lunes, 1 de junio de 2015

No me gusta usted, señora.

No me gusta usted, señora, no me gusta nada. La gente como usted me llama racista, algo que me preocupa más bien poco, pero me resulta muy significativo. Su tesis suele ser: “no tengo argumentos para debatir, llamo al otro racista y así todo el mundo me hace caso, y me compadece y nadie se plantea qué es lo que estoy haciendo y quién es el racista aquí”.

Fatima Taleb, concejal electa en Badalona, 2015.
 ¿Qué es lo que hace usted aquí? Por lo pronto, en los diecisiete años que lleva viviendo en España ha trabajado en Asociaciones Culturales y Educativas, en proyectos sociales de voluntariado, en apoyar el multiculturalismo (mentira en realidad, usted apoya únicamente la cultura de su país de origen), en el proyecto “Construimos barrio”, en todo eso que traducido quiere decir vivir como una reina de las ayudas sociales que generan los impuestos de españolitos e inmigrantes, sí, de ésos que sirven copas y friegan platos. Vamos, que usted “trabaja” para que sus conciudadanos no tengan que trabajar en España y puedan dedicarse a sus rezos y a sus cosas, que son mucho más importantes que integrarse en la sociedad que les recibe, y que ellos han elegido para vivir.

Porque a usted no le gusta el término “integración” y no me extraña ¡cómo le va a gustar, se le acaba el “trabajo”! ni el término ni lo que significa. Usted prefiere hablar de inclusión social:

“No ve justo que un inmigrante tenga que renunciar completamente a su cultura para abrazar exclusivamente la del país de acogida. Todavía no podemos hablar de inclusión social, la prueba es que no hay candidatos de origen extranjero. Perseguimos la normalización, una igualdad de oportunidades”. Señora mía, ¡y unas narices! si quiere igualdad de oportunidades póngase a trabajar dieciséis horas al día como hace una inmigrante china, póngase a fregar suelos como hace una inmigrante ecuatoriana, póngase tras la caja de un supermercado como una españolita cualquiera y verá lo que es la igualdad de oportunidades. Pero no, usted lo que persigue son proyectos de voluntariado "nomegustalaintegración", financiados por nuestras estúpidas autoridades para que los inmigrantes marroquíes vivan a lo grande y no se les ocurra trabajar, a ver si les va a doler luego la espalda y no pueden rezar en perfectas condiciones. Como dijo aquel gran sabio, manda huevos. Y no nos tome por tontos, por supuesto que hay candidatos de origen extranjero, lo que no hay por suerte son candidatos cuya bandera política sea seguir siendo extranjero por los siglos de los siglos en su país de acogida, y repetir hasta la saciedad que el país de donde vienen y su cultura de origen molan más. Bueno, ahora sí tenemos esos candidatos, al menos una en Badalona, usted.

Y lo vea usted justo o no, un inmigrante tiene que renunciar a su cultura para abrazar la del país de acogida. No completamente, no exclusivamente, pero sí cuando haya un conflicto concerniente a los derechos humanos o a las leyes e incluso a las costumbres del país de acogida. Y la “cultura” de la que usted proviene, señora, se da de bofetadas constantemente con los derechos humanos y las leyes europeas. No se atreva a decir como dice, que “el Islam recoge todos los derechos de la mujer”. Sí, igual los recoge del suelo a donde los ha tirado y pisoteado, y después de recogerlos los echa a la basura, que es donde están los derechos de la mujer musulmana en el mundo musulmán, en el cubo de la basura. No nos tome por tontos, haga usted el favor.

Quiere usted combatir la actual política racista en su municipio y desmontar mitos, afirmando que “soy mujer, soy musulmana y llevo velo”. Por supuesto es usted adulta, salió de Marruecos para vivir en un país democrático y es muy libre de llevar lo que le dé la gana, pero si de verdad quisiera desmontar mitos lo que haría es coger el velo que lleva y quemarlo públicamente. Eso es desmontar un mito, eso es demostrar que la mujer musulmana no pertenece a nadie salvo a sí misma, eso sería decir claramente que las personas que profesan su religión son capaces de vivir en una sociedad libre y democrática. Y eso es lo que usted NO HACE.

Cansada está usted de los mensajes del alcalde en contra de la inmigración… desconozco los mensajes de ese alcalde en contra de la inmigración pero el rollito victimista me lo conozco de maravilla, así que le pregunto, señora ¿de verdad su alcalde está en contra de la inmigración? ¿de verdad se opone a que haya en su localidad camareros ecuatorianos, transportistas rumanos, restauradores chinos, operarios marroquíes, taxistas argelinos, recolectores de fruta mauritanos, oficinistas polacos, jubilados alemanes, profesores cubanos, tenderos argentinos, amas de casa francesas, hombres de negocios canadienses…? ¿o lo que en realidad le molesta a su alcalde es que se esté gastando dinero público para pagarle a usted el sueldazo que me imagino que le pagan por sus proyectos de barrio, destinados a que sus compatriotas obtengan la paguita nada más llegar a España sin haber dado ni tener que dar un palo al agua en su vida? Porque a lo mejor van los tiros por ahí…

Entró usted en política porque le impidieron celebrar una fiesta benéfica organizada por mujeres musulmanas para recaudar fondos para las familias que no tienen cubiertas sus necesidades más básicas. Fiesta organizada me imagino en un lugar público propiedad del Ayuntamiento de Badalona, con dinero público propiedad de todos sus conciudadanos de Badalona, destinada a recaudar fondos únicamente para las familias marroquíes de Badalona que son para las que usted trabaja. Pero a usted que no me la discrimine nadie que se me enfada, ¡eh! ¡cuidadín! 

“Es mentira que no se persiga a la gente por razón de origen o religión”, afirma usted con contundencia. Y me veo obligada a darle la razón, no hay más que visitar alguno de los casi sesenta países musulmanes que existen en el mundo para ver como se persigue, se tortura, se viola, se extermina a todos aquellos que profesan otra o ninguna religión… ¡ah bueno espera, que usted estaba hablando de España! Pues me sigo viendo obligada a darle la razón. Hace poco en España, unos cuantos tarados correligionarios suyos se han manifestado en contra de las procesiones de Semana Santa, porque ofenden su sensibilidad islámica. Y se han manifestado en muchos casos, con la agresividad que caracteriza a esos cuantos de sus correligionarios tarados. Debo decirle señora, que las procesiones de Semana Santa me gustan tan poco como me gusta usted, o sea nada, y como no me gustan no voy a verlas; pero entiendo que forman parte de las tradiciones de mi país y exijo que sean respetadas. Si ofenden la sensibilidad islámica, atea, hinduista, budista o jainista de alguien, con cerrar  el balcón cuando pasan, solucionado el tema. No sé cómo lo verá usted, pero el ataque a la celebración de la Semana Santa es una persecución en toda regla a la gente que profesa la religión católica. En la España del siglo XXI. Por parte de aquellos a quienes usted defiende y protege.

Hace poco también en España, una organización de ultraderecha con la que aclaro que no simpatizo en absoluto, decidió ayudar por iniciativa privada y con su propio dinero a familias españolas necesitadas. El grito en el cielo, acusaciones de racismo y xenofobia, y al final se les ha prohibido por decisión judicial. Mientras, a pocos kilómetros, la mezquita de Alicante reparte ayuda con un cartel bien grande que pone “sólo familias musulmanas”, y no pasa absolutamente nada. O sea que sí, señora, tiene usted razón, sí que se persigue a la gente por razón de origen ESPAÑOL o de religión CRISTIANA, espero que usted, que es tan multiculturalista, tome medidas al respecto desde su nueva posición política.

“Si no conoces a tu vecino, te creerás todos los rumores y estereotipos que circulan sobre él. Si te acercas, hablas con él, sabes de su cultura, de su pensamiento y de su religión, puedes romper las barreras.” Otra de sus frases estrella en esta campaña electoral, muy acertada también. El problema es que si quieres conocer a tu vecino, te molestas en averiguar cosas acerca de su cultura y su religión, echas un vistazo a su libro sagrado… te encuentras algunas perlitas sin desperdicio, como aquella que dice que tu vecino tiene la obligación sagrada de matarte si eres cristiano o judío; o aquella otra de que el testimonio de la mujer vale la cuarta parte del de un hombre; o que el profeta fue un hombre sabio y todos sus seguidores deben venerar e imitar sus acciones, incluyendo degollar a quienes no pensaban como él o casarse y tener relaciones sexuales, a sus espléndidos cincuenta y seis años, con una niña de nueve. 

La Biblia y el Corán
Pero no, piensas, otros libros sagrados de otras religiones también contienen atrocidades similares y eso no significa que hoy en día se practiquen, esos libros fueron escritos hace siglos, y basados en las civilizaciones de antaño, no voy a creer en rumores ni estereotipos, voy a informarme de cómo se vive en la cultura de mi vecino hoy en día, en el mundo del siglo XXI… y resulta que los correligionarios de tu vecino han creado una ley paralela a su libro sagrado, no escrita y sujeta a mil interpretaciones, según la cual una mujer puede ser lapidada si su marido cree que ha cometido adulterio porque quizá mirara a los ojos al tendero que le vendía unas patatas; según la cual un niño de quince años puede ser torturado durante meses y luego colgado en la plaza pública si coge de la mano a un amigo y se les acusa de homosexualidad; según la cual un padre puede concertar el matrimonio de su hija y éste ser consumado desde que la niña cumple nueve años, como hizo el profeta. Te enteras de que esa ley se aplica incluso en el corazón de la civilizada Europa, donde gente como tu vecino ha tenido la santísima desfachatez de marcar barrios enteros con el cartelito de “Sharia zone” y de crear una policía paralela e ilegal, la “policía sharia”, para velar por el cumplimiento de su leyecita tan mona y que les gusta tanto, y que según ellos hay que respetar en Europa porque forma parte de su cultura, y es injusto que tengan que renunciar a ella. 

Ayaan Hirsi, nacida en Somalia, ciudadana holandesa, amenazada de muerte por el islam al atreverse a criticar las atrocidades que se cometen en el mundo islámico, especialmente contra las mujeres.
Te preguntas también por qué las inmigrantes orientales, africanas, latinoamericanas visten a la occidental en Europa, y sin embargo muchas musulmanas, aunque lleven diecisiete años en España como usted, señora, siguen vistiéndose con una especie de sábana, siguen cubriendo totalmente su cabello con ese velo que usted lleva, y que también cubre a veces parte o la totalidad del rostro. Y algunas musulmanas, casi siempre conversas que no han pisado un país islámico en su vida, te cuentan que simboliza la libertad, el compromiso con su religión, la sumisión únicamente a Dios y cosas así. 

"Está usted entrando en una zona Sharia, obligatorio seguir las leyes islámicas." Carteles como éste pueden verse en barrios de mayoría musulmana en París, Londres, Berlín, Malmö... por toda Europa.

Pero tú te metes en youtube y oyes hablar a mujeres ex musulmanas, nacidas en países islámicos que han podido salir de allí, “escapar” según sus propias palabras, y te dicen que el velo islámico simboliza la virginidad, la obediencia y sumisión al padre o al marido, simboliza que la mujer musulmana es una posesión del hombre y sólo puede ser vista por su marido, si cualquier otro hombre le ve un mechón de pelo, ELLA comete adulterio y debe ser lapidada; te cuentan que las mujeres en sus países corren el riesgo de ser violadas o asesinadas, o ambas cosas, si no van vestidas correctamente según la ley islámica; te cuentan esas mujeres que tienen que vivir en occidente escondidas de su propia familia, a la que han deshonrado al quitarse el velo y que por lo tanto ha contraído la obligación de buscarlas y matarlas allá donde estén; te cuentan historias de chicas jóvenes asesinadas por sus padres por la simple sospecha de que hayan podido perder la virginidad sin estar casadas; te cuentan… y te das cuenta de que ésa es la cultura de tu vecino, es más, ésa es la cultura de donde proviene usted, señora concejala recién electa en Badalona, la cultura que usted ha exportado a España desde su país, la cultura que ha elegido y sigue eligiendo en España, donde puede usted perfectamente elegir otra cosa sin arriesgarse a que nadie la mate. Sin embargo usted aprovecha la libertad que tiene en España y que nunca tendría en su país, para mostrase en público con el velo islámico y defender y proteger su cultura, que para usted es lo más bonito que hay. Barreras no, señora mía, la gran muralla china levantaría yo entre usted y la gente decente.

Brigitte Grabriel, cristiana y libanesa, actualmente vive en Estados Unidos y denuncia desde allí las masacres que cometieron los palestinos musulmanes en su país, y que la obligaron a huir de su tierra.

Pero no, piensas, al fin y al cabo cada uno tiene derecho a vivir como quiera donde quiera, y en Europa hay libertad de culto, no hay ningún problema por el hecho de que esta señora tan maja, concejal de Badalona, crea en su Dios y lleve el velo, a mí no me va a afectar para nada… y entonces abres un libro de historia, actividad más que recomendable, señora concejala, abres un libro de historia y lees por ejemplo que el Líbano a mediados del siglo XX era un país democrático, de mayoría cristiana, próspero, rico y con un nivel de vida envidiable. Lees que tras la constitución del vecino Israel como estado, comenzaron a llegar montones de “refugiados” musulmanes que no querían vivir en un estado judío, y pidieron asilo, y los libaneses se lo dieron, asilo, acogida, manutención, la oportunidad de vivir en un país libre, próspero y democrático, y los musulmanes lo aceptaron, claro que sí y se quedaron a vivir allí. Pero al igual que a la señora concejala, resulta que no les gustaba la integración y no se integraron nunca, se limitaron a vivir a costa de los libaneses y a reproducirse cinco veces más que ellos, hasta que en un par de generaciones ya eran suficientes para empezar a exterminar a los autóctonos sin grandes dificultades, y eso fue exactamente lo que hicieron. Los libaneses fueron exterminados u obligados a huir de su propia tierra, en la que los musulmanes siguieron reproduciéndose hasta arruinar todos los recursos de un país que hoy es musulmán, pero pobre y en guerra perpetua. 


"No teneis elección, la ley Sharia está cerca."
Pero no, te dices, no voy a fiarme de estereotipos y prejuicios, lo del Líbano es un caso aislado… y sigues con tu libro de historia y te enteras de que efectivamente, lo que se llevaba desde los inicios del islam era conquistar territorios a golpe de cimitarra, cortando cabezas a diestro y siniestro, y luego ya si acaso, empezar a reproducirse. Y eso es lo que han hecho en todo momento los seguidores de Mahoma desde que pusieron un pie fuera de La Meca. Bueno, espera, he dicho “en todo momento”… no, eso era antes, ahora el islam ya no se expande así. Ahora se lo hemos puesto a huevo con nuestras libertades y nuestra democracia, y no necesitan sacar el cuchillo más que para celebrar sus sangrientas festividades o torturar animales mediante el rito halal. Ahora su frase favorita es “utilizaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia”, tal y como clama el cretino del imán pakistaní Anjem Choudari desde su comodísimo púlpito en Londres, sin renunciar a su ciudadanía británica para irse a vivir a Pakistán, donde no viviría jamás en democracia, ya que tan poco le gusta. No, eso no. Los acólitos de Choudari no tienen más que llegar a Europa, reproducirse como conejos y educar a sus hijos en la supremacía del islam, que para eso nuestras libertades se lo permiten. Sus hijos nacen en Europa lo que les convierte automáticamente en ciudadanos europeos, a los dieciocho años tienen derecho al voto, forman un partido musulmán que imponga la sharia como ley, ganan unas elecciones y nuestras nietas acaban llevando un burka. ¿Catastrofista? ¿paranoica? Preguntemos si es cierto o no a los supervivientes del mundo musulmán. Preguntemos a los coptos egipcios, a los bereberes argelinos, a los kurdos iraquíes… o mejor preguntemos a los imanes europeos, y ellos mismos dirán sin ningún pudor que ése es el plan que tienen para Europa y que calculan se hará realidad como muy tarde en 2025 ó 2030. Dentro de quince años, con la connivencia y el beneplácito de usted, señora concejala velada de Badalona y de otros muchos como usted, si Dios o Alá o los dioses del Olimpo no lo remedian.

Matrimonio musulmán entre niñas y hombres adultos.
También defiende usted que se construya una mezquita en Badalona, pero "siempre que sea desde la entidad musulmana y no con dinero público" ¡qué generosidad la suya, señora!, porque "es imprescindible que los musulmanes tengan un espacio de culto, al igual que lo tienen el resto de colectivos." ¡Claro que sí, todos ellos! ¡Llenita está Badalona de templos budistas, sintoístas, hinduistas, jainistas, luteranos, adventistas y protestantes! ¡Llenita está, y por eso quiere usted construir una mezquita para que también los musulmanes puedan rezar, claro que sí! Pero, ay, que pregunta me surge…“¿no con dinero público?” Señora concejala, usted vive del dinero público sin ningún pudor desde que puso un pie en España, y ahora que ha entrado en política piensa seguir haciéndolo para que así más marroquíes musulmanes puedan también vivir del dinero público sin trabajar ni integrarse, ¿por qué no exige entonces dinero público español para financiar su mezquita, y prefiere el dinero saudí, o qatarí o iraní? Claro, usted en el fondo no es tan tonta, y sabe que si una mezquita se construye en España con dinero público las autoridades pueden tener cierto control sobre ella, para intentar evitar que se convierta en uno de esos surtidores de yihadistas que son las mezquitas en toda Europa. Y eso no les interesa, todavía no son ustedes suficientes como para que los demás no nos escandalicemos y repudiemos ese nuevo terrorismo que nos ha traído su cultura, más salvaje y brutal si cabe que el que asoló este país durante treinta años. No, ustedes quieren seguir con su piel de cordero, manifestándose en contra de los atentados en cuanto aparece una cámara, pero financiándolos y apoyándolos desde sus mezquitas, centros culturales, barrios de inclusión social y cualquier otra gilichorrez que se les ocurra para que los europeos les financiemos nuestro propio suicidio.

"El esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir"

“El concepto de yihadismo también está extraído de contexto”, nos explica usted, señora concejala, “Jihad es el esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir, mientras que matar es incompatible con el Islam”. Y se queda tan ancha. Claro que sí, está usted tan ocupada creando proyectos de inclusión social para los musulmanes que no ha leído ni el Corán ni un periódico en veinte años, no ha visto las fotos de las mujeres lapidadas, los niños degollados, las matanzas en nombre del islam que asolan el mundo; está tan dedicada a los proyectos de acogida que no tiene tiempo de ir a la mezquita a escuchar como el iman llama a todo musulmán a la guerra santa contra cristianos e infieles en general... y fíjese qué curioso, los propios imanes lo llaman “Guerra Santa”, y no “esfuerzo que hace cada persona en su día a día para construir”… señora concejala, ¡vaya usted e instrúyales, que esos barbudos no tienen la menor idea de lo que es el verdadero islam! ¡hombre ya! Pero claro, como usted dice que no es un fenómeno exclusivo de Cataluña, sino que pasa en todo el mundo, y que además usted lo atribuye a la “ignorancia” pero tampoco especifica de quien, pues nada, a ignorar el yihadismo de su cultura y a criticar que alguien considere “extranjeros a sus hijos que ya han nacido aquí” que eso sí que es un problema grave y una discriminación tremenda, no el nimio hecho de que sus hijos sean adiestrados en las mezquitas españolas para matar a los hijos de los demás. Quejicas que somos los españoles, leches.
Señora concejala, he de decirle que respeto y admiro profundamente a las mujeres musulmanas que se quitan el velo islámico y lo queman, y a los hombres musulmanes que les encienden la cerilla. Ya sea real o simbólicamente, y a ser posible, ambas. Es a esas musulmanas a quienes quiero en los ayuntamientos españoles representando y cuidando de todos los ciudadanos españoles, y no sólo de los inmigrantes marroquíes; es a esas musulmanas sin velo físico ni mental, a quienes quiero educando a sus hijos,  ciudadanos europeos del siglo XXI, enseñándoles que no tienen que renunciar a su fe para vivir en Europa, pero sí reconocer y condenar sin tapujos todas las atrocidades que se hacen en nombre de su fe, en vez de considerarlas más propias que la cultura europea  y defenderlas a capa y espada. He de decirle que hago extensiva mi admiración y respeto a aquellos no musulmanes que no se acobardan ante el hecho de no ser políticamente correctos y critican el islam con dureza, con fuerza y sin tapujos. Aunque les llamen racistas, prefieren mil veces ser llamados “racistas” a correr el riesgo de que sus hijas acaben bajo el velo, como usted. Pero lamentablemente, los ciudadanos de Badalona la han elegido a usted, con el beneplácito de los multiculturalistas del buenismo mal entendido, de los que toleran la intolerancia diciendo que hay que ser tolerante, de los que como diría la estupenda Pilar Rahola “ven un obispo católico y les salen ronchas, pero ven un iman musulmán y tienen un orgasmo”. Cuanto lo siento por los ciudadanos de Badalona. Que Alá les pille confesados.


¿Alguna duda acerca de sus intenciones?



miércoles, 20 de mayo de 2015

Hablemos de ablación

Según la OMS, 150 millones de mujeres y niñas han sido sometidas en el mundo a la mutilación genital. Y parece ser que 500.000 de ellas en Europa, aunque es un dato incierto ya que es difícil obtener estadísticas sobre el tema, debido sobre todo a la reticencia de muchos inmigrantes a que un blanquito europeo, y mucho menos una blanquita europea, ponga en duda su cultura y les diga cómo tienen que vivir. Acabo de  conocer estos datos leyendo un libro sobre el tema, y como ya me he tirado de los pelos, pues ahora me pongo a escribir. Así que antes de seguir:
Tres formas de mutilación, de menos a más salvaje

"Estimado Sr. Inmigrante, estimada Sra. Inmigrante:
bienvenidos a Europa. Me alegro sinceramente de que hayan llegado ustedes sanos y salvos, y hayan tenido la suerte de no perecer en el mar o en el desierto, como han perecido muchos de sus compatriotas. Espero que tengan aquí la oportunidad de llevar una vida digna y feliz, de conseguir un trabajo y una vivienda, de que sus hijos estén siempre alimentados y escolarizados. Por mi parte me comprometo como europea a facilitarles la labor en la medida que esté en mi mano, a luchar contra la discriminación que pudieran sufrir y a procurar que su estancia en mi país sea lo más agradable posible. La mala noticia es que sí, por supuesto que les voy a decir cómo tienen que vivir, y afortunadamente cualquier gobierno europeo también. Ahí va: han elegido ustedes vivir en un país europeo, y aquí en Europa pueden ustedes vestirse como quieran siempre que su vestidura no suponga una amenaza para la seguridad de otros ciudadanos (como por ejemplo si pretenden llevar el rostro cubierto), pueden ustedes comer y beber lo que quieran, pueden tener la ideología política que quieran y profesar la religión que quieran, pero también van a tener algunas obligaciones. Aquí en Europa tienen ustedes que trabajar y aportar parte de sus ingresos al erario público. También tienen ustedes que no cometer delitos, o afrontar la responsabilidad penal si los cometieran. Deben respetar los derechos humanos y cumplir las leyes europeas, así como las propias del país donde residan. Y ante todo y sobre todo, sea cual sea su cultura, sus costumbres y su ideología, tienen ustedes LA SACROSANTA OBLIGACIÓN de dejar en paz los genitales de sus hijas, y también de velar por que NADIE, repito NADIE, ponga un dedo encima de sus retoñas con la intención de mutilarlas. Ni aquí, ni en su país ni en ningún sitio. No vale repetir la historia de
“es que hemos ido de vacaciones, hemos dejado a la niña con la abuela y nos la ha devuelto sin clítoris y con la vagina cosida, nosotros ¡qué íbamos a saber!” No vale y no cuela. Ustedes son los responsables de mantener la integridad física y moral de su hija, y me importa un carajo que en su pueblo sea la costumbre practicar la ablación a las niñas. Debo recordarles que sus hijas son ciudadanas europeas porque ustedes lo han decidido así, y como ciudadanas europeas sus hijas tienen derecho a que nadie mutile su cuerpo en nombre de ninguna tradición. Desgraciadamente muchas niñas en otros continentes no tienen ese derecho, pero sus hijas sí. Así que cuidadito. Traigan a Europa su gastronomía, su música, su folklore, estaremos encantados de recibir y compartir todo eso, pero dejen en su país la salvaje costumbre de torturar a las niñas de esa manera. Ni aquí ni allí, ESO NO SE HACE. Y dicho esto, de nuevo, bienvenidos a Europa. Aprovechen esta oportunidad por la que tanto han luchado y no la caguen mutilando a sus niñas, porque lo pagarán muy caro."

Cómo no, en cuanto sale a la palestra el tema de la mutilación genital femenina, aparece algún musulmán indignado, o musulmana indignada, o multiculturalista tolerante indignado, bramando que se culpa al islam de la ablación cuando es algo que no tiene que ver con la religión y que ni siquiera es una costumbre islámica. Es cierto que no es una costumbre islámica, ya existía muchos siglos antes de que existiera el islam, pero el islam la adoptó y la asimiló con gran alegría, y hoy en día existen muy pocos no musulmanes que la practiquen. Es cierto que no se nombra para nada en el Corán, pero sí en otros textos islámicos que, aunque de dudosa procedencia, son proclamados dogma de fe por muchos imanes, arrimando el ascua a su sardina con tal de putear un poco más a las mujeres. Y se culpa al islam no porque inventara la ablación, sino porque es la única  de las grandes religiones que permite y alienta semejante barbaridad.


Si buscamos un poco nos encontramos con lo de siempre: montones de versiones del verdadero islam para que así cada musulmán pueda elegir cómodamente la que más le conviene en cada momento. Por ejemplo, en occidente responden a las críticas diciendo que el verdadero islam no tiene nada que ver con la ablación, que tal práctica  no aparece en el Corán y que muchos imanes no la recomiendan (aunque tampoco hablen en su contra); pero sin embargo en varias corrientes islámicas se considera un deber de todo musulmán practicar la ablación a sus hijas, en países de mayoría musulmana la han sufrido hasta el 99% de las niñas y desde luego hay muchos imanes que sí la recomiendan y no dudan en predicar sus virtudes desde los púlpitos de mezquitas de todo el mundo. Incluso desde nuestra civilizada y multiculturalista Europa y para muestra un botón. A continuación leamos las sabias palabras de un imán de origen somalí que ejerce en Cataluña, pronunciadas sin ningún pudor en la España del siglo XXI:

“Las mujeres sometidas a la ablación son mucho más fecundas y pueden tener menos problemas a la hora de concebir hijos, ¿por qué si no tienen las africanas más hijos que las europeas?”
“Las mujeres no sometidas a la ablación sienten la necesidad de yacer siempre con un hombre, cuando el marido se va a trabajar, tienen que irse  a la cama con algún otro porque no pueden resistirse. Nuestras mujeres, en cambio, son fieles y reservadas. Conviven con frecuencia en familias muy numerosas, pero ya puede haber diez hombres en la casa, que ellas permanecerán fieles porque están circuncidadas.”
“¿Por qué cree usted que hay en España tantas mujeres maltratadas e incluso asesinadas por sus maridos? La razón es la infidelidad de las mujeres. No pueden hacer nada para remediarlo, ésa es la propia naturaleza de las mujeres cuando no han sido sometidas a la ablación. Han de estar siempre, siempre, siempre con un hombre. Por eso mutilamos a nuestras mujeres, Para que sean  más puras.”
(texto extraído del libro “Niñas del desierto” de Waris Dirie)

Sin comentarios, que me enciendo y me muerden los tolerantes, sin comentarios.


Y luego está el tema de las mujeres europeas que se someten voluntariamente a la extirpación del clítoris. Sí, han leído bien. Europeas. Voluntariamente. Dan ganas de yo que sé qué, a ellas y a los cirujanos que lo consienten y realizan la operación.

Por una parte parece que está de moda reducir el tamaño del clítoris y los labios menores por una cuestión estética. ¿Estética, en serio? ¿es que eso se va enseñando por ahí alegremente? A ver, me parece que cuando alguien ve los genitales de una mujer en una situación íntima, es porque siente cierto aprecio o interés por esa mujer, no sé yo hasta qué punto la estética genital va a ser un factor tan determinante como para pasar por un quirófano, una anestesia y un postoperatorio que no me quiero ni imaginar.

Pero hay otra situación más escandalosa aún: la de la mujer europea que planea casarse con un hombre cuya “cultura” sólo considera “puras” a las mujeres sometidas a la ablación e infibulación genital, y como la susodicha posiblemente no sea virgen porque posiblemente haya tenido relaciones con su futuro esposo porque posiblemente él haya insistido hasta tenerlas, pues el maromo quiere respetar sus tradiciones que no son las tradiciones de ella, y exige para pasar por el altar la “purificación” de la novia. Hay que ser gilipollas. Y de verdad que me resulta un auténtico dilema decidir quién es más gilipollas de los dos, si él o ella. Para empezar no entiendo qué clase de estúpida femenina hace algo así a su propio cuerpo presuntamente por amor. No bonita, amor es lo que te falta, y mucho, por ti misma, que es  el amor más básico de todos. ¿En serio crees que ese tío te quiere si te pide que te extirpes el clítoris y te sutures quirúrgicamente la vagina para que él pueda “desvirgarte”? ¿le pedirías tú a él que por amor se extirpara los testículos y parte del pene antes de la boda? ¿lo aceptaría él? ¿sería respetable si fuera una cuestión cultural y una costumbre en tu país? En serio, tontalaba, que te va a costar un ojo la operación, vas a padecer dolores indescriptibles, no volverás a tener un orgasmo en tu vida, y en seis meses vas a estar en alguna comisaría llorando porque tu hombre te ha pegado. No esperes que un hombre así no te pegue y te humille a las primeras de cambio, no seas imbécil y mándalo a la mierda ahora que aún estás a tiempo.


Tampoco entiendo qué clase de estúpido masculino prefiere que su mujer esté incapacitada anatómicamente para disfrutar del sexo. Sí machote, desde luego que te va a ser fiel, malditas las ganas que le van a quedar de ir por ahí a darse una alegría, pero no sé si te diste cuenta de que tampoco va a tener esas alegrías contigo. Igual es que no sabes lo que te estás perdiendo. Igual es que con tal de asegurarte la fidelidad de tu esposa prefieres renunciar a sentir la excitación de una mujer entre tus brazos cuando la estás besando; prefieres renunciar a oírla gemir de placer bajo tus caricias; prefieres renunciar a disfrutar de contemplarla cuando tiene un orgasmo; prefieres renunciar a que un día llegues a casa y te reciba desnuda con una copa de vino en la mano; prefieres renunciar a su placer, que si realmente la amaras debería ser para ti tan importante o más que el tuyo. Si realmente la amaras, a tu presunta “cultura” le podrían dar por donde más le duela, y a quienes la defienden a costa del sufrimiento de las mujeres, también. La realidad es que no la amas, que sólo la consideras una posesión más como la tele o el coche. La realidad es que además de imbécil eres un cobarde que no merece ni el suelo que pisa, y muchísimo menos el amor  y la atención de ninguna mujer del planeta.

Por mi parte y pese a mis opiniones, lo que cada uno haga con su cuerpo es cosa suya y él o ella que lo disfrute o que lo sufra, ya se apañará. Ahora bien, al que me toque a una niña de cinco años en mi país, en mi civilización, al que se atreva a ponerle un dedo encima a una criatura para mutilar sus genitales sea cual sea el pretexto, espero que las leyes y los jueces y los políticos lo envíen a la cárcel para toda su vida, ni multiculturalidad ni leches, a la cárcel o que se hubiera quedado en su país. Y en cualquier caso, que no se ponga delante de mí porque lo engancho y se la corto. Sí, se la corto. A rodajitas, a ver si le gusta. Y que no proteste porque ésa es la respetable costumbre en mi cultura, acabo de inaugurarla.

martes, 25 de noviembre de 2014

¿Se puede?

Pues no sé yo si se puede o no se puede, habrá que verlo… en fin, que ya tocaba darle un repasito al político de moda, al Mesías del siglo XXI, al politólogo guapetón que está revolucionando las redes sociales, las ciencias sociales, las políticas sociales y las hormonas sociales de féminas y gays de todo el territorio patrio.

Empecemos por el principio y por lo importante: la verdad es que está razonablemente bueno. En realidad para ser político está muy, pero que muy bueno, a ver, comparémoslo si no con Rajoy, Aznar, Rubalcaba, Sánchez Gordillo… vamos que no hay color, que un poco de frescura entre tanto carcamal apetece y mucho. Además es un tío culto, leído, que sabe hablar muy bien, y eso también se echaba de menos en la política española después de tanto relaxing café con leche y similares. Y luego está ese puntito de soberbia que me pone muchísimo, ese nombrar cada dos por tres sus matrículas de honor, ese verse ya coronado como presidente del gobierno… digamos que lo que le falta de ortodoncia le sobra de autoestima y eso me gusta. A mí los que van de humildes me dan mucho miedito, aún no he conocido a ninguno que sea la excepción al “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Vamos, que el muchacho con esa sonrisa destartalada, ese pelazo y ese palique que Dios le ha dado seduce al más pintado y a la más pintada. Confieso sin pudor que si me pilla hace unos años hubiera estado como loca enviándole flores y cartas de amor, pero mira, nos hacemos mayores, ya no tenemos el cuerpo para flores y cartitas y nos dedicamos a hablar de política. C´est la vie.




Además, no sé si el Mesías guapo llegará a gobernar o no, pero como político, politólogo y cienciólogo de las políticas hay dos cosas que está haciendo estupendamente:

1- Ilusionar a la gente joven y no tan joven a quien la política al uso tenía ya completamente desilusionada.

y 2- Acojonar a los que de momento nos llevan años gobernando, de un color y de otro, que también hacía mucha falta. Se acabó el bipartidismo, el coleguismo entre políticos de signo contrario, el “qué más da quien mande si todos son iguales”. Ahora hay gente que piensa distinto, que quiere hacer las cosas de forma distinta, que no son cuatro gatos por muy perroflautas que sean y que a los gobiernos de toda la vida les están poniendo los huevos de corbata. Y me parece muy bien. O se gobierna honradamente o se acaba el chollito, que las alternativas vienen pisando fuerte, y bien fuerte. Así que bravo, bravo por la aparición, o más bien irrupción de Pablo Iglesias en el panorama político español.

Y ahora, cómo no, vamos a darle un poco de cerita que si no, no tiene gracia. Y desde luego no es oro todo lo que reluce y hay cerita que dar.


Pablo Iglesias
 A ver Pablo, querido, cuando te preguntan de dónde vas a sacar la renta básica que prometes para todos los españoles y empiezas con tu deliciosa voz “como decía Fulanito…” para a continuación citar a tres filósofos, diez políticos históricos, siete economistas, tres escritores, Carlos Marx y algún antiguo secretario de Chávez, estás demostrando que tienes una cultura y un saber envidiables, que todas tus matrículas de honor están justificadas, que da gusto escucharte y sobre todo, que no tienes ni puta idea de dónde va a salir esa renta básica que puedes prometer y prometes. Y más o menos así funcionas en cuanto alguien te pide explicaciones serias acerca de todas esas cosas justas, maravillosas y utópicas que piensas hacer cuando gobiernes y que no podrás hacer el día que te veas con el percal entre las manos, ya lo verás. Porque la politología es estupenda, pero en la práctica y uso cotidiano de la política hay que tener una mano izquierda que tú no tienes, y manda güevos que no tengas mano izquierda con lo comunissssssssta que eres. Perdón por el chiste malo.

No puedes amenazar a los ricos con que van a pagar más impuestos, porque si resulta que un día ganas las elecciones, al minuto siguiente ya están todos en Suiza o en las Islas Caimán, con toda su caradura y su riqueza. No puedes amenazar a las multinacionales con que sólo pagan el uno por cien de impuestos y tú las vas a poner en su sitio, porque al día siguiente se han ido a China, o a Bulgaria, y tú te has quedado sin el uno por cien (que viniendo de una multinacional, es mucha pasta) y con unos cuantos miles de parados más en España. No Pablo, no, esas cosas no se dicen y menos así, esas cosas SE HACEN con mucha vaselina y mucha delicadeza, sin ofender a nadie, sin que ningún rico tenga la sensación de que le están quitando lo suyo. Pero para eso hay que tener mucha experiencia, paciencia y savoir faire, hay que estar curtido en mil batallas políticas y tú no lo estás. Tú vendes incienso, un incienso delicioso que mola, que da gusto aspirar pero que se desvanece en el aire y en un tris deja de existir. Y eso en política, Pablo, es muy peligroso, que nos arruinas el país con una caída de pestañas y aquí de guapo no come nadie. Bueno, tú igual sí y algunos más también, pero no el 99% de los españolitos que al fin y al cabo somos los remeros que hacemos avanzar esta galera por los mares del sur. Así que cuidadín podemistas: frente a las promesas incumplidas de unos no valen las promesas incumplibles de otros, que nos quedamos igual que estábamos o peor.

 Ahora que los carcas te han birlado una de tus reivindicaciones más aplaudidas, el absurdo reconocimiento del absurdo estado inexistente de palestina (véase post anterior, que me repito), ahora que te han arrebatado ese as en la manga del populismo, me extraña que nadie te pregunte por otra de tus proposiciones aún más absurda y esperpéntica que la anterior: eliminar la valla de Melilla y los CIE. O sea, que venga quien quiera y que se quede, bienvenidos seáis hermanos, donde come uno comen siete millones, nada de papeles ni tonterías de ricos, aquí los brazos abiertos, y las piernas, y las vallas. Pero vamos a ver Pablo, ¿tú te has parado a pensar lo que puede suponer eso, unido a la promesa de una renta básica? Yo te lo diré: que la valla de Melilla se traslade a los Pirineos, y seamos los españoles quienes intentemos saltarla en manadas y los franceses nos frían a leches sin humanidad ni proporcionalidad, que ellos ya tienen bastante allí con lo que tienen. Hombrededios, una cosa es no tratar como animales a los seres humanos por más que muchos se estén comportando peor que animales, y otra es ponerle a todo el que venga un pisito en Chamartín. Que no hay pisitos Pablo y de donde no hay no se puede sacar; que estamos con el agua al cuello, y sintiéndolo en el alma por quien está peor aquí ya no se puede ayudar a nadie; que si la galera es para veinte y suben diez mil por mucho que queramos remar nos vamos a pique, nosotros y ellos. Mejor hagamos que España salga a flote, que aquí se pueda vivir y a ser posible vivir bien, y después si acaso ya hablamos de derechos Y OBLIGACIONES de los que quieran venir de fuera, ¿no te parece?

Por otra parte vives en la era de internet, de la globalización y del todo está en Youtube, y claro, tus adversarios políticos están al quite y duermen con un ojo abierto por si acaso, y cómo no, te están haciendo pagar ciertas cosas. Yo entiendo que cuando eras sólo un profesor buenorro que daba clase de políticas en la Complutense y hacía babear a las/los alumnas/os; cuando tu mayor éxito era salir en la tele con programa propio, pues te podías permitir ciertos lujos expresivos y ciertos comentarios políticamente incorrectos. 

Iglesias y algunos de sus admirados
Pero ahora eres un aspirante a presidente del gobierno, y comprenderás que tus simpatías por los presos de ETA, por el presidente del chándal y su corruptísimo gobierno, por los Castro brothers y algunos más del mismo palo; tu comunismo radical al que ahora no paras de echarle suavizante; la historia aquella de que te pegaste con uno que era de clase social más baja que la tuya… pues no caigan bien no ya a tus adversarios políticos, sino a cualquier españolito de a pie con dos dedos de frente. Y te las estás viendo negras para justificar, matizar y recomentar todas esas palabras que dijiste en su momento con la boca grande y que dejan poco margen a la duda y mucho a la controversia, puesto que están grabadas en vídeo y circulando por internet. Experiencia y previsión de futuro, Pablo, imprescindible para un político, ese savoir faire del que te hablaba antes y que a ti te queda lejos, muy lejos…


Y tus muletillas ¡ay! me encantan. Son una muestra más de que tu bello y elaborado discurso se acaba en cuanto le soplas los cimientos, pero me encantan. Repasemos algunas de ellas:

“Yo no te he interrumpido a ti”. Ésta la pongo la primera porque es verdad, aunque alguna vez se te haya ido de las manos y de la boca, no sueles interrumpir a tus contertulios, esperas tu turno y dices lo que tengas que decir. Y eso está muy bien, porque hace que un debate tuyo con los del “Gato al agua”, en vez de parecerse al “Sálvame” sea escuchable e interesantísimo, con opiniones muy distintas pero bien expresadas y respetadas por el contrario. Una gozada, oye.

Pablo versus Federico

“Y no lo digo yo, lo dice…” me gusta especialmente porque la digo yo, o sea, que muchas veces cuando digo algo luego digo “y no lo digo yo, lo dice Fulanito”, que da más peso a cualquier argumentación y queda muy bien.

“La casta”, ¡ay! la casta. Qué castizo estás, chico. Y sí, la casta existe y me temo que seguirá existiendo, sólo espero que sepas torearlos y no te conviertas en uno de ellos si llegas al poder. Porque creo que aunque algo iluso, eres sincero, y porque como te conviertas en casta y te cortes el pelo, a mí se me congelan las hormonas y prefiero tenerlas efervescentes ¡qué coño! y más por un político, que es algo totalmente nuevo para mí. Una experiencia increíble. Bueno, en resumen, que sigue dando caña a la casta que yo también les tengo mucha manía, pero no te pases y no los cabrees demasiado, que entre tú y ellos nos arruináis el país y lo acabamos pagando los descastados de siempre.

“Democracia viene del griego, demos y cratos”
Uissss ¡cómo me pones cuando te pones culto! Pues sí, cada vez que se te llena la boca de “democracia” y de “los que somos demócratas” sacas a relucir tu casta de político (¡ay no, casta no, corrige Zenia, corrige!) digooooo… tu flema y buen hablar (mejor así ;-) de político y quedas divinamente. El problema viene cuando alguien te dice que la bandera de España es democrática y te mosqueas porque a ti la que te gusta es la republicana; cuando alguien te dice que Fidel Castro no es democrático y te  mosqueas porque a ti el tipo te cae bien; cuando exiges que se adelanten las elecciones porque te conviene políticamente, pero obvias que las elecciones se celebran, democráticamente, cada cuatro años, y es decisión unilateral del gobierno democrático adelantarlas si le da la gana; cuando hablas de los escraches y el derecho a la protesta y los calificas de “jarabe democrático” a la vez que se están viendo vídeos de protestas violentísimas en las que se insulta, se amenaza y se llama “asesino” y “terrorista” al gobierno que los españoles han elegido democráticamente, por poco que a ti te guste. Lo siento Pablo, ni la democracia, ni el demos, ni el cratos son perfectos, y ser democrático también es envainársela cuando la mayoría de nuestros compatriotas ha votado algo que no nos gusta y nos toca las narices.

Felipe VI
“Si Felipe de Borbón quiere ser Jefe del Estado, que se presente a unas elecciones”. Ahhhhhh no, eso sí que no, con mi Felipe de mi vida no te metas, que ya puestos está igual de bueno o más que tú y yo por mi Bombón, digoooo por mi Borbón MA-TO. A ver, para empezar léete un poquito la Constitución que parece mentira, Pablo, hijo: “La forma política del estado español es la monarquía parlamentaria” Titulo Preliminar, Artículo Uno, en toda la boca. Y más democrático que nuestra Constitución no hay nada en el mundo. “El Rey es el Jefe del Estado… asume la más alta representación del Estado Español… y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.” Título III, Artículo 56. O sea, que el Jefe del Estado en España es una figura representativa, siempre al servicio de las leyes democráticas, no un Jefe de Gobierno como es en otros países, que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Vamos, que no hay que presentarse a unas elecciones para ello, Felipe VI es legítimamente el Jefe del Estado Español, y no lo digo yo ;-), lo dice la Constitución Española. Democracia, democracia y democracia, te guste o no te guste. A mí la verdad es que me parece muy bien que haya una figura representativa del Estado que no dependa de su gobierno, y por supuesto si la hay se le debe pagar por su trabajo la cantidad que en su día cada año decide el Parlamento y queda establecida en los Presupuestos Generales del Estado. Democracia, democracia y más democracia. Por lo demás y ya entrando en lo personal, Felipe VI no es un señor que un día se despertó y era rey como le pasó a su padre; Felipe VI es un hombre que desde bien pequeño supo que iba a ser rey, asumió esa responsabilidad con sus ventajas e inconvenientes y se preparó a conciencia para ello. No sé si te gana o le ganas en matrículas de honor, pero también tiene dos licenciaturas, másteres, doctorados y una formación en política y relaciones internacionales impresionante, más que sobrada para el cargo que desempeña. 

¿Es guapo o no es guapo nuestro rey?
 Y al contrario que tú, Pablo, tiene muchísima experiencia y sabe lo que se hace. Su larguísima trayectoria como Príncipe de Asturias ha sido intachable, y también lo está siendo su todavía corta trayectoria como Felipe VI, Rey de España. Aissss, que se me cae la baba de decirlo. Y encima está bueno, el jodío. Y además ¡qué coño! las féminas y féminos que ya tenemos una edad lo vimos desfilar como abanderado en los JJOO de Barcelona y ya está dicho todo, frente a esa maravillosa e inolvidable imagen ya podéis venir tú y tu melena y tu verbo florido veintidós años después que no hay color, no te empeñes. Así que viva la monarquía parlamentaria, viva Felipe VI, vivalrey y vivaspaña. Si te gusta, bien, y si no, jarabe democrático ;-)

Y con esto queda casi todo dicho. Aún no sé a quien votaré en las próximas elecciones pero seguramente no votaré a Podemos. Y no porque no me gusten sus ideas, que sus ideas me encantan, sino porque veo completamente utópico que se puedan llevar a la práctica casi todas ellas. Aún así, si ganan las elecciones les daré mi enhorabuena y mi voto de confianza, y pondré una velita a Tutatis para que sean un buen gobierno y hagan avanzar España un poquito, que falta nos hace a todos. Si no ganan, que seamos serios es lo más probable, creo que harán una oposición magnífica y que pondrán las pilas a quien sea que gobierne, y creo o quiero creer que su presencia en el panorama político español hará que más de uno se lo piense antes de gobernar para su bolsillo y no para los ciudadanos.

Así que bienvenido sea Pablo Iglesias, bienvenido sea el nuevo panorama político español, respetadme al Rey y a la Benemérita y que los dioses repartan suerte en las próximas elecciones, y ya puestos en la Lotería también, ¡qué narices! "Antonio… ;-)"

PD: vídeo para nostálgicos. Hay que esperar 16 minutos y medio con publicidad incluida, pero vale la pena. Lo sé, soy una cursi, pero lloré en su momento y he vuelto a llorar al verlo, después de tantos años.



https://www.youtube.com/watch?v=tVTrVEN_KrQ

jueves, 20 de noviembre de 2014

El mío es el Tibet

Ale, pues venga, ya somos modernos y nos hemos unido a la moda europea de reconocer palestina como un estado libre, sin exigirles antes que dejen de matar ni nada, ¿para qué, qué más da? Aquí a modernos y a solidarios no nos gana nadie.

Bueno, pues yo ahora quiero exigir el reconocimiento del Tibet como Estado.
El Dalai Lama, líder espiritual budista.
Resulta que el Tibet sí fue un estado independiente, desde tiempos milenarios hasta 1959. El Tibet, aislado del mundo en medio del Himalaya, tenía lengua y cultura propias, bandera, religión, templos, estructura política, todo ello con miles de años de tradición. Resulta que en 1959 fue no sólo ocupado, sino invadido militarmente y devastado por el ejército de la China comunista, que obligó a sus habitantes, los tibetanos que llevaban siglos allí, a irse al exilio o a quedarse en sus tierras bajo gobierno chino, renunciando a su religión y adaptándose la la cultura china en detrimento de la tibetana, la suya propia. La injusticia y la humillación más tremenda que tuvo que sufrir jamás un pueblo.

Pero claro, había algunos factores de importancia:
  1. El invasor era una gran potencia comunista
  2. En el Tibet no hay petróleo
  3. Los pacíficos tibetanos no se dedicaron a matar inocentes para defender su causa, que es la manera más imbécil y cruel de defender una causa, pero parece ser que funciona, porque mira a los “palestinos” si les está yendo bien…

Y claro, bajo esos tres preceptos la cosa cambia. La reacción inmediata de las grandes potencias políticas, de los solidarios, de los luchadores por las causas justas, de los oenegistas, de los izquierdistas del pueblo de toda la vida, fue….¡¡¡TACHÁÁÁÁNNNN! Quedarse callados como putas, y así llevan más de sesenta años. Los únicos no tibetanos que han abierto la boca al respecto, que yo sepa, fueron en su día los Mecano, con su preciosa canción “Aidalai”.


Por otro lado, Palestina empezó a ser tal cuando los romanos la conquistaron, la convirtieron en provincia romana y la denominaron así. Pero eso fue en la época del Imperio Romano, unos 3000 años después de que en esas tierras hubiera nacido y crecido la religión judía, la más antigua de las tres principales monoteístas (judaísmo, cristianismo, islam). También bajo el Imperio Romano nació, vivió y murió Jesucristo, y cuando siglos después se inventó el cristianismo, también esos lugares fueron considerados santos para la nueva religión, puesto que Jesucristo había protagonizado los momentos más importantes de su vida y de su muerte, en ellos. Y luego en el siglo VI, unos 500 años después de la muerte de Cristo nació Mahoma en La Meca, y se inventó el islam y tanto él como sus esbirros se dedicaron a expandirlo a golpe de cimitarra mientras el profeta escribía el Corán, una especie de blog a la antigua donde justificaba todas las atrocidades que cometía, e instaba a sus seguidores a imitarle. Y así llegaron a lo que hoy es Oriente Medio y conquistaron la antigua región de Palestina, donde se acabó lo que se daba. Mientras cristianos y judíos habían logrado convivir relativamente en paz durante siglos, el ejército musulmán muy en su línea decapitó, violó, expolió, incendió, arrasó… y se quedó.
Luego llegaron las cruzadas, y los refortalecidos cristianos intentaron reconquistar su Tierra Santa, pero aunque hicieron algo de pupa, a la larga no pudieron con el feroz criminal Saladino y la cosa quedó en un batiburrillo de pueblos, etnias y religiones viviendo en la tierra de las antiguas tribus de Israel y dándose de leches cada dos por tres. Y muchos judíos tuvieron que irse de su tierra por esta situación y acabaron expandiéndose por Europa y América, lo que se conoce como diáspora, y luego todo el mundo les puteó a base de bien en las dos guerras mundiales, especialmente en la segunda, cuando los nazis y sus incondicionales amiguitos musulmanes se propusieron exterminarlos. Por suerte los nazis perdieron la guerra, aunque sus incondicionales amiguitos musulmanes salieron bien parados contándole al mundo aquello de que “nosotros también somos víctimas” y “no les ajuntábamos tanto” y “la nuestra es la religión de la paz” y en fin, todas esas cosas a las que ya nos tienen más que acostumbrados.

De la manita, tales para cuales...
Y entonces, los que habían ganado la guerra decidieron, con muy buen criterio, restituir a los judíos sus tierras, las de toda la vida y resarcirles en parte de todo el daño que habían sufrido en la guerra en la que estuvieron a punto de ser exterminados. Y como no podía ser perfecto, aunque la intención era muy buena, en el paso siguiente empezaron las cosas a torcerse. En vez de coger todo el territorio de la antigua Palestina y crear ahí un estado judío, permitiendo a la gente de otras etnias y religiones que ya vivían ahí quedarse en sus casas, pues como veían que con los musulmanes estaría complicado y no querían enviarlos a alguno de los más de sesenta estados islámicos que ya existían, decidieron dividir el territorio en dos estados, uno árabe y uno judío. Que aunque a mi parecer era injusto con los judíos, pues bueno, tampoco era tan mala solución, y así se hizo. Los judíos aceptaron encantados tener un estado propio y no pusieron problema a que en parte de la antigua Palestina se constituyera otro estado árabe-islámico, uno más. También se comprometieron a aceptar y mantener las distintas religiones que existían en el que ya era su territorio, incluida la islámica, y a dar la ciudadanía israelí de pleno derecho a todos los que vivían allí fuera cual fuera su religión. Hasta ahí fantástico. Y ahora llega el sorpresón: ¡¡¡los árabes no aceptaron!!!! Ellos no querían un estado, ellos querían todo el territorio que había sido judío hasta que ellos lo invadieron, que según la resolución de la ONU ya constituía el Estado de Israel y que cómo no, consideraban suyo de pleno derecho porque habían edificado cuatro mezquitas, como si no hubiera templos judíos, sinagogas e iglesias cristianas miles de años más antiguas. No. Mío, mío y mío, como los niños pequeños. Además y por supuesto, seguían queriendo exterminar a los judíos, como decía el gran Muftí de Jerusalén “Alá nos ha concedido a los musulmanes el don de terminar lo que Hitler empezó”.

Así que bueno, con esas condiciones la ONU más o menos los mandó a la mierda y el 14 de mayo de 1948 quedó oficialmente constituido el Estado Judío de Israel. El 15 de mayo de 1948, es decir, al día siguiente, los árabes  ya habían convencido a cinco países vecinos (Líbano, Siria, Irak, Egipto y Jordania) para invadir Israel, y ya estaban en ello. Primer incumplimiento flagrante de una resolución de la ONU, con el objeto de destruir un país y exterminar a su población, los mismos tipejos que años después acusarían a gritos a Israel de terrorista y de no obedecer a la ONU cuando construyó un muro, cuando construye casas para su gente en territorio vacío que no es de nadie. Coherencia ante todo.

Y en fin, por no extenderme mucho diré que Israel en diez días creó su propio ejército y en unos meses había ganado la guerra, y entonces dijo “ahora os jodéis, no haber empezado” y se anexionó más territorio del que en principio le había sido asignado por la ONU, que no tuvo más remedio que callar y envainársela.

Y aquí me permito citar un comentario de Leon Chattah, un usuario de Facebook a quien ya considero amigo:

“No es territorio ocupado, es territorio ganado a 5 países árabes que hicieron una incursión que creyeron era un picnic y PERDIERON. No se juega como los chicos que después se devuelven las bolitas... Jugaron a tirar a los Judíos al mar y perdieron. Yo les repetiría como la sabia madre de Al Sheik llorando la perdida de Andalucía, llorando mirándola desde Africa, "no llores como mujer, lo que no supiste defender como hombre" (perdón a los/las feministas). Samaria y Judea pertenecen al Estado Judío de Israel. PUNTO.”

Y eso fue en 1949 y así seguimos, los árabes empiezan una guerra, Israel la gana y otra vez y otra vez, y los tíos no aprenden…. eso sí, en cuanto perdieron la guerra de 1948 se autoproclamaron “pueblo oprimido” y empezaron a llamarse “palestinos” como si los judíos no lo fueran también, como si hasta entonces hubieran estado viviendo en Singapur en vez de en Palestina. Y ya que militarmente los nuevos “palestinos” eran (y son, y serán) incapaces de hacer la "o" con un canuto, pues se dedicaron al terrorismo que se les da mejor y de paso no tienen que dar cuentas a la ONU ni a la Convención de Ginebra ni a nadie, porque como ellos no son un ejército de un país, pues técnicamente no pueden cometer crímenes de guerra, así que a matar niños sin contemplaciones y sin que nadie les diga ni "mu". También por supuesto, empezó la operación lloriqueo, enarbolando su condición de pueblo oprimido y exigiendo a todo aquel que quisiera oírles su derecho a tener un estado propio, ese estado que no tenían la menor intención de crear hasta que no les dieran, ya que ellos no eran capaces de cogerlo por las armas, todo el territorio de Israel. Como es fácil de entender, los israelíes no estaban por la labor… y hasta hoy.

Y hoy queridos, nos hemos desayunado con un atentado en una sinagoga de Jerusalén, cinco muertos y ocho heridos, y nos hemos ido a cenar con la noticia de que el Parlamento Español, que se ve que no tiene otra cosa que hacer, ha votado a favor del reconocimiento del Estado Palestino. Y yo es que flipo. Qué pasa, ¿no se os ha ocurrido antes exigirles que dejen de matar como hacíais con ETA? ¿es que estos son más guapos? Aquí a modernos no nos gana nadie, y como la moda ya la han establecido Suecia, Francia e Inglaterra, pues ale, España detrás como borreguitos. Y nadie se da cuenta de que mientras no sean los propios “palestinos” quienes reconozcan su estado y se dediquen a hacer de los pocos terrenos que les quedan algo útil, es lo mismo reconocer el Estado de Palestina que el Reino de Narnia. O sea, una estupidez supina.

Así que nada, yo he decidido que para pueblo oprimido e injustamente tratado por la historia, ahí está el Tibet. Mientras los palestinos árabes ponen bombas, el Dalai Lama vive exiliado en la India y va por el mundo proclamando su mensaje de paz; mientras el islam insta a matar a los no musulmanes allá donde se les encuentre, el budismo, la religión tibetana, prohíbe matar a otro ser humano bajo cualquier circunstancia; mientras los musulmanes de la franja de Gaza y el West Bank educan a sus hijos en el odio y la obligación de matar judíos, los tibetanos educan a los suyos en la paz y el amor a la humanidad. Así que yo lo tengo, claro, prefiero mil veces utilizar mis escasas fuerzas en defender a los tibetanos. 
Sus vidas sólo importan si los "mata" Israel...
Pero a quien no le caigan bien los tibetanos, tiene más opciones, ¿qué tal exigir un kurdistán para los kurdos? ¿qué tal exigir a Rusia que devuelva Crimea a los ucranianos? ¿qué tal exigir a la ONU que intervenga YA y termine con las sangrientas dictaduras que asolan muchos países del África negra? y no sigo porque no pararía, será que no hay gente oprimida en el mundo. Pero yo tengo muy claro lo que ha pasado en España… y lo que ha pasado ni más ni menos es que nos hemos vuelto a bajar los pantalones frente al terrorismo. Lo cual por una parte me parece muy injusto con la gente que lucha por su causa sin matar a nadie (por ejemplo los tibetanos) y por otra parte me parece un error catastrófico, porque eso no hace que el terrorismo disminuya, al revés, hace que se envalentonen y crean que pueden conseguirlo todo matando a gente inocente. Y nosotros como tontos, poniéndoles la alfombra roja y pensando que a nosotros no nos van a matar porque hemos reconocido en nuestro Parlamento su estado inexistente. De verdad, SOMOS TONTOS.

Y respecto al estado inexistente, me gustaría citar también un estupendo artículo de Beatriz Becerra, diputada al Parlamento Europeo por UPyD, pero como no tiene desperdicio, en vez de citar partes sueltas, pongo el link:

http://www.huffingtonpost.es/beatriz-becerra/es-palestina-un-estado-qu_b_6167516.html

Y muchas cosas más que decir al respecto, pero estoy cansada. De escribir, de vivir en un país de cuyo Parlamento me avergüenzo, de repetir siempre lo mismo, de que la gente no se dé cuenta de la bomba de relojería que estamos creando, de que la culpa de todo siempre la tenga Israel, de que los políticos que pago con mi dinero pierdan el tiempo votando gilipolleces… muy cansada de todo ando últimamente.

Voy a terminar con una anécdota:

hace unos días, en una localidad del corazón de Texas, la comunidad musulmana adquirió un terreno para construir una mezquita. Junto a ese terreno hay una granja, un negocio familiar donde desde hace más de 200 años se crían animales, y esos animales son….¡¡¡cerdos!!! Bueno, pues el piadoso musulmán que había comprado el terreno se acercó un día al granjero texano, y muy condesdenciente él, le informó de la situación y le dio dos opciones: o criar otros animales que no sean considerados impuros por el islam, o marcharse a otra parte, puesto que allí se iba a construir una mezquita y una mezquita no puede estar al lado de una granja de cerdos. El granjero texano, muy parsimonioso él, se ajustó su sombrero, se cargó al hombro su escopeta y parece ser que le dijo al musulmán algo así como: “mi familia lleva aquí doscientos años y yo toda mi vida, siempre hemos criado cerdos y lo vamos a seguir haciendo. Pero con los de la granja tenemos bastante, así que construye lo que te dé la gana, pero no vuelvas a aparecer por aquí porque te meto un tiro y esta noche me hago un jamón con tus patas”. Desde entonces el granjero, todos los viernes (día sagrado y dedicado a la oración para los musulmanes), organiza en su granja carreras de cerdos con apuestas incluidas, y a los cerdos participantes les pone nombres árabes, de manera que los asistentes puedan corear sus nombres y animar a los favoritos: ¡¡¡corre Rashid!!! ¡¡¡venga Mohamed, que tú puedes!!! ¡¡¡remonta Mustafá, remonta!!! y así. Más brutos que un arado, pero con dos cojones estos granjeros de Texas.

Y ahora sí que acabo de verdad, aquí os dejo una foto relacionada con la anécdota anterior:
Es un cartel destinado a los musulmanes que entran en Texas desde México, y dice así:

¡Bienvenidos a Texas!
No te metas con Texas
Nuestros ciudadanos poseen armas legalmente
Si matas a alguien, te mataremos a ti
Nos gustan los tiroteos, es una tradición texana
Tenemos 120 prisiones, disfruta de tu estancia

Lo dicho, más brutos que un arado, pero con dos cojones, estos Texanos.