martes, 27 de marzo de 2012

El imán de Terrassa, mi nuevo ídolo

Yo, que desde que nací y hasta mis cuarenta y dos años siempre he sido reacia al matrimonio y nunca me casé con quienes fueron mis parejas acabo de cambiar radicalmente de opinión y he decidido que voy a casarme. Sí, después de mucho meditar, he encontrado al hombre ideal para mí y lo tengo claro, voy a casarme con el imán de Terrassa. Además de su apostura, su barba y su gorrito tan sexy, me han convencido las últimas declaraciones que ha hecho sobre lo que debe ser la relación entre hombre y mujer, sus “buenas palabras” según la comunidad musulmana, que no os vayais a pensar que está solo el hombre y que es el único que piensa así. Espero que no tenga lleno el cupo de cuatro esposas que permite el islam y haya sitio para mí, y si no que repudie a alguna de las cuatro que seguro que alguna es más fea y vieja que yo, y el islam se lo permite al hombre con mucha facilidad, sólo tiene que decir “te repudio, ahí tienes la puerta” y la pobre desgraciada se va a la puta calle sin pensión, sin bienes y sin un sitio donde caerse muerta, porque esas tonterías de los derechos de la mujer son contrarias a las enseñanzas de alá, que es bueno y misericordioso.

Bueno pues a lo que íbamos, lo primero que haré después de casarme es rebelarme para crear algún pequeño conflicto en el hogar con el objeto de que mi querido esposo tome la primera medida antes de pegarme que será dejarme sola en el lecho y privarme de las relaciones sexuales (con él) lo cual será sin duda un gran alivio para mí. Me buscaré tantos amantes como esposas tenga él, o igual alguno más ya veremos, preferentemente fuera de la comunidad musulmana y ese asunto quedará resuelto.

Bien, si a partir de ahí yo le obedeciera se supone que mi maridito no se metería más conmigo porque alá es grande; como por supuesto no le obedeceré, alá es pequeño y mi marido me pegará, pero no con golpes que me rompan los huesos y me hagan sangrar sino con golpes discretos, que hagan daño y no dejen marcas tal y como ordena el islam, que queden dentro del ámbito conyugal ya que nadie tiene por qué enterarse de nuestros problemillas. Según estas normas me parece muy adecuada una buena patada en los huevos que le atraviese la chilaba y se los ponga de corbata, y eso es lo que pienso darle a mi querido esposo si se atreve a ponerme un dedo encima, me deje marca o no. ¿Lo prohíbe el islam? la verdad, ni puta idea, pero francamente me da lo mismo. Maridito pega, maridito recibe patada en los huevos hasta que por condicionamiento operante (técnica psicológica que consiste en..... es largo de explicar) maridito deja de pegar y otro asuntillo resuelto.

Por otra parte, a mi cielo de hombre no le parece bien que la mujer trabaje y eso me gusta ¡yo no pienso trabajar! que me mantenga él porque yo me voy a dar la vidorra padre sin pegar un palo al agua ni dentro ni fuera de casa, y así satisfago sus deseos y se ahorra la patadita en los huevos, que fui karateka de joven pero hace años que no practico y me acabará doliendo la pierna. Como él tampoco piensa freír un huevo, pues un par de empleados del hogar para que yo pueda hacer por las mañanas mi ruta diaria gimnasio-spa-manicura-masaje-compras y por las tardes, ya que lo de pegar a las mujeres se supone que es para educarnos, tengo una idea mucho mejor: continuaré mis estudios en la universidad, con más tiempo libre, sin apuros económicos ni la presión de tener que trabajar a la vez. Con lo fácil que es, no entiendo como Mahoma aconsejaba dejar la educación de las mujeres en manos de sus maridos analfabetos en vez de aconsejar que estudiaran.

Y el resto de mi rebelión y desobediencia a mi marido musulmán consistirá en tomarme toda la libertad que quiera para entrar, salir y llegar cuando me dé la gana; tener amigos aunque no los traeré a casa, mi marido puede ponerse antipático y eso quizá sea desagradable para mis amigos (además recordemos que la patada en los huevos debe darse en privado y nadie fuera del entorno familiar debe saber que existe); beber alcohol, especialmente cerveza y vino, algo que prohibe el islam pero que casi todos los musulmanes hacen a escondidas pasándose al islam por el arco de triunfo, y por último tener una mascota. Pero no, no voy a tener un perro. La verdad es que los perros no me gustan y los gatos tampoco, yo me compraré un cerdito que ahora están de moda como mascota entre los pijos. George Clooney tenía uno y son muy monos así como cachorritos para pasearlos. Además comen de todo y no dan casi faena, seguro que a mi chico le gusta el cambio y me pega un poquito menos. Y si no, pues qué remedio, a ejercitar las patadas de kárate que aprendí de joven, al fin y al cabo sólo es para corregirle y educarle, que los hombres musulmanes también tienen derecho a la educación, no vamos a ser sólo nosotras.

¡Oh diosmío, qué espanto! Según mi adorado y venerado esposo, no debo denunciarle si me pega porque el día del juicio final no habrá nadie que me pueda defender, ni la policía, ni las leyes, ni los derechos de la mujer, y sólo se tendrá en cuenta mi buena obra y la obediencia a mi marido. Me gustaría preguntarle qué se les tendrá en cuenta a los maridos, pero creo que voy a pasar. Si total, ya me había hecho a la idea de ir al infierno como ex-católica descreída, me da igual ir como esposa musulmana desobediente. Y además le habré cascado alguna que otra patada en los cojones al hijodecerda éste, que ganitas no me faltan, no.

2 comentarios:

  1. OEEEEEE, OE-OE-OE, OEEEEEEEEEEE, OEEEEE!!!! JA,JA,JA, QUE VIVA LA MADRE QUE TE PARIÓ, A TI Y A TODAS LAS ESPOSAS-HIJAS-MADRES MUSULMANAS DESOBEDIENTES. Sobre todo a ellas, que son las que se la juegan de verdad, porque nosotras, afortunadamente, hemos nacido en un entorno en el que nos dejan decidir libremente a quien y cómo amamos.
    "Su apostura, su barba y ese gorrito tan sexy" ja,ja,ja, ¡¡yo me parrrto!!! Ahora, que no me la has colado ni por un momento, tu no te casas ni aunque te lo pida Viggo Mórtensen!! (además, no lo hagas, porfa, que las comidas de navidad serían un suplicio con él sentadito a tu lado y yo pensando: si no fueras el marido de mi prima favorita ¡te iba a pegar un polvo que te dejaba seco!!! ja,ja,ja.

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    1. JAJAJAJAJA como me conoces bandida!!! pues sí, lo de casarme no es lo mío, la verdad aunque si me lo pidiera Viggo... pues mira, casarme no, pero de una buena consumación del matrimonio (oseasé, polvazo) no lo libraba ni el advenimiento del juicio final ;-) Y de todas formas tranquila, que si me pilla en un día tonto y me caso, de pequeñas nos enseñaron que las buenas amigas comparten sus cosas y como bien dices en tu blog, UNA infidelidad podemos perdonarla todos ¿no? pues eso chica que yo por una vez me hacía la sueca y tu marido seguro que también, que vida sólo hay una y Viggo lamentablemente también, ¡ojalá hubiera para todas! ;-) besitos cielo

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