lunes, 1 de junio de 2015

No me gusta usted, señora.

No me gusta usted, señora, no me gusta nada. La gente como usted me llama racista, algo que me preocupa más bien poco, pero me resulta muy significativo. Su tesis suele ser: “no tengo argumentos para debatir, llamo al otro racista y así todo el mundo me hace caso, y me compadece y nadie se plantea qué es lo que estoy haciendo y quién es el racista aquí”.

Fatima Taleb, concejal electa en Badalona, 2015.
 ¿Qué es lo que hace usted aquí? Por lo pronto, en los diecisiete años que lleva viviendo en España ha trabajado en Asociaciones Culturales y Educativas, en proyectos sociales de voluntariado, en apoyar el multiculturalismo (mentira en realidad, usted apoya únicamente la cultura de su país de origen), en el proyecto “Construimos barrio”, en todo eso que traducido quiere decir vivir como una reina de las ayudas sociales que generan los impuestos de españolitos e inmigrantes, sí, de ésos que sirven copas y friegan platos. Vamos, que usted “trabaja” para que sus conciudadanos no tengan que trabajar en España y puedan dedicarse a sus rezos y a sus cosas, que son mucho más importantes que integrarse en la sociedad que les recibe, y que ellos han elegido para vivir.

Porque a usted no le gusta el término “integración” y no me extraña ¡cómo le va a gustar, se le acaba el “trabajo”! ni el término ni lo que significa. Usted prefiere hablar de inclusión social:

“No ve justo que un inmigrante tenga que renunciar completamente a su cultura para abrazar exclusivamente la del país de acogida. Todavía no podemos hablar de inclusión social, la prueba es que no hay candidatos de origen extranjero. Perseguimos la normalización, una igualdad de oportunidades”. Señora mía, ¡y unas narices! si quiere igualdad de oportunidades póngase a trabajar dieciséis horas al día como hace una inmigrante china, póngase a fregar suelos como hace una inmigrante ecuatoriana, póngase tras la caja de un supermercado como una españolita cualquiera y verá lo que es la igualdad de oportunidades. Pero no, usted lo que persigue son proyectos de voluntariado "nomegustalaintegración", financiados por nuestras estúpidas autoridades para que los inmigrantes marroquíes vivan a lo grande y no se les ocurra trabajar, a ver si les va a doler luego la espalda y no pueden rezar en perfectas condiciones. Como dijo aquel gran sabio, manda huevos. Y no nos tome por tontos, por supuesto que hay candidatos de origen extranjero, lo que no hay por suerte son candidatos cuya bandera política sea seguir siendo extranjero por los siglos de los siglos en su país de acogida, y repetir hasta la saciedad que el país de donde vienen y su cultura de origen molan más. Bueno, ahora sí tenemos esos candidatos, al menos una en Badalona, usted.

Y lo vea usted justo o no, un inmigrante tiene que renunciar a su cultura para abrazar la del país de acogida. No completamente, no exclusivamente, pero sí cuando haya un conflicto concerniente a los derechos humanos o a las leyes e incluso a las costumbres del país de acogida. Y la “cultura” de la que usted proviene, señora, se da de bofetadas constantemente con los derechos humanos y las leyes europeas. No se atreva a decir como dice, que “el Islam recoge todos los derechos de la mujer”. Sí, igual los recoge del suelo a donde los ha tirado y pisoteado, y después de recogerlos los echa a la basura, que es donde están los derechos de la mujer musulmana en el mundo musulmán, en el cubo de la basura. No nos tome por tontos, haga usted el favor.

Quiere usted combatir la actual política racista en su municipio y desmontar mitos, afirmando que “soy mujer, soy musulmana y llevo velo”. Por supuesto es usted adulta, salió de Marruecos para vivir en un país democrático y es muy libre de llevar lo que le dé la gana, pero si de verdad quisiera desmontar mitos lo que haría es coger el velo que lleva y quemarlo públicamente. Eso es desmontar un mito, eso es demostrar que la mujer musulmana no pertenece a nadie salvo a sí misma, eso sería decir claramente que las personas que profesan su religión son capaces de vivir en una sociedad libre y democrática. Y eso es lo que usted NO HACE.

Cansada está usted de los mensajes del alcalde en contra de la inmigración… desconozco los mensajes de ese alcalde en contra de la inmigración pero el rollito victimista me lo conozco de maravilla, así que le pregunto, señora ¿de verdad su alcalde está en contra de la inmigración? ¿de verdad se opone a que haya en su localidad camareros ecuatorianos, transportistas rumanos, restauradores chinos, operarios marroquíes, taxistas argelinos, recolectores de fruta mauritanos, oficinistas polacos, jubilados alemanes, profesores cubanos, tenderos argentinos, amas de casa francesas, hombres de negocios canadienses…? ¿o lo que en realidad le molesta a su alcalde es que se esté gastando dinero público para pagarle a usted el sueldazo que me imagino que le pagan por sus proyectos de barrio, destinados a que sus compatriotas obtengan la paguita nada más llegar a España sin haber dado ni tener que dar un palo al agua en su vida? Porque a lo mejor van los tiros por ahí…

Entró usted en política porque le impidieron celebrar una fiesta benéfica organizada por mujeres musulmanas para recaudar fondos para las familias que no tienen cubiertas sus necesidades más básicas. Fiesta organizada me imagino en un lugar público propiedad del Ayuntamiento de Badalona, con dinero público propiedad de todos sus conciudadanos de Badalona, destinada a recaudar fondos únicamente para las familias marroquíes de Badalona que son para las que usted trabaja. Pero a usted que no me la discrimine nadie que se me enfada, ¡eh! ¡cuidadín! 

“Es mentira que no se persiga a la gente por razón de origen o religión”, afirma usted con contundencia. Y me veo obligada a darle la razón, no hay más que visitar alguno de los casi sesenta países musulmanes que existen en el mundo para ver como se persigue, se tortura, se viola, se extermina a todos aquellos que profesan otra o ninguna religión… ¡ah bueno espera, que usted estaba hablando de España! Pues me sigo viendo obligada a darle la razón. Hace poco en España, unos cuantos tarados correligionarios suyos se han manifestado en contra de las procesiones de Semana Santa, porque ofenden su sensibilidad islámica. Y se han manifestado en muchos casos, con la agresividad que caracteriza a esos cuantos de sus correligionarios tarados. Debo decirle señora, que las procesiones de Semana Santa me gustan tan poco como me gusta usted, o sea nada, y como no me gustan no voy a verlas; pero entiendo que forman parte de las tradiciones de mi país y exijo que sean respetadas. Si ofenden la sensibilidad islámica, atea, hinduista, budista o jainista de alguien, con cerrar  el balcón cuando pasan, solucionado el tema. No sé cómo lo verá usted, pero el ataque a la celebración de la Semana Santa es una persecución en toda regla a la gente que profesa la religión católica. En la España del siglo XXI. Por parte de aquellos a quienes usted defiende y protege.

Hace poco también en España, una organización de ultraderecha con la que aclaro que no simpatizo en absoluto, decidió ayudar por iniciativa privada y con su propio dinero a familias españolas necesitadas. El grito en el cielo, acusaciones de racismo y xenofobia, y al final se les ha prohibido por decisión judicial. Mientras, a pocos kilómetros, la mezquita de Alicante reparte ayuda con un cartel bien grande que pone “sólo familias musulmanas”, y no pasa absolutamente nada. O sea que sí, señora, tiene usted razón, sí que se persigue a la gente por razón de origen ESPAÑOL o de religión CRISTIANA, espero que usted, que es tan multiculturalista, tome medidas al respecto desde su nueva posición política.

“Si no conoces a tu vecino, te creerás todos los rumores y estereotipos que circulan sobre él. Si te acercas, hablas con él, sabes de su cultura, de su pensamiento y de su religión, puedes romper las barreras.” Otra de sus frases estrella en esta campaña electoral, muy acertada también. El problema es que si quieres conocer a tu vecino, te molestas en averiguar cosas acerca de su cultura y su religión, echas un vistazo a su libro sagrado… te encuentras algunas perlitas sin desperdicio, como aquella que dice que tu vecino tiene la obligación sagrada de matarte si eres cristiano o judío; o aquella otra de que el testimonio de la mujer vale la cuarta parte del de un hombre; o que el profeta fue un hombre sabio y todos sus seguidores deben venerar e imitar sus acciones, incluyendo degollar a quienes no pensaban como él o casarse y tener relaciones sexuales, a sus espléndidos cincuenta y seis años, con una niña de nueve. 

La Biblia y el Corán
Pero no, piensas, otros libros sagrados de otras religiones también contienen atrocidades similares y eso no significa que hoy en día se practiquen, esos libros fueron escritos hace siglos, y basados en las civilizaciones de antaño, no voy a creer en rumores ni estereotipos, voy a informarme de cómo se vive en la cultura de mi vecino hoy en día, en el mundo del siglo XXI… y resulta que los correligionarios de tu vecino han creado una ley paralela a su libro sagrado, no escrita y sujeta a mil interpretaciones, según la cual una mujer puede ser lapidada si su marido cree que ha cometido adulterio porque quizá mirara a los ojos al tendero que le vendía unas patatas; según la cual un niño de quince años puede ser torturado durante meses y luego colgado en la plaza pública si coge de la mano a un amigo y se les acusa de homosexualidad; según la cual un padre puede concertar el matrimonio de su hija y éste ser consumado desde que la niña cumple nueve años, como hizo el profeta. Te enteras de que esa ley se aplica incluso en el corazón de la civilizada Europa, donde gente como tu vecino ha tenido la santísima desfachatez de marcar barrios enteros con el cartelito de “Sharia zone” y de crear una policía paralela e ilegal, la “policía sharia”, para velar por el cumplimiento de su leyecita tan mona y que les gusta tanto, y que según ellos hay que respetar en Europa porque forma parte de su cultura, y es injusto que tengan que renunciar a ella. 

Ayaan Hirsi, nacida en Somalia, ciudadana holandesa, amenazada de muerte por el islam al atreverse a criticar las atrocidades que se cometen en el mundo islámico, especialmente contra las mujeres.
Te preguntas también por qué las inmigrantes orientales, africanas, latinoamericanas visten a la occidental en Europa, y sin embargo muchas musulmanas, aunque lleven diecisiete años en España como usted, señora, siguen vistiéndose con una especie de sábana, siguen cubriendo totalmente su cabello con ese velo que usted lleva, y que también cubre a veces parte o la totalidad del rostro. Y algunas musulmanas, casi siempre conversas que no han pisado un país islámico en su vida, te cuentan que simboliza la libertad, el compromiso con su religión, la sumisión únicamente a Dios y cosas así. 

"Está usted entrando en una zona Sharia, obligatorio seguir las leyes islámicas." Carteles como éste pueden verse en barrios de mayoría musulmana en París, Londres, Berlín, Malmö... por toda Europa.

Pero tú te metes en youtube y oyes hablar a mujeres ex musulmanas, nacidas en países islámicos que han podido salir de allí, “escapar” según sus propias palabras, y te dicen que el velo islámico simboliza la virginidad, la obediencia y sumisión al padre o al marido, simboliza que la mujer musulmana es una posesión del hombre y sólo puede ser vista por su marido, si cualquier otro hombre le ve un mechón de pelo, ELLA comete adulterio y debe ser lapidada; te cuentan que las mujeres en sus países corren el riesgo de ser violadas o asesinadas, o ambas cosas, si no van vestidas correctamente según la ley islámica; te cuentan esas mujeres que tienen que vivir en occidente escondidas de su propia familia, a la que han deshonrado al quitarse el velo y que por lo tanto ha contraído la obligación de buscarlas y matarlas allá donde estén; te cuentan historias de chicas jóvenes asesinadas por sus padres por la simple sospecha de que hayan podido perder la virginidad sin estar casadas; te cuentan… y te das cuenta de que ésa es la cultura de tu vecino, es más, ésa es la cultura de donde proviene usted, señora concejala recién electa en Badalona, la cultura que usted ha exportado a España desde su país, la cultura que ha elegido y sigue eligiendo en España, donde puede usted perfectamente elegir otra cosa sin arriesgarse a que nadie la mate. Sin embargo usted aprovecha la libertad que tiene en España y que nunca tendría en su país, para mostrase en público con el velo islámico y defender y proteger su cultura, que para usted es lo más bonito que hay. Barreras no, señora mía, la gran muralla china levantaría yo entre usted y la gente decente.

Brigitte Grabriel, cristiana y libanesa, actualmente vive en Estados Unidos y denuncia desde allí las masacres que cometieron los palestinos musulmanes en su país, y que la obligaron a huir de su tierra.

Pero no, piensas, al fin y al cabo cada uno tiene derecho a vivir como quiera donde quiera, y en Europa hay libertad de culto, no hay ningún problema por el hecho de que esta señora tan maja, concejal de Badalona, crea en su Dios y lleve el velo, a mí no me va a afectar para nada… y entonces abres un libro de historia, actividad más que recomendable, señora concejala, abres un libro de historia y lees por ejemplo que el Líbano a mediados del siglo XX era un país democrático, de mayoría cristiana, próspero, rico y con un nivel de vida envidiable. Lees que tras la constitución del vecino Israel como estado, comenzaron a llegar montones de “refugiados” musulmanes que no querían vivir en un estado judío, y pidieron asilo, y los libaneses se lo dieron, asilo, acogida, manutención, la oportunidad de vivir en un país libre, próspero y democrático, y los musulmanes lo aceptaron, claro que sí y se quedaron a vivir allí. Pero al igual que a la señora concejala, resulta que no les gustaba la integración y no se integraron nunca, se limitaron a vivir a costa de los libaneses y a reproducirse cinco veces más que ellos, hasta que en un par de generaciones ya eran suficientes para empezar a exterminar a los autóctonos sin grandes dificultades, y eso fue exactamente lo que hicieron. Los libaneses fueron exterminados u obligados a huir de su propia tierra, en la que los musulmanes siguieron reproduciéndose hasta arruinar todos los recursos de un país que hoy es musulmán, pero pobre y en guerra perpetua. 


"No teneis elección, la ley Sharia está cerca."
Pero no, te dices, no voy a fiarme de estereotipos y prejuicios, lo del Líbano es un caso aislado… y sigues con tu libro de historia y te enteras de que efectivamente, lo que se llevaba desde los inicios del islam era conquistar territorios a golpe de cimitarra, cortando cabezas a diestro y siniestro, y luego ya si acaso, empezar a reproducirse. Y eso es lo que han hecho en todo momento los seguidores de Mahoma desde que pusieron un pie fuera de La Meca. Bueno, espera, he dicho “en todo momento”… no, eso era antes, ahora el islam ya no se expande así. Ahora se lo hemos puesto a huevo con nuestras libertades y nuestra democracia, y no necesitan sacar el cuchillo más que para celebrar sus sangrientas festividades o torturar animales mediante el rito halal. Ahora su frase favorita es “utilizaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia”, tal y como clama el cretino del imán pakistaní Anjem Choudari desde su comodísimo púlpito en Londres, sin renunciar a su ciudadanía británica para irse a vivir a Pakistán, donde no viviría jamás en democracia, ya que tan poco le gusta. No, eso no. Los acólitos de Choudari no tienen más que llegar a Europa, reproducirse como conejos y educar a sus hijos en la supremacía del islam, que para eso nuestras libertades se lo permiten. Sus hijos nacen en Europa lo que les convierte automáticamente en ciudadanos europeos, a los dieciocho años tienen derecho al voto, forman un partido musulmán que imponga la sharia como ley, ganan unas elecciones y nuestras nietas acaban llevando un burka. ¿Catastrofista? ¿paranoica? Preguntemos si es cierto o no a los supervivientes del mundo musulmán. Preguntemos a los coptos egipcios, a los bereberes argelinos, a los kurdos iraquíes… o mejor preguntemos a los imanes europeos, y ellos mismos dirán sin ningún pudor que ése es el plan que tienen para Europa y que calculan se hará realidad como muy tarde en 2025 ó 2030. Dentro de quince años, con la connivencia y el beneplácito de usted, señora concejala velada de Badalona y de otros muchos como usted, si Dios o Alá o los dioses del Olimpo no lo remedian.

Matrimonio musulmán entre niñas y hombres adultos.
También defiende usted que se construya una mezquita en Badalona, pero "siempre que sea desde la entidad musulmana y no con dinero público" ¡qué generosidad la suya, señora!, porque "es imprescindible que los musulmanes tengan un espacio de culto, al igual que lo tienen el resto de colectivos." ¡Claro que sí, todos ellos! ¡Llenita está Badalona de templos budistas, sintoístas, hinduistas, jainistas, luteranos, adventistas y protestantes! ¡Llenita está, y por eso quiere usted construir una mezquita para que también los musulmanes puedan rezar, claro que sí! Pero, ay, que pregunta me surge…“¿no con dinero público?” Señora concejala, usted vive del dinero público sin ningún pudor desde que puso un pie en España, y ahora que ha entrado en política piensa seguir haciéndolo para que así más marroquíes musulmanes puedan también vivir del dinero público sin trabajar ni integrarse, ¿por qué no exige entonces dinero público español para financiar su mezquita, y prefiere el dinero saudí, o qatarí o iraní? Claro, usted en el fondo no es tan tonta, y sabe que si una mezquita se construye en España con dinero público las autoridades pueden tener cierto control sobre ella, para intentar evitar que se convierta en uno de esos surtidores de yihadistas que son las mezquitas en toda Europa. Y eso no les interesa, todavía no son ustedes suficientes como para que los demás no nos escandalicemos y repudiemos ese nuevo terrorismo que nos ha traído su cultura, más salvaje y brutal si cabe que el que asoló este país durante treinta años. No, ustedes quieren seguir con su piel de cordero, manifestándose en contra de los atentados en cuanto aparece una cámara, pero financiándolos y apoyándolos desde sus mezquitas, centros culturales, barrios de inclusión social y cualquier otra gilichorrez que se les ocurra para que los europeos les financiemos nuestro propio suicidio.

"El esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir"

“El concepto de yihadismo también está extraído de contexto”, nos explica usted, señora concejala, “Jihad es el esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir, mientras que matar es incompatible con el Islam”. Y se queda tan ancha. Claro que sí, está usted tan ocupada creando proyectos de inclusión social para los musulmanes que no ha leído ni el Corán ni un periódico en veinte años, no ha visto las fotos de las mujeres lapidadas, los niños degollados, las matanzas en nombre del islam que asolan el mundo; está tan dedicada a los proyectos de acogida que no tiene tiempo de ir a la mezquita a escuchar como el iman llama a todo musulmán a la guerra santa contra cristianos e infieles en general... y fíjese qué curioso, los propios imanes lo llaman “Guerra Santa”, y no “esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir”… señora concejala, ¡vaya usted e instrúyales, que esos barbudos no tienen la menor idea de lo que es el verdadero islam! ¡hombre ya! Pero claro, como usted dice que no es un fenómeno exclusivo de Cataluña, sino que pasa en todo el mundo, y que además usted lo atribuye a la “ignorancia” pero tampoco especifica de quien, pues nada, a ignorar el yihadismo de su cultura y a criticar que alguien considere “extranjeros a sus hijos que ya han nacido aquí” que eso sí que es un problema grave y una discriminación tremenda, no el nimio hecho de que sus hijos sean adiestrados en las mezquitas españolas para matar a los hijos de los demás. Quejicas que somos los españoles, leches.
Señora concejala, he de decirle que respeto y admiro profundamente a las mujeres musulmanas que se quitan el velo islámico y lo queman, y a los hombres musulmanes que les encienden la cerilla. Ya sea real o simbólicamente, y a ser posible, ambas. Es a esas musulmanas a quienes quiero en los ayuntamientos españoles representando y cuidando de todos los ciudadanos españoles, y no sólo de los inmigrantes marroquíes; es a esas musulmanas sin velo físico ni mental, a quienes quiero educando a sus hijos,  ciudadanos europeos del siglo XXI, enseñándoles que no tienen que renunciar a su fe para vivir en Europa, pero sí reconocer y condenar sin tapujos todas las atrocidades que se hacen en nombre de su fe, en vez de considerarlas más propias que la cultura europea  y defenderlas a capa y espada. He de decirle que hago extensiva mi admiración y respeto a aquellos no musulmanes que no se acobardan ante el hecho de no ser políticamente correctos y critican el islam con dureza, con fuerza y sin tapujos. Aunque les llamen racistas, prefieren mil veces ser llamados “racistas” a correr el riesgo de que sus hijas acaben bajo el velo, como usted. Pero lamentablemente, los ciudadanos de Badalona la han elegido a usted, con el beneplácito de los multiculturalistas del buenismo mal entendido, de los que toleran la intolerancia diciendo que hay que ser tolerante, de los que como diría la estupenda Pilar Rahola “ven un obispo católico y les salen ronchas, pero ven un iman musulmán y tienen un orgasmo”. Cuanto lo siento por los ciudadanos de Badalona. Que Alá les pille confesados.


¿Alguna duda acerca de sus intenciones?



4 comentarios:

  1. Ho sento, em cansen massa tans codis per publicar,es la tercera vegada que ho intento, m'agaradat.

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  2. No entenc massa bé el teu comentari, pero gràcies, Vicent.

    No entiendo demasiado bien tu comentario, pero gracias, Vicent.

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  3. Me parece muy bueno tu articulo, es mas , maravilloso, y nunca podria estar mas cerca de la verdad.
    Tenemos que ser generosos, ofrecer lo mismo que los que ya estamos aqui.

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  4. Gracias por tu comentario Txerra, un abrazo.

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