jueves, 8 de diciembre de 2016

Je suis Belgique (Por fin, Israel X)

X
Je suis Belgique
Es mi último día en Israel. Acabamos de disfrutar de las bellísimas cuevas de Ros Hanikra y la fortaleza de San Juan de Acre, nos dirigimos a Cesarea y el chófer, que va oyendo la radio, nos informa de los atentados en Bruselas. De nuevo la rabia, la indignación y una profunda tristeza. De nuevo constato que esto no ha hecho más que empezar, que toda Europa tiene un gravísimo problema con el islam, y en vez de mano dura frente al terrorismo tenemos partidos que se niegan a firmar el pacto antiyihadista a la vez que exigen suprimir las procesiones de Semana Santa porque ofenden a “nuestros hermanos musulmanes”. ¿De verdad? ¿os manifestáis en contra de las procesiones pero no en contra de los atentados? ¿no os ofenden los atentados? Y tampoco sería suficiente manifestarse en contra de los atentados, aunque sea una poca vergüenza no hacerlo. Los musulmanes son en el mundo 1600 millones de personas, de los cuales 400 millones (ojo al dato) matan o están dispuestos a matar por el islam mientras el resto callan bajo sus velos y sus chilabas. Y no es suficiente, los musulmanes verdaderamente pacíficos han  de estar TODOS no sólo exigiendo que cesen los atentados, sino exigiendo además una revolución en el islam: que se acabe el terrible maltrato que sufren en su nombre mujeres, niños y hombres homosexuales; que la apostasía sea respetada y no castigada con la muerte; deben estar denunciando en una comisaría al imán que predica en una mezquita europea la obligación de todo buen musulmán de participar en la guerra santa por el islam; deben estar en sus hogares europeos asimilando en su totalidad los valores y derechos occidentales, renunciando si es necesario A LO QUE HAGA FALTA. Puede usted comer cous cous, no puede usted pegar a su mujer, así de sencillo, o lo acepta o se va usted a vivir a un país islámico de los muchos que hay en el mundo. Pero me canso de decirlo, en serio.

"Al infierno la democracia". Cartel portado por un musulmán moderado, en Europa.

Políticos europeos: mano dura, durísima con el terrorismo yihadista. En vez de criticar tanto a Israel ¡aprendan de él! Lo que está pasando ahora en Europa lleva pasando en Israel 70 años y los israelíes han plantado cara al terrorismo. Neutralizan a cualquier terrorista en acción pegándole un tiro, construyen muros, ponen un soldado armado en cada esquina, cachean veinte veces a cualquier persona y equipaje que haya de subir en un avión, revisan a fondo bolsos cuando uno ha de entrar a visitar un monumento turístico… medidas todas ellas engorrosas e impopulares, pero que salvan vidas. Hoy en Israel sólo queda opción a los lobos solitarios apuñaladores. Brutales, salvajes y malvados como ninguno, pero menos efectivos a la hora de matar a mucha gente que los suicidas con cinturón bomba o los que van a un restaurante armados con metralletas. Israel no ha conseguido erradicar totalmente el terrorismo palestino, pero lo pone cada vez más y más difícil. En Europa damos la más calurosa bienvenida a nuestros “hermanos musulmanes” y se lo ponemos a huevo a sus hermanos terroristas. Y luego nos quejamos, y así nos va.

Boicoteando, que es gerundio
 



Presten atención a esta foto, es de 2014 durante la última guerra de Gaza. En ella se ve a miembros del movimiento BDS, profundamente racista y antisemita pero disfrazado de ONG y subvencionado con dinero público, protestar por las presuntas brutalidades del ejército israelí en la guerra. Lo hacen derramando pintura roja, en alusión a la sangre palestina que se está derramando en ese momento en Gaza.

El lugar de la protesta no es otro que el aeropuerto de Bruselas, donde ayer los amiguitos de los palestinos derramaron no pintura, sino sangre de verdad, y mucha, muchísima. Pero sangre europea, no palestina, así que el BDS cremallera en boca y mano extendida para cobrar subvenciones.

Para boicotear a Israel, ¡no uses Facebook!
Una de las exigencias de los boicoteadores, es que la gente no compre productos israelíes en general, y muy especialmente aquellos que son fabricados en los territorios bajo autoridad palestina. Y aquí es donde su absoluta ignorancia me deja con la boca abierta, porque dicen defender los intereses de los palestinos pero no parecen saber que las empresas israelíes, tanto en Israel como en los territorios, son el único medio que tienen los palestinos de ganarse la vida honradamente. La Autoridad Palestina recibe de la ONU más dinero que países maltratados por el hambre y la miseria; Hamás en Gaza reciben igual o más de los países árabes que nos venden su petróleo, pero ni unos ni otros emplean un sólo céntimo en hacer avanzar a su pueblo, en que los palestinos tengan una educación completa, en crear una economía solvente que permita a la gente tener trabajo. No, Hamás emplea ese dineral en mansiones en Qatar para sus dirigentes, y en cohetes, otras armas y túneles para atacar (seguir atacando, después de 70 años) a Israel. No en vano en su carta fundacional puede leerse "Israel existe y existirá hasta que el islam lo aniquile, como antes aniquiló a otros", además de una sarta de barbaridades y mentiras históricas que impresionan, no tiene desperdicio la cartita de marras. Mientras tanto, la Autoridad Palestina emplea su presupuesto en subvencionar a las familias de los mártires. Cuando un terrorista comete un atentado y es abatido por el ejército israelí, se le considera un mártir y su familia recibe una cantidad que puede rondar los 3000 euros al mes durante un tiempo; agotado ese tiempo tienen que ofrecer otro hijo mártir a la causa para seguir cobrando. El resultado es que en las escuelas sólo se enseña el corán, una historia falseada según la cual los palestinos han sido los primeros habitantes del planeta, y en la sección de prácticas, cómo hay que acuchillar a un judío. Los niños inyectados de odio desde la más tierna infancia, y los terroristas cada vez más jóvenes e ignorantes, ése es el gran logro de los gobernantes palestinos a día de hoy.

"Quiero apuñalar a un judío", el abc de los niños palestinos.
Frente a ese panorama, los palestinos que estudian y/o trabajan en Israel pueden beneficiarse de universidades que están entre las mejores del mundo y de empleos honrados con salarios dignos, pero tienen que pasar todos los días los engorrosos checkpoints de los que tanto se quejan. La mejor solución está bastante clara: que empresas israelíes o de otras nacionalidades, se instalen en los territorios palestinos dando trabajo a la población local. Una auténtica aberración para los dirigentes palestinos, que verían disminuir drásticamente el número de estúpidos dispuestos a ser mártires. Y por eso no lo permiten, y los emprendedores que se atreven a aparecer por allí acaban viéndose acosados y atacados de tal manera, que suelen trasladarse a territorio israelí dejando sin trabajo a montones de palestinos, u obligándoles a entrar en Israel todos los días para ir a trabajar.

Juguetito palestino
Los partidarios de los boicots terminan de arreglar la situación despotricando, porque las empresas israelíes explotan recursos que son propiedad de los palestinos. Según ellos. Recursos en cualquier caso que los palestinos hoy en día son incapaces de explotar por sí mismos, y desde luego nunca lo serán mientras sus autoridades no les dejen vivir en paz. Además continúan, los boicoteadores, dando muestras de su ignorancia día tras día, muestras que provocarían risa si no fuera tan malvada la intención. En España ya hay varias sentencias en su contra, porque no se les ha ocurrido nada mejor que proponer el boicot desde Ayuntamientos y otras instituciones públicas… y eso es serio. Si bien a título particular uno tiene derecho a boicotear lo que le dé la gana, un Ayuntamiento o Universidad no tienen competencia para proponer un boicot a todo un país con el que España mantiene relaciones diplomáticas desde hace más de 30 años. Ya lo dijo el presidente de ACOM, es como si el Ayuntamiento de Valdemorillos de Enfrente decide un día declarar la guerra a Francia. Claro, las asociaciones de la comunidad judía en España, llevan esos casos a los tribunales uno detrás de otro, y los tribunales no hacen más que darles la razón y prohibir los boicots.

Eso sí, hay que reconocer que los integrantes del BDS (¡qué poca faena deben tener diosmío!) se pegan un curro tremendo detectando cualquier producto sospechoso de haber sido fabricado en Israel, o cualquier empresa sospechosa de tener trato comercial con empresas israelíes. Hacen listas extensísimas de estas empresas y sus productos, que pueden fácilmente encontrarse en sus páginas de internet… y que son muy bien aprovechadas por los simpatizantes de Israel, quienes las estudiamos con detenimiento y procuramos comprar especialmente esos productos. El comercio israelí acabará poniéndoles una medalla a estos muchachos, y se la merecerán.

2 comentarios:

  1. son las tres de la madrugada, ya me voy a dormir, una maratonica lectura desde ayer

    ResponderEliminar
  2. JAJAJAJA, es lo que tiene este blog, que a veces engancha, no es la primera vez que alguien me dice que lo leyó todo de golpe... ¡muchísimas gracias, así da gusto escribir! Un abrazo

    ResponderEliminar