre quienes han creado un país próspero en pleno desierto y quienes se dedican a inculcar el odio y la violencia a los niños desde pequeños. La hay entre quienes se defienden de un ataque y quienes lloriquean al mundo el daño que les han hecho mientras por detrás están haciendo lo mismo o peor. Pero sobre todo estoy con Israel porque AQUÍ NO SE PUEDE ELEGIR BANDO, en esta guerra nos han adjudicado un bando porque sí, aunque mucha gente en realidad apoye al otro. Para los gobiernos palestinos está claro que Palestina es toda la tierra e Israel somos todos los occidentales; estoy segurísima de que ningún terrorista palestino tendría reparos en matarme sólo por no ser musulmana, sin preguntarme antes acerca de mis inclinaciones políticas y sin que le importe si apoyo o no la causa palestina. Soy occidental y merezco la muerte, así que lo siento por aquellos palestinos honrados y buena gente, pero mientras sigan creyendo en el islam al pie de la letra, mientras no abandonen a los líderes que les están esquilmando, mientras sigan aceptando que sus hijos de ocho años empuñen metralletas o mueran en nombre de una causa, entre Israel y sus enemigos, yo apoyo y apoyaré a  Israel.

domingo, 13 de octubre de 2013

Amo el silencio

Recuerdo que de niña, cuando empecé a estudiar música en la banda de mi pueblo, el profesor solía decirnos a los niños: “el silencio también es música”. Nos lo decía porque a veces, olvidábamos medir los silencios musicales y no se hace así, hay que medir el silencio y estar callado todo el tiempo que dure.

Hoy me he acordado de esa frase en la biblioteca de mi pueblo, donde he estado un rato leyendo en una sala. Había muy poca gente y todo el mundo estaba callado, leyendo. Y eso hoy en día, no es nada habitual ni siquiera en una biblioteca. Hoy echaba de menos la mía, donde trabajo, y me he puesto a ojear un libro sobre las grandes y más hermosas bibliotecas del mundo, ¡qué preciosidad! se trata de grandiosas bibliotecas antiguas, ubicadas en edificios antiguos y que albergan libros antiguos, con esa encuadernación rústica tan hermosa y tan típica de las bibliotecas viejas. Fascinante. Impresionante.


No valoramos el silencio, damos por sentado que tiene más razón el que más grita, y estamos creando una sociedad tan contaminada acústicamente, que ya ni nos molesta el ruido propio o ajeno. Estamos olvidando la paz que nos proporciona el silencio, y yo no quiero olvidarla, me niego a no tener siempre presente que EL SILENCIO TAMBIÉN ES MÚSICA.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Volviendo a Creta

No me gustan los animales. No me gustan nada, salvo algunas excepciones: el tigre de Bengala (va en serio), la araña viuda negra (va en serio), la pitón real (va en serio) y algún que otro especimen de la especie humana (va en.... bueno, supongo que va en serio ;-). Nunca he tenido ni tendré un perro, gato, pájaro o mono en mi casa; mi mascota es un tigre de peluche, enorme, se llama Alejandro Magno y me lo regaló un novio que yo tenía. Es limpio, aseado, no hay que sacarlo a pasear, huele bien, es calentito y suave si lo abrazas y me hace compañía, toda la que necesito.

Tigre de Bengala

Bueno, a lo que iba, también me parece estupendo que comamos carne, pescado y productos provenientes de los animales. Es una ley de la naturaleza, TODOS los animales se alimentan de lo que está por debajo suyo en la cadena trófica, ya sea vegetal o animal, y justo en lo alto de la cadena trófica está el ser humano, así que, respetando a quien no quiera comerla, que no es obligatorio, lo más normal del mundo es que nos alimentemos de carne entre otras cosas. De hecho si nuestros antepasados no se hubieran alimentado casi exclusivamente de la carne de los animales que cazaban, ninguno estaríamos aquí.

Además me parece bien que algunos animales participen en espectáculos. Es inconcebible que jamás apareciera un caballo, un perro o una paloma en una película, y siempre sale al final la típica notita informando de que ningún animal que participe en ella ha sido maltratado, con lo cual toca al menos creérselo. He disfrutado mucho alguna vez viendo espectáculos de delfines, y en general viendo peces y aves exóticas en lugares adaptados a su lugar de origen. Me lo pasé pipa con los pingüinos del Oceanográfico y las jirafas del Bioparc. Son animales sanos, bien cuidados y bien alimentados, que no se acercan a ti y que no cobran por su trabajo porque no tienen sindicatos, qué le vamos a hacer, no llegan a tanto. Supongo que tampoco lo necesitan.

Me molesta mucho que los perros vayan sueltos por la calle y se me acerquen ocupando mi espacio vital (distancia de no invasión, metro y medio mínimo), por más que detrás venga el imbécil del dueño diciendo que no hace nada. Se equivoca usted señor/a, sí que hace: es desagradable para algunas personas, es alérgico para otras, es fóbico para otras (la tercera fobia más tratada en terapias con niños y adolescentes), y en cualquier caso yo no le voy echando encima mis arañas peludas ni mis pitones reales, ni siquera mi inofensivo Alejandro Magno, sin pedirle a usted permiso. Y en el caso de que alguien lo hiciera, me parecería lógico que usted se enfadara, se sintiera molesto/a y reaccionara con desagrado. Es la reacción lógica, pero también es la reacción lógica si lo hace su perro. Y que nadie me diga que los perros son mejores que las personas por favor: hay perros y perros, y hay personas y personas. Y dentro de ambos grupos, hay de todo como siempre, generalizar es absurdo y en este caso concreto más. Y no hablemos de excrementos animales en la calle, no hablemos....

Bueno, y lo que realmente quería decir en este post, después de toda esta diatriba, es que a pesar de todo me parece espeluznante que se considere un espectáculo la tortura y muerte de un animal. No entiendo como alguien puede hacer algo así, ni disfrutar viéndolo, no lo entiendo, me parece desagradable en grado sumo, y si me viera obligada a verlo, estoy segura de que sufriría por el animal. Aunque parezca contradictorio. No me gustan los animales ni yo a ellos, pero un pacto mútuo de no agresión está muy bien y funciona. Tampoco me gustan algunas personas ni yo a ellas, y no por eso quiero que les torturen y les maten por diversión. Así que lo del toro de la Vega, las peleas de perros o de gallos, y cualquier cosa similar me parece una salvajada que no debería permitirse si queremos llamarnos humanos.

El toreo en Creta

En cuanto al toreo tradicional, se originó en la isla de Creta, donde las doncellas semidesnudas bailaban delante de los toros, y donde el toro era amado y respetado, casi venerado como un dios. Simbolizaba la dualidad entre lo masculino y lo femenino, y era más un acto religioso que un espectáculo. Y esa maravilla ha degenerado en lo que es otro espectáculo más de tortura y muerte de un animal, sólo que de éste viven muchas personas, con lo cual es muy difícil erradicarlo. Lo único que conserva el toreo actual de aquella belleza es la representación de lo masculino y lo femenino, y adivinad quien, de entre el toro y el torero, es la chica de la película ;-)

Mi propuesta: abolir, prohibir por ley cualquier espectáculo donde un animal sufra o muera mientras la gente aplaude, y no lo entiendo pero parece que disfruta. 

Buscar alternativas: por ejemplo en la plaza de toros, se puede mantener la estética, las luces, el movimiento, los bellos y a veces impresionantes pases de capote, sin banderillear, picar ni matar al toro. Si luego hay que aprovechar su carne, se le lleva al matadero y se le mata de un shock eléctrico en un segundo, sin sufrimiento, como a cualquier animal de nuestro menú.

Más propuesta: dar promoción a los espectáculos de recortadores (esos que saltan sobre los toros, o los esquivan haciendo piruetas), hacerlos tan populares como las corridas y que den de comer a toda esa gente que vive del toreo. Son espectáculos bonitos, con toros, y en los que al toro nadie le toca ni le hace sufrir. Vamos, lo que viene a ser volviendo a Creta.