lunes, 16 de mayo de 2022

Eurovisión 2022, la crónica

 ¡¡¡VIVA ESPAÑA Y OLÉ!!!


Nuestra Chanel


Iba a dejar así la crónica, pero ya puestos vamos a escribir algo más. Por fin RTVE ha dejado de presentar a Eurovisión nenitos eco-inclusivos y progre-tolerantes a medio hacer, para llevar a Europa lo que es la esencia de España: fuerza, pasión, arte, ritmo, una hembra jamona y la bandera de España. Olé. Chanel arrasó, la teta de Rigoberta y el gallego de las Tanxugueiras ya son del siglo pasado, con todas ellas habríamos quedado en los lugares habituales para España (del 20 hacia abajo) y con Chanel hemos conseguido un tercer puesto que sabe a oro después de tantos años de mediocridad.


Hoy me estoy divirtiendo de lo lindo a base de recordar los comentarios con los que el ofendidismo oficial nos obsequió tras la elección de Chanel como representante: que si la canción es machista, que si cosifica a la mujer, que si promueve la prostitución, que si se debía impugnar la elección, que si el jurado había beneficiado a Chanel porque las Tanxu cantan en gallego y la canción de Rigoberta es feminista, que si… en fin, todas esas cosas a las que ya nos tiene acostumbrados el progrerío, junto a sus pelín hipócritas cambios radicales de opinión, porque hoy algunos están con Chanel que excretan colonia, nunca mejor dicho.




Este año los modelitos de los cantantes han quedado completamente eclipsados por los modelitos de los presentadores. Qué exceso y qué mal gusto de verdad. El primer día la Pausini sacó tres vestidos fucsia, los tres seguidos, y su vestuario y estilismo durante la segunda semifinal y la final no han ido a la zaga. Aparte de que la tenían cambiándose de vestido cada diez minutos y cada modelito era más horrible que el anterior. No me extraña que la pobre sufriera una bajada de tensión en la final y tuviera que abandonar la presentación durante un rato, aunque luego se recuperó y continuó con las puntuaciones. Por el contrario, Mika llevó los tres días el mismo traje… eso sí, en diferentes colores, pasteles todos ellos, para que se viera un poco de variedad. En serio ¿quién es el estilista que ha perpetrado la imagen de los presentadores? que le pongan una multa o algo.


Tampoco los realizadores se han lucido. Los errores de luz, sonido y planos han sido más que evidentes para los eurofans, que son el público más exigente del mundo y no perdonan una. Esos píxeles enormes que dañaban los ojos, planos poco afortunados, la pobre Gigliola Cinquetti cantando a sus estupendísimos setenta y cinco sin que apenas se la oyera… menudo desastre.


Mis favoritos: España, Portugal, Estonia, Ucrania, Islandia, Finlandia.


Portugal, presentó un bellísimo tema con un coro femenino perfecto, y una preciosa y sencillísima puesta en escena. Algo diferente, y mira que es difícil innovar en Eurovisión. 


Al final, el guapo oficial resultó ser el de Reino Unido, cuyo segundo puesto también dio una gran alegría a su país. Yunaited Kingdom Guayominí hacía muchos años que no destacaba en el certamen europeo y mira que han llevado buenos artistas, pero no habían tenido suerte hasta que han apostado por este simpatiquísimo Space Man, que les ha hecho rozar las mieles de la gloria. Otros aspirantes a guapísimos eurovisivos fueron el estonio, el polaco, el azerbayano y el búlgaro, que no pasó a la final.


El estonio dio un fin de fiesta memorable, tampoco quedó muy bien para lo que se merecía pero el tío se lo pasó pipa venga dar saltos por el escenario y la verdad es que estuvo estupendo. 



Pausini y el fucsia


Y este año me duele el alma hablar de Israel, primero porque la canción no me gustaba, y luego por el comportamiento maleducado del cantante durante su semifinal, incordiando a los presentadores mientras éstos hacían su trabajo. No Michael, no. Ya has tenido tus tres minutos de gloria que cuantos artistas quisieran, ahora deja a los demás, no quieras acaparar protagonismo cuando no toca y si te has tomado dos copas de más, que era la sensación que daba, pues te quedas haciendo el bobo con tus compañeros y no intentando chupar cámara a toda costa. Se dijo que por esta lamentable actitud Israel iba a ser descalificada del Festival pese a que Michael Ben David y su ego no habían pasado a la final, pero parece que no fue así puesto que la descalificación hubiera impedido votar al jurado israelí y éste finalmente sí que emitió sus votos. Me alegro por Israel, pero espero que al cantante le caiga una buena bronca por su feísimo gesto.


Los ganadores



También los ucranianos se saltaron el protocolo pidiendo ayuda para Mariupol tras su actuación, pero esta ruptura de las normas no tendrá ninguna repercusión sancionadora, puesto que todos la entendemos y de alguna manera la esperábamos. Ya habíamos visto a la representante de Lituania llevando la bandera de Ucrania y después vimos también a las islandesas, y no es para menos. Me alegró mucho el triunfo de los ucranianos, con una vibrante canción dedicada a las madres (al igual que la de Rigoberta pero sin tanta escatología) y una puesta en escena original y bien trabajada. Ucrania arrasó por el voto del público y no faltan las lenguas viperinas en internet asegurando que la gente les votó por pena, porque el país está en guerra. Como diría Macarena Olona “¿y?” el voto tiene el mismo valor y por otra parte la canción era de las favoritas y también estuvo bien valorada por los jurados profesionales, no valen excusas de mal pagador. Enhorabuena a Ucrania y más que merecido su premio.


Y puestos a pedir y a soñar: que en 2023 se celebre el Festival en una Kiev en paz, reconstruida, hermosa y vibrante, como nunca debió dejar de ser. Sería el mejor Festival de la historia y el mejor premio para Ucrania.








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