jueves, 7 de abril de 2022

Reflexiones de Pandino y Stork, del Corona a la guerra (Diario de guerra VI)

COLABORACIÓN DE LINA ZALITOK

(german below)

(deutsch unten)

Queridos amigos,

después de que recogiera a Pandino y Stork de Kiev, ellos dejaron de estar en silencio y comenzaron a debatir lo que harían a continuación. Como no hablan bien el inglés transcribo su diálogo en alemán, es decir, en el original. Me disculpo por cualquier puntuación incorrecta y otros errores que pueda haber cometido.

Pandino y Stork han estado solos en un apartamento de Kiev durante 18 días. Como siempre, estaban casi todo el tiempo en silencio y discutían de vez en cuando. No estoy segura de si escucharon explosiones. Quizá sólo alguna, ya que estaban en el centro de la ciudad al lado de los edificios gubernamentales. Les trasladé a un lugar pequeño, que en Ucrania se llama pueblo. En Alemania probablemente sería una ciudad. Aquí viven mis padres y un gato bastante salvaje, Ryshyk, que últimamente ha estado enfermo. Así que no ha mostrado ningún interés en ellos, ni siquiera se ha presentado.

Al principio, Pandino y Stork estaban abrumados: no les gusta que haya mucha gente y poco espacio. De hecho, en este pequeño pueblo hay más personas y coches que nunca. Un día, paseando, Pandino confesó que se sentía intranquilo. Todos le miraban con mucha atención. Todavía no sabe que aquí todo el mundo conoce a todo el mundo, al menos así era antes de que llegaran un montón de familiares y amigos de los vecinos desde Kiev, sus alrededores y otros lugares, acompañados de sus perros y gatos.

Stork señaló confiado que en tiempo de guerra es una falta de solidaridad tener mucho espacio para uno mismo. Yo apenas podía creer lo que oía, ya que siempre le ha encantado estar solo. Stork a menudo saca a Pandino de la habitación donde acaba de sentarse y quiere que lo dejen solo.

“Nunca me han gustado las multitudes, ni siquiera en los conciertos ¿cómo es posible que ahora sea tan solidario? 

Yo también intento serlo, pero hay que ser realista”, respondió Pandino.

"¿Realista? Nunca pensé que alguna vez escucharía esa palabra viniendo de ti. Pero lo entiendo, tampoco me entusiasman los humanos. Además ahora, si se juntan muchos, aumentan las probabilidades de que les caiga una bomba o un misil”

"Me estoy acordando de algo..."

“¿Echas de menos las restricciones del Corona?"

"¡Exacto! ¡el Corona! ¿todavía existe? el Corona cambió por completo mi concepto de comodidad. Pero luego, de repente pasamos de que no hubiera nadie en la calle a que hubiera una multitud... Ver a toda esa gente cerca de mí fue como escuchar a alguien rascar el vidrio de la ventana con un tenedor. Desde entonces he deseado no salir del apartamento”

“Yo no salía para nada. Veía a la multitud desde arriba. Tu cara siempre fue tan graciosa. Parecías un niño mimado que de repente se quedaba sin su piruleta de cada día”

Pandino frunció el ceño, enojado.

“Pero el Corona no es nada en comparación con lo que está pasando aquí, ahora. Estaba tan feliz de haber llegado a Ucrania, justo antes del Corona. Y de que aquí las medidas no fueran tan estrictas y pudiera comer mis pasteles favoritos en el café al lado de casa, cuando todos los cafés de Berlín, Bruselas y Roma estaban cerrados. Por supuesto la gente aquí se preocupaba menos por la distancia, pero los pasteles eran mucho más importantes para mí. Y ahora nos llega esto. ¡La guerra con misiles y bombas! Ni siquiera conocía esas tres palabras antes”

"Sí, siempre estuviste en una nube... Pero yo también estoy sorprendido. Algunas cigüeñas me habían contado que algo así podría pasar. Pero eso era impensable para mi cabeza alsaciana. Por lo que he visto en el Struthof Memorial. Ah, no lo conoces, lo siento.”

“De hecho, nunca supe nada sobre las guerras. ¡Pero tú tampoco me informaste! ¿Qué esperabas, que me comportara de forma poco educada preguntándote?”

“Pandino, nunca pensé que te interesara la guerra. Incluso si dedicas todo tu tiempo a pensar, no hay suficiente tiempo para pensar en todo. No creí que tus intereses incluyeran la guerra”

"¡Pero ahora es vital! quiero entender qué está pasando y cómo salvarnos o cómo defendernos”

“Tienes razón. Ya te dije que no sabía nada de esto. Ni siquiera sé cómo practicarme los primeros auxilios a mí mismo”

"¿Primeros auxilios? ¿qué es eso? ¿responder a la primera pregunta que hace una persona?"

"Mmmm... en realidad no, Pandino. Ya te lo explicaré con más detalle. Tal vez tengamos que asistir a un curso o aprender por internet. Los primeros auxilios son una ayuda práctica cuando alguien está herido”

"Entonces ¿qué hacemos? ¿esperamos a que la guerra llegue aquí?

“Esperar es peligroso. Debemos actuar para que la guerra no llegue cerca de nosotros”

"O podemos huir en dirección a Berlín/Bruselas/Roma y entonces la guerra no llegará tan rápido. Quizá ni siquiera llegue. Ya hemos estado allí. Así que solo tenemos que regresar. ¿Todavía tienes parientes en Alsacia o en algún lugar de Francia?”

"Tendríamos que pensarlo bien. Siempre hemos estado con Linotschka (Lina). Nunca nos hemos movido de forma independiente. Si decide quedarse aquí, creo que deberíamos quedarnos y apoyarla a ella y a su país. Somos sus amigos.”

“Eso es cierto, pero Linotschka puede estar pasando por alto algunos puntos importantes. Tenemos que pensar estratégicamente. Escuché en la televisión que muchos ucranianos han huido a Polonia, República Checa, Alemania, Italia, etc. Otros muchos han ido a Berlín/Bruselas/Roma, exactamente a donde queremos ir nosotros. Cada vez más ucranianos, adultos y niños, huyen mientras los rusos lanzan más bombas y cohetes. Se dice que Polonia y la República Checa ya no pueden acoger a más ucranianos. ¿Y si luego ya no hay sitio para nosotros en Europa? esta es una de esas "ventanas de oportunidad" en la vida que no debes perderte. De lo contrario, no te sonreirá la suerte”

"¡No digas tonterías! ¡Pandino por favor! ¿Qué dices? En primer lugar, eres tan pequeño que en todas partes hay sitio para ti. En segundo lugar, ¿están cayendo aquí bombas y cohetes? no, ¿verdad? entonces, dejemos que la gente que está bajo los bombardeos huya primero. Tercero: si ya no hay lugar para nosotros en Europa, podemos ir más allá. Hay otros muchos países en el mundo, por ejemplo: Argentina, Chile, algunas islas, países de África, etc. Solo tenemos que asegurarnos de que allí no haya guerra”

"Está bien. Pero no sabemos qué pasará aquí en la guerra, y si tuviera que sobrevivir sin dulces... ahora mismo tengo chocolatinas, pero he oído que cuando hay una guerra puede que ya no se vendan más chocolatinas”

“Para empezar los dulces no son buenos, ni para la salud ni para el cerebro. Y menos aún los dulces de esta ciudad. En segundo lugar, examinemos atentamente la situación. He visto que los padres de Linotschka tienen provisiones para un mes aproximadamente. Si ese gato Ryshyk no come demasiado, podremos vivir bastante bien aquí. Además, vivir en Berlín/Bruselas/Roma cuesta dinero.

Y honestamente: ¿de verdad quieres mudarte otra vez? Antes de toda esta locura ya habíamos decidido que es mejor vivir en calma y pensar con tranquilidad, en lugar de andar de ciudad en ciudad y buscándose la vida una y otra vez. Esa forma de vida nos distrae de cosas más importantes”

"Pero estamos en guerra..."

“Veo que aprendiste bien esa palabra. Pero recuerda también que la palabra amistad es mucho más importante. Nos quedamos."


Pandino y Stork







(TEXTO ORIGINAL)

#WarDiary Überlegungen von Pandino und Storch / Von Corona zum Krieg
Liebe Freunde,
nachdem ich Pandino und Storch aus Kiew abgeholt habe, haben sie doch ihr dauerhaftes Schweigen unterbrochen und lebhaft diskutiert, was sie weiter machen sollen. Da ihr Englisch nicht so gut ist, habe ich ihren Dialog auf Deutsch, also im Original, aufgeschrieben. Ich bitte wegen der ggf. falschen Zeichensetzung und sonstiger Fehler um Entschuldigung.
Pandino und Storch waren 18 Tage in einer Kyjiwer Wohnung alleine gewesen. Sie haben wie immer viel geschwiegen und ab und zu diskutiert. Ob sie Explosionen gehört haben, weiß ich nicht genau. Eher nicht bzw. wenige, da sie im Stadtzentrum neben Regierungsgebäuden wohnten. Ich habe sie in einen kleinen Ort gebracht, welchen man in der Ukraine als Städtchen (смт) bezeichnet. In Deutschland wäre es wahrscheinlich ein Dorf. Hier gibt es meine Eltern und ein ziemlich wilder Kater Ryshyk, der sich aber letztens krank fühlt. Er hatte also an ihnen noch kein Interesse gezeigt und sich gar nicht vorgestellt. 
Am Anfang waren Pandino und Storch überfordert: Sie mögen nicht, wenn es zu viele Menschen und wenig Platz gibt. In diesem kleinen Ort gibt es tatsächlich viel mehr Menschen und Autos als je. Bei einem Spaziergang hat Pandino gestanden, dass er sich unbehaglich fühlte. Dabei guckten noch alle in seine Richtung so aufmerksam. Er weiß noch nicht, dass hier fast jeder jeden kennt, zumindest war es hier so, bevor Verwandte und Freunde hiesiger Bewohner aus Kiew, Umgebung und anderen Orten mit ihren Hunden und Katzen hierher zogen. 
Storch hat selbstbewusst darauf hingewiesen, dass es in Kriegszeiten unsolidarisch sei, sich um viel Raum für sich zu kümmern. Ich konnte meinen Ohren kaum vertrauen, denn er hat es immer geliebt, sich zurückzuziehen. Storch hat öfters Pandino aus dem Zimmer vertrieben, wo er gerade gesessen hatte und seine Ruhe haben wollte.
„Ich habe nie Menschenmengen gemocht, auch bei Konzerten nicht. Wie kann ich mich so schnell auf die Solidarität umstellen? Also ich bemühe mich, aber man müsste doch auch realistisch bleiben“, erwiderte Pandino.
„Realistisch? Ich hätte nie gedacht, dass ich dieses Wort von dir jemals hören würde. Aber ich verstehe, ich bin auch kein Menschen-Fan. Jetzt gibt es noch eine größere Wahrscheinlichkeit, dass eine Bombe oder Rakete auf sie fällt, wenn sie sich zu Mengen sammeln.“
„Es erinnert mich an etwas...“
„Vermisst du Corona-Maßnahmen?“
„Stimmt! Corona! Gibt es Corona noch eigentlich? Corona hat doch mein Komfortgefühl auf eine ganz neue Ebene angehoben. Aber dann plötzlich diese Menschenmengen nach Lockerungen... Diese Menschenmengen in der Nähe von mir zu sehen, war wie zuzuhören, wie jemand mit einer Gabel am Fensterglas kratzte. Ich wollte mich damals immer wieder in meiner Wohnung verstecken.“
„Ich musste gar nicht ausgehen. Ich bin Über Menschenmengen geflogen. Dein Gesicht war immer so lustig. Du sahst wie ein verwöhntes Kind aus, das seinen Lutscher plötzlich nicht mehr jeden Tag bekommt.“
Pandino runzelte verärgert die Stirn.
„Corona ist aber ein Witz im Vergleich dazu, was hier gerade abgeht. Ich hatte mich noch immer so gefreut, dass ich in der Ukraine gelandet bin, fast genau vor Corona. Und dass hier die Maßnahmen nicht so streng waren und ich konnte in einem Café neben unserer Wohnung meine Lieblingskuchen essen, als alle Cafés in Berlin, Brüssel und Rom geschlossen waren. Freilich waren hier Menschen viel weniger auf Abstand bedacht, aber meine Lieblingskuchen waren mir viel wichtiger. Und dann das hier. Der Krieg mit Raketen und Bomben! Ich kannte früher sogar alle diese drei Wörter nicht.“
„Ja, du hattest immer auf einer Wolke gelebt... Aber auch ich bin überrascht. Ich hatte hier von einigen Störchen hier gehört, dass so was passieren kann. Aber das war für meinen elsässischen Kopf undenkbar. Nach all dem, was ich im Mémorial Struthof gesehen habe. Ah du kennst so was gar nicht, entschuldige.“
„Ich habe mich in der Tat zu wenig über Kriege informiert. Du hast aber auch nichts erzählt! Wolltest du, dass ich ungebildet bleibe?“
„Pandino, ich hatte immer bemerkt, dass dich andere Sachen interessierten. Auch wenn du die ganze Zeit nur nachdenkst, gibt es nicht genug Zeit, um über alle Themen nachzudenken. Ich dachte, Krieg würde dir als Thema zum Nachdenken gar nicht passen.“
„Aber das ist jetzt doch Überlebenswichtig! Ich möchte verstehen, was passiert und wie wir uns retten oder wie wir kämpfen sollen.“
„Du hast recht. Wie gesagt, habe ich das Offensichtliche übersehen. Ich weiß selber immer noch gar nicht, wie man Erste Hilfe gibt.“
„Erste Hilfe? Was ist das? Eine Antwort auf die erste Frage, die eine Person stellt?“
„Ohje...nicht wirklich, Pandino. Ich erkläre dir später genauer. Vielleicht müssen wir noch einen Kurs besuchen bzw. online lernen. Also Erste Hilfe ist praktische Hilfe, sprich mit den Pfoten oder Händen, wenn jemand verletzt ist.“
„Tamam. Aber was machen wir jetzt? Warten wir, bis der Krieg zu uns kommt?“
„Jain, Warten ist gefährlich. Wir müssen etwas gegen den Krieg und gegen den Feind tun, damit der Krieg zu uns nicht näher kommt.“
„Oder wir können Richtung Berlin/Brüssel/Rom fliehen und dann kommt der Krieg dahin nicht so schnell. Oder er kommt dahin gar nicht. Wir waren doch schon dort. Also wir müssen einfach zurückkommen. Oder hast du noch Verwandten in Elsass bzw. irgendwo in Frankreich?“
„Wir müssten uns es gut überlegen. Wir waren doch immer mit Linotschka. Wir haben uns nie selbstständig bewegt. Also wenn sie sich entscheidet, hier zu bleiben, dann sollten wir meines Erachtens hier auch bleiben und sie und ihr Land unterstützen. Wir sind doch Freunde.“
„Das stimmt, aber Linotschka übersieht vielleicht irgendwelche wichtigen Punkte. Wir müssen strategisch denken. Ich habe im Fernsehen gehört, dass ganz viele Ukrainerinnen und Ukrainer in Polen, Tschechien, Deutschland, Italien, etc. geflohen sind. Viele kamen und bleiben genau in Berlin/Brüssel/Rom, wo wir auch hin wollen. Immer mehr kleine und große Ukrainer fliehen, da Russen mehr Bomben und Raketen werfen. Polen und Tschechien sind angeblich ganz voll geworden. Was wenn es für uns in Europa keinen Platz mehr übrigbleibt? Es gibt doch diese "opportunity windows" im Leben, die man nicht verpassen sollte. Sonst hat man Pech."
„Sag keinen Blödsinn! Pandino bitte! Che dici? Erstens bist du so klein, dass es sich für dich immer Platz findet. Zweitens: fallen auf dich Bomben und Raketen? Nein? Also lass erst mal die Menschen fliehen, die unter Beschussen leben. Drittens: Wenn es für uns doch keinen Platz mehr in Europa gibt, dann gehen wir einfach viel weiter. Es gibt noch viele andere Länder auf der Welt: z.B. Argentinien, Chile, viele verschiedene Inseln, Länder in Afrika und so weiter und so fort. Wir müssen nur aufpassen, dass es dort keinen Krieg gibt."
„Du hast recht. Aber ich weiß nicht, was so im Krieg hier passieren kann und ob ich ohne Süßigkeiten überleben kann...Ich habe jetzt Pralinen. Aber ich habe gehört, dass wenn es Krieg ist, kann es sein, dass Pralinen nicht mehr verkauft werden.“
„Erstens sind Süßigkeiten für deine Gesundheit und Gehirn gar nicht gut. Und die hiesigen Süßigkeiten schon gar nicht. Zweitens beobachten wir die Lage aufmerksam. Ich habe schon gesehen, dass Linotschkas Eltern Vorräte für etwa einen Monat haben. Wenn dieser Kater Ryshyk nicht zu viel frisst, können wir hier ganz gut leben. Außerdem kostet das Leben dort in Berlin/Brüssel/Rom. 
Und ganz ehrlich: möchtest du nochmal umziehen? Wir hatten doch noch vor diesem Wahnsinnsausbruch besprochen, dass es ganz gut ist, runterzukommen und ruhig nachdenken, statt von Stadt zu Stadt umzuziehen und Lebensgrundlagen immer neu zu bauen. Das bedeutet doch immer viel Ablenkung von wichtigeren Sachen.“
„Aber es ist doch Krieg...“
„Oh ich sehe, du hast dieses Wort gut gelernt. Aber merke dir bitte auch, dass das Wort Freundschaft viel wichtiger ist. Wir bleiben noch.“
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